Después de la “borrachera” de la Guelaguetza…

Fiesta maravillosa, invento genial
Sí, hay mucho que celebrar, pero ahora es necesaria la reflexión.

Miguel Ángel Schultz

Ahora padecemos la “cruda” de los efectos de la “borrachera” de la Guelaguetza, fiesta maravillosa, invento genial, que nos permite como oaxaqueños y oaxaqueñas, mantener nuestra identidad pluriétnica. Sí, hay mucho que celebrar, pero ahora es necesaria la reflexión. ¿Quiénes son los ganadores con el sentido comercial que se le da al festejo?. ¿Por qué los beneficios del turismo no son parejos, sino que se quedan en manos de los que son políticos empresarios del turismo o empresarios políticos?.

El gobernador Alejandro Murat Hinojosa dio a conocer que se gastaron 40 millones de pesos en la Guelaguetza, que generará una ganancia de 700 millones de pesos, dijo, pero no dio mayores datos. ¿Cómo y dónde se gastaron esos 40 millones de pesos?, que son toda una fortuna. Más para un pueblo empobrecido y saqueado como el de Oaxaca, que hoy mismo por falta de insumos hay un paro en el Hospital Civil Aurelio Valdivieso de Oaxaca, el más grande del estado, en demanda de reactivos para los laboratorios, para poder atender a las personas que a él acuden.

Hay que decir que los empresarios del turismo se tienen que rascar con su propias uñas, para sobrevivir, sin que cuenten con el respaldo oficial, para estar en niveles competitivos, frente al capital foráneo que se ha ido apoderando del mercado turístico de la ciudad de Oaxaca y de sus playas.

Un elemento indispensable que requiere el turismo para desarrollarse es la seguridad. Sin embargo, crece el número de crímenes, asaltos, robos, agresiones, levantones y secuestros, ante la incapacidad del secretario de Seguridad Pública, José Raymundo Tuñón Jáuregui y del comisionado de la Policía Estatal, José Aniceto Sánchez Saldierna.

Ambos militares e integrantes de la Marina Armada de México, no han podido frenar la ola de violencia en Oaxaca. Los dos no son de Oaxaca, por lo que los cuerpos de seguridad se han llenado de personas traídas de otras entidades, sobre todo del norte del país.

Qué decir de la actuación del fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez, quien no puede garantizar el castigo para los delincuentes, ya que la probabilidad de esclarecer un delito en Oaxaca es de sólo 0.52 por ciento.

Hay que recordar que el actual fiscal sustituyó a Héctor Joaquín Carrillo Ruiz, que dimitió a pesar de que le faltaban 18 meses para concluir su periodo, y quien fue nombrado durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, apoyado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN).

Para darnos cuenta de cómo están las cosas, el lunes pasado se registró el asesinato a mansalva en las puertas de su casa, de un empresario en Puerto Escondido, sin que a la fecha se haga nada. Las mismas autoridades promueven la idea, que quien es asesinado, secuestrado o descuartizado, lo es porque andaba en malos pasos, pero ni una palabra de las extorsiones y del cobro de piso. Sólo victimizan a la víctima. Andaba en malos pasos.

La sensación de inseguridad de la población de Oaxaca capital, es más alta que la que tienen los habitantes de Ciudad Juárez, Chihuahua, es decir que ocho de cada diez habitantes de Oaxaca de Juárez, se sienten inseguros, ahora hay que preguntarse ¿cómo se sienten los habitantes de las regiones de la Costa, el Istmo de Tehuantepec y la Cuenca del Papaloapan?, que vinieron a compartir su cultura en la Guelaguetza.

Cómo estarán las cosas en Oaxaca que el pasado 26 de julio las corporaciones policiacas federales y estatales que formaban parte del operativo “Fuerza Especial de Seguridad Oaxaca” se fueron del municipio de Juchitán de Zaragoza, cuando apenas el pasado 3 de junio Murat Hinojosa anunció “cero tolerancia” ante la “impunidad y el crimen organizado” en la sede de la Base Aérea Militar número 2 de Ciudad Ixtepec.

Operativo puesto en marcha luego de la ejecución de Pamela Terán, candidata a regidor segundo de la planilla del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia municipal de Juchitán. Hecho en el que también fueron asesinados la fotoperiodista María Soledad Cruz Jarquín y el conductor del auto de la priista, Adelfo Jiménez Guerra. Crímenes que a la fecha permanecen impunes.

En Oaxaca, aun no lo sienten los turistas, pero la inseguridad se respira en los mercados públicos, en los cajeros automáticos, en los bancos, en la calle, en el transporte público. Bonita está la cosa, mientras el gobernador solo tiene ojos y oídos para las fiestas, ojalá por el bien de Oaxaca, ya le pare, porque si algo necesita el turismo para crecer, como cualquier actividad productiva, es seguridad.

@MiguelAschulz

josé

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