Primer Lunes del Cerro desborda alegría y cautiva a miles en 80 años de homenaje racial

Concluye con fuegos pirotécnicos
El Auditorio Guelaguetza lució abarrotado
* Con gran éxito se desarrolla Guelaguetza vespertina; delegaciones participantes presentan a México y al mundo lo mejor de su cultura
* El Gobernador Gabino Cué Montegaudo participa en la festividad cultural más grande de Oaxaca

Oaxaca, Oax.- Con un cierre espectacular acompañado por una lluvia de fuegos pirotécnicos y el tradicional Son Calenda se despidieron las delegaciones participantes en el primer Lunes del Cerro, cuya Guelaguetza vespertina se desarrolló con gran éxito y júbilo, efectuada la tarde-noche de este lunes en el Cerro del Fortín.

Luces multicolores iluminaron la fiesta de las 16 etnias de Oaxaca, que como todos los años se reúnen en el escenario del Auditorio Guelaguetza para convivir, hermanarse y exponer lo mejor de sus costumbres y tradiciones.

En punto de las 17: 00 horas, la representante de la Diosa Centéotl, Evelyn Acosta López, hizo nuevamente su aparición en la Rotonda de las Azucenas para dar inicio a la edición vespertina de esta festividad.

El gobernador Gabino Cué Monteagudo, quien participó como un oaxaqueño más en esta magna fiesta cultural, se sumó a este festejo y disfrutó junto al pueblo de Oaxaca, al igual que su esposa Mané Sánchez Cámara, de los bailes, canciones, ritos, sones y algarabía de las delegaciones de las ocho regiones del estado.

A pesar de la presencia de algunas nubes que pronosticaban una intensa lluvia sobre la ciudad de Oaxaca de Juárez, el Auditorio Guelaguetza lució abarrotado y el ánimo de cada uno de los asistentes no decayó en ningún momento.

Es tarde de lunes y la magia de las 15 delegaciones participantes en la Guelaguetza vespertina ovaciona a un público expectante y jubiloso por disfrutar de las costumbres de las ocho regiones de nuestro estado en la Rotonda de las Azucenas, espacio donde un 25 de abril de 1932 se realizó la primera Guelaguetza, como un homenaje de las regiones por los 400 años de la fundación de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

La Canción Mixteca, el Baile del Guajolote, La Sandunga y el Jarabe del Valle, dieron vida al Cerro del Fortín que por 12 meses esperó la llegada de hombres y mujeres de las diferentes etnias y razas.

Las Chinas Oaxaqueñas de Casilda, por segundo año consecutivo estuvieron presentes en la máxima fiesta de Oaxaca; Huautla de Jiménez y su “Tortolita Cantadora”; Teococuilco de Marcos Pérez y su baile de la Botella; la belleza y orgullo de las mujeres de Ciudad Ixtepec “tierra donde las mujeres se visten de Diosas”; “La llevada del Guajolote”, de Ocotlán de Morelos y el fandango de San Andrés Huaxpaltepec, arrancaron aplausos y vivas de los visitantes de otras entidades del país y naciones como Italia, China y Canadá.

Con una lluvia de aplausos recibieron a San Melchor Betaza, etnia zapoteca que expresó al público el gran cariño con el que Oaxaca los recibe. “Tengan a bien recibir los mejor de nosotros nuestros sones y jarabes de Betaza”, expresaron.

La entrega de las ofrendas al público asistente por parte de las delegaciones -conocida como Guelaguetza- generó una gran emoción y alegría entre las personas, que ansiosas alzaban los abrazos para alcanzar alguno de estos obsequios traídos desde las regiones para ser otorgados a los pueblos hermanos.

“Soy el hombre de Oaxaca, el que suda en el trabajo un agua de esperanza y el que se une a la danzas de todos los estados, con una mano fraternal para la patria” se escuchó en el recinto, mientras ágiles guerreros bailan la Danza de la Pluma, con un penacho multicolor cautivando con su porte y gallardía.

Con su salto de energía retratan un pasado de historia de nuestro México: El encuentro de La Malinche, Hernán Cortés y Moctezuma, el noveno emperador azteca.

Venidos de Ocotlán de Morelos las mujeres con falda tableada, blusa de cajón y los hombres con pantalón y camisa de manta interpretaron un baile representativo de la región de Valles Centrales, tradición aun viva surgida en el Siglo XIX: La Llevada de Guajolote, que consiste en el dote que ofrece la familia del novio a la de la novia dos días antes de la boda.

Es la Heroica Ciudad de Huajuapan de León y su inigualable Jarabe Mixteco quienes levantaron de sus asientos a oaxaqueños y visitantes, para corear a garganta suelta la mundialmente famosa Canción Mixteca.

Enseguida, la delegación de San Antonio Sam Pa Lili, quien también representó la pedida de mano con “Hablemos de compadres por los contrayentes”, y San Antonino Castillo Velasco con el segundo Día de Fandango.

Toco el turno a Los Rubios de Santiago Juxtlahuaca, quienes al ritmo del violín, hicieron sonar sus espuelas y látigos de manera armónica mientras representan los arreos de aquella tierra “donde las espuelas hablan”.

Una lluvia de aplausos recibió a las guapas mujeres tuxtepecanas de la región de la Cuenca del Papaloapan con Flor de Piña, belleza admirable adornadas con huipiles bordados a mano, con finos hilos y un arcoíris de color, llevando al hombro una piña se mecían al compás de la alegre canción.

Por primera vez, San Juan Cacahuatepec participó mostrando su cultura y tradiciones en la rotonda de la azucena, con sus versos y chilenas fue la comunidad encargada de poner fin al espectáculo que arrancó gritos y vivas por parte de turistas y oaxaqueños.

Con la entrega de la Guelaguetza, luces multicolores se dibujaron en el aire. Las sonrisas, aplausos y canciones de casi 12 mil personas reunidas en el Auditorio Guelaguetza cerraron con broche de oro la primera parte de esta fiesta, de la más importante, de la más viva y de la más grande de los pueblos de América y el mundo.

josé

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