El titular de la ONU recuerda el derrocamiento y muerte de Salvador Allende en 1973, que dio paso a una brutal dictadura que duró hasta 1990 y que dejó un saldo documentado de casi 2300 asesinatos políticos, más de 28.000 casos de tortura y al menos 3200 desapariciones.
Este lunes 11 de septiembre se cumple medio siglo desde que las Fuerzas Armadas de Chile derrocaran al presidente Salvador Allende, marcando el inicio de un régimen militar que sembró terror, muerte y abusos de los derechos humanos a lo largo de 17 años.
Salvador Allende fue el primer presidente socialista en llegar al poder por voto popular en la historia con un proyecto que suscitó admiración en muchos lugares del orbe, convirtiéndose así en un personaje reconocido mundialmente.
La sangrienta dictadura en Chile, encabezada por Augusto Pinochet, ocurrió en un momento de la Guerra Fría en que el ya se habían instaurado gobiernos golpistas en varios países de Sudamérica: Bolivia, Brasil, Paraguay, Ecuador, Perú y Uruguay, en tanto que Argentina se sumó a la lista en 1976. Guatemala, Honduras, Haití y Panamá, también sufrían dictaduras durante ese periodo.
Marcó a generaciones de chilenos
El Secretario General de las Naciones Unidas recordó la fecha con un mensaje en el que afirmó que el golpe de Estado de 1973 “fue un quiebre institucional que rompió los lazos de convivencia y marcó a generaciones de chilenos y chilenas, pero también inspiró a muchos a luchar por la justicia y la libertad”.
Las cifras oficiales presentadas por comisiones especializadas conformadas tras la dictadura, reportaron 2296 asesinatos políticos, entre los cuales, unos mil eran personas desaparecidas; casi 28.500 casos de tortura; y más de 3200 desapariciones. Además se registraron 40.000 sobrevivientes a encarcelamientos políticos y tortura.
“Hoy, rendimos homenaje a las víctimas de ese periodo oscuro y a todas las personas que han trabajado incansablemente para sanar heridas y construir una sociedad más inclusiva y justa”, dijo António Guterres.
El líder de la ONU indicó que el golpe y la muerte de Salvador Allende -siete meses antes de la Revolución de los Claveles en Portugal-, le conmovieron profundamente, igual que lo hicieron las historias de chilenos perseguidos que conoció más tarde como refugiados.
Guterres destacó que el 50 aniversario del golpe en Chile coincide con los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sostuvo que esa Declaración debe servir de guía para escuchar a todas las víctimas y sus seres cercanos, reconocer su dolor, y contribuir a su derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición.
Fortalecer la memoria histórica
Por otra parte, consideró que el plan de búsqueda de personas desaparecidas anunciada por el gobierno chileno refleja la necesidad de seguir fortaleciendo la memoria histórica, como una forma de unir a la sociedad y enfrentar tareas pendientes y problemas comunes con una mirada de futuro.
En una nota optimista, Guterres señaló que “la sólida democracia chilena de hoy, permite tener la esperanza de que la humanidad, unida en su diversidad, puede resolver cualquier desafío global”.
“En este aniversario, celebremos el compromiso chileno con la democracia y los derechos humanos y reafirmemos nuestra dedicación para construir un mundo más justo, solidario y pacífico”, concluyó el Secretario General.