La Constitución mexicana es revolucionaria en cada reforma

 

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Por Octavio Aristeo López, especial para oaxacaentrelineas Los revolucionarios estamos por la defensa del pueblo y a favor de la reforma energética, a favor de la reforma de la Constitución; no permitiremos que se hunda Pemex, por ello estamos a favor de la iniciativa de reforma energética del Presidente Demócrata para fortalecer las finanzas de Pemex, salvar de la quiebra a Pemex, reorganizar su estructura y el nuevo papel del sindicato que debe afrontar en el mundo global. Las fuerzas políticas revolucionarias estamos por la reforma energética, por la Constitución revolucionaria, a favor de la reconstrucción de Pemex no en su privatización; es el momento histórico para que México sea una de las potencias mundiales al realizar sus reformas estructurales constitucionales, logre el crecimiento económico y desarrollo del país (el crecimiento del 6% puede lograrse, la historia económica de México está llena de estos logros), con ello, se deben resolver problemas estructurales como la pobreza y el desempleo. También es necesario darle mayor formalidad a la transparencia y rendición de cuentas, además de castigar la irresponsabilidad de funcionarios públicos corruptos de alto nivel. Los reaccionarios ya están en la lucha por la presidencia del República, su plataforma es Pemex. Ya están discutiendo quien abanderará las acciones reaccionarias para ser futuro candidato presidencial de 2018. Así son los reaccionarios, así han actuado a través de la historia de México, y han sido derrotados, porque no representan al pueblo, no son democráticos ni representan a la democracia. Los reaccionarios solo son mercaderes, brincan como chapulines de un partido a otro, buscan el pago de sus actos, venden sus acciones políticas, son los judas del pueblo mexicano sacrificado; son la personificación de la corrupción, han corrompido a la supuesta izquierda mexicana, están creando una falsa izquierda mexicana, una izquierda corrupta y parásita. La bandera de lucha de los revolucionarios, el estandarte, es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, que surgió de las reformas realizadas a la Constitución de 1857 e incorporó artículos nuevos como son los artículos 3, 27, 123 y 130. A lo largo de la historia ha habido modificaciones, de todo tipo, a nuestra Constitución. Por ello, el Artículo 87 constitucional señala: “El Presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recursos de aquél, la siguiente protesta: ‘Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes de que ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande’”. Es un juramento solemne de la Constitución; se jura en todo el territorio nacional; los funcionarios federales, locales y municipales de Primer, Segundo y Tercer Nivel, juran la Constitución; y, en cada reforma constitucional es un debate permanente, esto es saludable, esto es revolucionario; obliga a todos los mexicanos revolucionarios e interesados en los problemas nacionales a valorizar la Constitución y a reflexionar sobre su porvenir y su vigencia. En cada debate de reforma constitucional se desatan a favor o en contra argumentos hirientes, a veces certeros, tratando de demostrar dos cosas: 1) que no se respeta la Constitución, 2) que limita la propiedad privada y la inversión extranjera; son debates, en el que unos se ríen y otros se espantan del tecnicismo jurídico empleado para demostrar su verdad de cada uno de las dos posesiones; tomando en cuenta que en la academia y en el conocimiento científico, toda verdad es relativa, no existe verdad absoluta. Si uno de los actores impone su verdad, en ese momento se convierte en dogma, en verdades dogmáticas. En tal caso, es demostrable que el interés o el intento de los reaccionarios de ahuyentar la inversión extranjera en México beneficia a otros países: realizan el trabajo sucio en México para que otros países sean los beneficiados con la inversión extranjera, y los países beneficiados apoyan a estos reaccionarios con recursos materiales, económicos y de divulgación a evitar que se impida todo tipo de reforma, como es el caso la energética. Ya el polaco-alemán Ferdinand Lasalle (1825-1864), abogado, político socialista y amigo de Carlos Marx, por el que fue uno de los fundadores de la Asociación General de los trabajadores Alemanes y del Partido Obrero Socialista de Alemania, señala que la Constitución es una relación de fuerzas que existe en cada país, la relación de fuerzas entre los reaccionarios y los revolucionarios, por lo que la Constitución al ser la expresión de éstas fuerzas políticas puede ser una Constitución reaccionaria o una Constitución revolucionaria. Si el pueblo de México es revolucionario y tiene una Constitución reaccionaria, entonces, la Constitución está alejada de la realidad, esta divorciada de la realidad, y solo protege a los reaccionarios y no a los revolucionarios, este es el debate permanente: que la Constitución no se aleje de la realidad del pueblo revolucionario. Los reaccionarios están porque no se reforma la constitución, y los revolucionarios estamos porque se reforme la Constitución, por la complejidad de los problemas sociales obligan los cambios constitucionales. Por lo que los revolucionarios estamos por una reforma radical que beneficie al pueblo mexicano y no beneficiar a la clase capitalista usurera reaccionaria, dedicada al lucro que se dedica a concentrar la riqueza en un pequeño grupo de mexicanos y extranjeros reaccionarios. Los revolucionarios observamos y leemos a cada instante, a cada momento que se viola la Constitución con placer, de aquí que intelectuales señalen que la política mexicana es un teatro transmitido en vivo por los medios de comunicación que dan a conocer notas llenas de escándalos en la infinidad de hechos y formas que es violada la Constitución y que un grupos armados rompan con el orden constitucional; por consiguiente, la Constitución no es respetada por algunos quienes son jefes políticos incrustados en los Tres Poderes de la Unión, incluidos servidores públicos, empleados públicos que siguen los mandamientos de sus jefes inmediatos y no de la Constitución; por supuesto algunos sectores de la sociedad se unen a esta violación permitiendo una forma de gobierno autoritario, despótico, no permiten fortalecer la Republica y la Democracia ante un Congreso y partidos políticos sumidos en sus disputas internas. Esto permite sostener la tesis de que en México vivimos en la simulación, donde la clase política en los Tres Poderes de la Unión jura respetar la Constitución y la violan, sin tener un mínimo de vergüenza. Porque a veces padecemos los ciudadanos mexicanos de amnesia histórica y esto proporciona impunidad y permite actuar con brutalidad por no respetarse la Constitución, y lo más desagradable, es que algunos sectores de la sociedad aprueben estos hechos. Así que, cada generación reescribe su historia, a esta generación revolucionaria, nuestra generación, le corresponde seguir luchando porque se respete la vigencia de la Constitución, que tiene significados diferentes en tiempos distintos; tenemos presente los revolucionarios que la Constitución tiene un espíritu transformador desde el siglo XIX, una “Constitución en evolución”. Señala el político mexicano, respetado por todos las corrientes políticas revolucionarias del país, Jesús Reyes Heroles (1921-1985): “Creemos en su vigencia porque nuestra Constitución, no es un punto de llegada, es un punto de partida; es un texto fundamental que ayudó a transformar una realidad y que, acatando su propio espíritu, se ha modificado y puede seguir nidificándose para regir nuevas realidades, para incorporar en ella nuevos ideales, nuevos métodos de acción, nuevas técnicas exigidas por la complicada sociedad de nuestros días.” Por lo mismo si no se reforma puede convertirse en una constitución reaccionaria, si está en permanente reforma es una Constitución revolucionaria. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México oaristeolopez@gmail.com

Miguel Ángel

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