Las mujeres sí existimos en Oaxaca: Eufrosina Cruz

Eufrosina Cruz Mendoza
Usos y costumbres impiden a mujeres y adultos mayores de 60 años ejercer sus derechos

Para unos fue osada rebeldía, pero ella sólo buscó su libertad…lo más sagrado, dice.

Para las mujeres de su comunidad se convirtió en el ejemplo a seguir para luchar por la igualdad de género y no permitir más la humillación.

A dos años y medio de que se le negara la presidencia municipal de Santa María Quigolani, por el simple hecho de ser mujer, hoy regresa como diputada electa por la oposición, y toma posesión el 13 de noviembre en el Congreso local.

Y es que de los 570 municipios que conforman Oaxaca, solo 152 se rigen bajo el sistema de partidos políticos, mientras que 418 se rigen por el sistema de derecho consuetudinario o mejor conocido como “usos y costumbres” que no permite a las mujeres y adultos mayores de 60 años ejercer sus derechos. Oaxaca es el único estado que continúa con elecciones bajo este sistema.

Hoy recuerda que en aquella ocasión lloró por la indiferencia hacía ellas, porque no se pudo hacer nada para quedar a la cabeza de Quigolani; hoy soltó en llanto, pero de felicidad, porque Oaxaca tomó en cuenta a la mujer.

Es Eufrosina Cruz Mendoza, quien no olvida los comentarios que hicieran el entonces alcalde Saúl Cruz Vázquez y su sucesor Eloy Mendoza Martínez: “Aquí las mujeres no existen”. “No valen nada”.

Hoy les responde: “Las mujeres sí existen en Oaxaca y en Santa María Quigolani. Estamos más presentes que nunca, sólo necesitamos una oportunidad para aportar nuestra capacidad y ocupar cargos donde se toman decisiones”.

En entrevista, Cruz Mendoza, quien recibiera el Premio Nacional de la Juventud en octubre de 2008, indica que es mayor la responsabilidad que recae en ella con el cargo que ocupará en la 61 Legislatura, siempre a favor de la mujer indígena.

“Oaxaca le dio una lección a México porque estaba olvidada. La mujer se hizo presente y hoy tenemos esa responsabilidad de ir cambiando el estado para que sea un ejemplo a seguir”, comenta.

—¿Recuerda aquellas amenazas en su contra “vamos a callarte con balas”, lo recuerda? —se le pregunta.

— Por supuesto, pero todo ese miedo lo convertí en fortaleza, de lo contrario te paraliza y te doblega. El miedo siempre va caminando al lado tuyo pero debes tener la capacidad de convertirlo en fortaleza, y cuando lo logras, la visión es diferente. Te aferras más a tus sueños.

Sueños para Eufrosina, aquella niña que a la edad de 11 años huyó de su casa para no ser entregada por su propio padre a un hombre desconocido, que no imaginó que se cumpliera tan pronto.

“En algún momento de la vida pensé es este cargo. Las circunstancias de la vida me llevaron a mí pero el chiste es que vengan más mujeres a ocupar estos espacios”, comenta.

— Ahora que va a estar en el Congreso, ¿Qué hará por Santa María Quigolani?

—Mucho, mucho. Desde mi primer día como diputada en funciones tocaré los temas de la dignidad humana, la participación de la mujer en la política, buscaré un centro de salud digno en Quigolani, así como impulsar la educación y el trabajo.

Tengo muchos sueños, soy una mujer que aprendió a soñar pero con los ojos abiertos.

Las amenazas hacia su persona continúan a raíz que impulsó su movimiento por la dignidad de las mujeres indígenas y por su inclusión en la política, pero ella continuará porque como comentó hace dos años y medio “ni mil balas me callarán”.

“El peor enemigo para la mujer es el miedo, no el hombre; el miedo te acobarda y hace fuerte al hombre. Hay que entender que no es un pleito con los hombres”, enfatiza.

Para el presidente municipal yo soy un problema, advierte, pero ahí estamos vigilando y cuestionando para que se tenga un buen gobierno.

—¿Dejará su cargo por presiones o amenazas?

—Nunca dejaré mi cargo, aun y cuando reciba amenazas o presiones, porque soy una mujer que valora su libertad que es lo más sagrado.

Desde niña no permití que me regalaran, no acepte la regiduría a cambio de que calmara mi movimiento, y eso es lo correcto.

Hoy Eufrosina tiene su libertad pero hay otras Eufrosinas que siguen siendo violadas, maltratadas, entregadas y es por eso, por lo que voy a luchar en el Congreso.

No tenemos que permitir que pisoteen nuestra dignidad, escudándose en usos y costumbres. Por mucho que seamos indígenas no quiere decir que tenemos que ceder.

Usos y costumbres es respetar la esencia de la comunidad, no pisotear nuestros derechos.

Y manda un mensaje a las mujeres indígenas oaxaqueñas:

—Hoy les digo que no permitan que se les robe su libertad y su dignidad. No están solas, Quiego AC está ahí, Eufrosina está ahí para caminar juntas y generar los espacios que se necesitan.

Lo que no quiero es que las mujeres pasen por lo que yo pasé, yo me sentí solita, sin apoyo de alguna instancia.

Vale la pena luchar por lo que crees, por la libertad de las mujeres, por esa búsqueda de desarrollo y por esas herramientas que se nos han negado.

A lo largo de estos dos años y medio, Eufrosina Cruz, la mujer indígena que decidió vender pepinos y tortas para costear sus estudios hasta titularse como contadora y dejar de lado los juguetes, tejer petates y cuidar niños, continuó con su movimiento a favor de la mujer y formó la organización Quiego AC, (Queremos unir integrando por la equidad y género a Oaxaca) la cual dice, ya se fortaleció.

Las mujeres, comenta, ya tienen sus viviendas, se han emprendido 30 proyectos productivos en diferentes comunidades del estado: pollerías, farmacias, abarrotes, zapaterías, corte y confección.

“El sueño es que se extienda por todo Oaxaca. Quiego AC está más viva que nunca y se expande como una epidemia”, advierte.

La Crónica de Hoy

josé

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