Los trabajadores humanitarios de la ONU afirmaron que todavía falta determinar la magnitud exacta de la catástrofe causada por los dos terremotos que asolaron este lunes a Turquía y Siria, y subrayaron la necesidad de intensificar las tareas de búsqueda, el rescate de las víctimas y garantizar que la ayuda llegue a todas las personas que la necesitan.
El portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Jens Laerke, explicó que “hay una ventana de unos siete días (…) en la que encontraremos supervivientes vivos. Puede ocurrir más tarde, pero es realmente crítico que estos equipos salgan cuanto antes”.
Según fuentes del Gobierno de Turquía citadas por el portavoz, el número de muertos supera las 3000 personas y el de heridos se eleva a más de 20.000. En cuanto a los daños a las infraestructuras indicó que el número de edificios derrumbados estaría alrededor de los 6000.
Laerke destacó que las necesidades de Siria son enormes y explicó que, según las autoridades sanitarias del país, los terremotos causaron 769 muertos y 1448 heridos en diversas ciudades y campos de refugiados.
El portavoz de UNICEF, James Elder, explicó que las familias desplazadas en el noroeste de Siria y las de refugiados sirios que viven en Turquía en asentamientos informales se encuentran entre las más vulnerables, ya que las temperaturas nocturnas siguen descendiendo por debajo de los 0º C.
Elder recordó que la situación en esa zona de Siria ya era de emergencia antes de los terremotos y que las comunidades se enfrentan a un brote de cólera y a fuertes lluvias y nevadas.