¿Quiénes son los 33 mineros rescatados?

Claudio Yáñez: 34 años y dos hijas. Se desempeñó como albañil antes de ingresar a la mina San José. Al momento del derrumbe, llevaba ocho meses trabajando en la mina. Fanático del rock y el fútbol, en sus ratos libres realiza trabajos comunitarios y, a sus 34 años, prometió que se casaría una vez que lo rescataran.

Johnny Barrios: 50 años, no tiene hijos. Constantemente se preocupó de tomarles la presión y de llevar un registro médico de todos sus compañeros. Luego que encontraran vivos a los mineros, comenzó a desempeñar labores de paramédico, regulando su peso y dimensiones para que ingresen a la cápsula sin problema. Él es quien envía los informes médicos de sus compañeros a los rescatistas que están en la superficie. Sus amigos lo apodaron “Chico Yonny”.

Osmán Araya: 30 años, dos hijos, Kevin y Britany, de cinco meses. Está casado con Angélica Ancalipe, de 21 años. “El Guatón”, como le dicen en el refugio, es oriundo de Vilcún y vive en el sector de Vega Redonda.

Franklin Lobos: 52 años y dos hijas. Conductor de camiones y ex futbolista. Integró los equipos de La Serena, Cobresal, Deportes Iquique, Santiago Wanderers y Regional Atacama y, en 1996, se retiró. Trabajó como conductor de camiones en minas y llevaba cinco meses en la de San José. En la cancha le decían el “Mortero Mágico” y en la mina San José lo conocen como “Kaki”. A la hora del derrumbe, Lobos iba conduciendo una camioneta rumbo a la salida por el cambio de turno.

Pablo A. Rojas: 45 años y un hijo de 21 años llamado Mitchel. Llevaba seis meses en la mina San José y se desempeñaba como cargador de tiro. Tiene 45 años y vive en Villa Arauco, Copiapó.

José Henríquez: 56 años y dos hijas. Lleva 33 años de casado y 33 años en el rubro minero. Sus compañeros lo llaman “don José”. Dentro de la mina ha mantenido al grupo cohesionado gracias a que se convirtió en el guía espiritual. Trabaja desde enero 2010 en la mina San José.

Jorge Galleguillos: 56 años y dos hijos. Perforista. También conocido como “El Galleta”, lleva 40 años trabajando en minas y antes trabajó en la mina El Salvador.
Mario Sepúlveda: 40 años y dos hijos. Casado con Elvira Valdivia. Mario es quien aparece como el portavoz en el primer video que grabaron bajo la mina. Él es de Santiago, donde vive su familia.

Víctor Zamora: 33 años y dos hijo. Está casado con Jéssica Cortés. Ha sido el responsable de la moral del grupo. Quienes lo conocen aseguran que es el bromista en el encierro.

Álex Vega: 31 años, casado y dos hijos. Mecánico. Trabaja en la mina desde hace nueve años y, durante la tragedia, 28 familiares han esperado su rescate en el campamento.
Luis Urzúa Iribarre: 54 años y dos hijos, Noelia y Luis. Estudió topografía. Ha trabajado 31 años como minero, pero llevaba dos meses trabajando en la mina San José. En el momento del derrumbe, se desempeñaba como jefe de turno, rol que lo convirtió en uno de los líderes de los 33 mineros atrapados. Fue el autor de los planos del refugio de la mina y promovió la idea de mover al grupo hacia un área menos húmeda. También organizó el sistema de racionamiento de los alimentos, distribuyó el espacio que ocuparían bajo tierra y fue el primero en hablar vía citófono con el Presidente Sebastián Piñera y con el ministro de Minería, Laurence Golborne.

Omar Reygadas: 56 años y cuatro hijos. En sus más de treinta años como minero ha estado tres veces atrapado bajo tierra. Conocido como “el Chico Omar”, sus familiares aseguran que sólo le gusta trabajar en yacimientos subterráneos.

Carlos Mamani: 24 años y una hija de año y medio. Boliviano inmigrante en Chile. Casado con Verónica Quispe, de 20 años. Llevaba dos meses en el yacimiento San José. Su suegro, Jonny Quispe, también trabaja en la mina y sólo 20 minutos de diferencia lo salvaron de quedar sepultado bajo tierra. Es hincha del equipo de fútbol Bolívar.

Samuel Ávalos: 43 años y tres hijos, Jonathan, de 18, Carolina, de 9, y Eduardo, 2 años. Su pareja, desde hace 21 años, es Ruht Guzmán Donoso. Es oriundo de Rancagua, pero hace cinco meses que vive en la Región de Atacama, donde se radicó en la población Vicuña Mackenna.

Juan Andrés Illanes: 52 años, casado y con un hijo de 20. Electromecánico. Es fanático de la carpintería y de los autos. Levantó un taller en su casa y, antes del derrumbe, dejó los materiales listos para hacer una mesa. Además, sus aptitudes para el canto lo llevaron a formar parte del coro de la Iglesia de Chillán.
Mario Gómez: 63 años, cuatro hijas y siete nietos. Conductor. Desde los 12 años que trabaja como minero. Está casado con Lilliam Ramírez, de 51 años. El “Mocho Gómez” escribió la carta que venía junto al mensaje donde explicaban que estaban bien los 33. Es el mayor del grupo y tiene 51 años de experiencia. Desde el derrumbe, cerca de 31 familiares, entre hermanos, sobrinos, primos y nietos, esperan el día del rescate.
Pedro Cortés: 26 años y una hija. Electricista. Amigo de la infancia de Carlos Bugueño, otro de los mineros encerrados. Es hincha del Colo Colo y sus amigos y familiares lo definen como simpático, alegre y bueno para las bromas.

Darío Segovia: 48 años, 13 hermanos y 6 hijos. Lleva 40 años trabajando como minero y tres meses trabajando en la mina. Es conocido como “El Capacho”.
Claudio Acuña: 34 años y un hijo. Perforista. Llevaba tres días trabajando en la mina cuando fue víctima del derrumbe. Llegó hasta el yacimiento para aprender a operar maquinaria pesada y terminó celebrando su cumpleaños número 35 bajo tierra.

Víctor Segovia: 48 años y cinco hijas. Perforista. Mantiene una bitácora del encierro. A su salida, publicará un libro que relata la historia de los 33 mineros que sobrevivieron 700 metros bajo tierra. Le gusta la música y toca acordeón, órgano y guitarra eléctrica.
Esteban Rojas: 44 años, cuatro hijos y 25 años de casado. Cargador de explosivos. Su esposa, Jéssica Yáñez, de 43 años, comentó que el día del derrumbe a Esteban no le correspondía trabajar. Desde esa fecha ha estado encerrado bajo tierra junto a sus primos Ariel Ticona, Darío Segovia y Pablo Rojas. Llevaba seis meses trabajando en la mina.

Carlos Barrios: 27 años, un hijo de cinco años y otro en camino. No sabe que va a ser papá de su actual novia Carolina Véliz. Quienes lo conocen dicen que tiene tanto carácter que, a patadas, debe haber buscado una salida en la mina, tras el derrumbe del 5 de agosto. Fanático del fútbol, llevaba seis meses trabajando en el yacimiento.
José Ojeda: 47 años y una hijastra. Lleva 27 años en las minas. Conductor de maquinaria pesada. José fue el redactor de la frase “Estamos bien en el refugio los 33”. Es viudo desde hace ocho años.

Carlos Bugueño: 27 años, sin hijos. Cambió su trabajo de guardia de seguridad por la mina San José, pensando en que éste sería el camino más corto para poder comprarse un auto y una casa. “Carlanga” vive en Tiltil Bajo y es fanático de la Universidad de Chile.
Raúl Bustos: 40 años y dos hijos, uno de cinco y otro de tres. Mecánico. Llegó a la mina al quedarse sin trabajo en Talcahuano tras el terremoto de febrero. Solía trabajar dentro de los barcos. Llevaba solo dos meses en la mina San José. Al momento del derrumbe ya había terminado su turno, sin embargo, debió permanecer unas horas más para reparar una máquina que estaba averiada.

Daniel Herrera: 27 años, soltero, sin hijos, dos hermanos. Dejó su trabajo como taxista para entrar a la mina en enero pasado. Al momento del derrumbe se desempeñaba como técnico y chofer de camión.

Jimmy Sánchez: 19 años y una hija de tres meses. Es el más joven del grupo de los 33. Su padre, su abuelo y sus hermanos han trabajado en la mina San Esteban.
Richard Villarroel: 26 años y será papá de su primer hijo en noviembre. Hace dos años viajó desde Coyaique al norte en busca de mejores oportunidades y encontró trabajo en la mina.

Ariel Ticona: 29 años, tres hijos, una de ellos es Esperanza, quien nació durante su encierro. Conductor de maquinaria pesada. No quiso salir en el primer vídeo de los mineros. Su padre también es trabaja en minas.

Juan Carlos Aguilar: 49 años y dos hijos. Lleva 19 años como minero.
Renán Ávalos: 29 años. “El Negro”, como le dicen, llegó a la mina San José luego de que su hermano Florencio Ávalos lo llevara hace cinco meses hasta el yacimiento. Antes de eso se dedicó por mucho tiempo al cultivo y la cosecha de la uva. Es oriundo de Colliguay.
Edison Peña: 34 años, sin hijos. Tiene dos grandes pasiones: cantar canciones de Elvis Presley y practicar triatlón. Su pareja, Angélica Álvarez, de 43 años, es dueña de una pensión en Copiapó. Edison es proveniente de Santiago, donde vive el resto de su familia.

Florencio Ávalos: 31 años, es oriundo de Salamanca y minero desde hace ocho años. Hasta el derrumbe se desempeñaba como jefe de mina y tras la tragedia asumió el rol de capataz. Dentro del yacimiento se encargó de registrar con cámara de video cada uno de los saludos y discursos de sus compañeros, transformándose en el camarógrafo oficial del equipo. “Flor”, como le dicen sus amigos, es hermano de Renán Ávalos y cuñado de Osmán Araya. Está casado con Mónica Araya, quien desde el primer día esperó el rescate de su marido junto a 24 familiares.

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