Para ser bombero se necesita valor, inteligencia y voluntad: Don Felipe

Bombero desde el 16 de enero de 1962* Felipe de Jesús Ruiz, originario de Santa María Atzompa, desde hace 50 años forma parte del Cuerpo de Bomberos del Estado de Oaxaca

Oaxaca, Oax.- Con la cabeza cubierta por algunas canas, pliegues en el rostro y brazos, Don Felipe de Jesús Ruiz -bombero con categoría 3° “A”- expresa con una mirada jovial la energía que aún tiene para seguir trabajando por algunos años más en el Heroico Cuerpo de Bomberos de Oaxaca.

“Porque proteger y auxiliar a la ciudadanía en los incendios, contingencias naturales y otros apoyos no es cualquier cosa, es un oficio que amerita valor, inteligencia y voluntad”, dice.

Y continua: “como bomberos tenemos una responsabilidad con la sociedad y el estado, así lo amerita el trabajo en los incendios, derrumbes, ahogados y todo lo que se presente de emergencia”, sostuvo el originario de Santa María Atzompa, quien orgulloso porta el uniforme del Heroico Cuerpo de Bomberos de Oaxaca, en ocasión del festejo por el Día Nacional del Bombero, encabezado por el Gobernador Gabino Cué Monteagudo.

Don Felipe recuerda que cuando cumplió 18 años se negó a dedicarse al negocio familiar, la alfarería, y en la búsqueda de un mejor futuro se encontró con la oportunidad de formar parte de la institución. Sin dudarlo solicitó la vacante, presentó los exámenes y se integró al hoy Cuerpo de Bomberos, el 16 de enero de 1962.

“El Tío”, como es conocido por sus compañeros aceptó que al principio pensó en desertar, sin embargo, el director en turno procedente de la Ciudad de México le enseñó el oficio, las bondades, dificultades y los peligros a los que se exponen los también llamados “traga humo”, y fue entonces cuando le tomó cariño al oficio.

Cuenta que ya en las filas de la institución se enamoró y contrajo matrimonio con una joven de su natal municipio, con quien tuvo cuatro hijos: dos mujeres y dos hombres, a quienes les brindó con su noble labor educación, valores y herramientas para ser un buen ciudadano.

Con gran nostalgia recuerda que a lo largo de cinco décadas ha visto pasar a varias generaciones, compañeros que se han retirado y amigos que se han quedado en el camino, y él jamás ha decidido renunciar.

Al contrario, confía en que su mejor amigo, acompañante y ángel de la guardia, a quien considera que es Dios, lo cuidará en cada auxilio: “cada vez que vamos algún llamado, no sólo yo sino todos mis compañeras y compañeros, nos encomendamos al más alto”.

En una ocasión, dice que acudió a un llamado de auxilio en las Presas “El Estudiante” en San Andrés Huayapam, donde se estaba ahogando un joven, a quien logró rescatarlo con la ayuda de una cámara de neumático y mucho valor: “sin dudarlo me metí al agua para ayudarlo y salvarle la vida”.

Por eso –enfatizó- ser bombero no es cualquier persona, porque se necesitan de tres cosas: valor, inteligencia y voluntad.

Dice que los tiempos han cambiado, y ahora con la administración del gobernador Gabino Cué Monteagudo, aunado al respaldo de instancias estatales y asociaciones civiles, los bomberos cuentan hoy con las herramientas adecuadas para acudir al auxilio de la ciudadanía, y cumplir con su labor de una forma eficaz y profesional.

Sin embargo, comenta que aún faltan varias cosas por hacer, como la creación de un fondo de pensiones para los elementos que como él tienen un importante número de años en el Cuerpo de Bomberos y que desean retirarse de manera digna.

Por último, agradeció a la ciudadanía en general por el gran reconocimiento que brindan todos los días a los bomberos y por catalogarlos como los héroes anónimos y sinónimo de valor.

josé

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