Sentaro Takahashi, vicedirector del Instituto de Prueba de Reactores Nucleares de la Universidad de Kioto, nos brinda su opinión sobre la detección de plutonio en la central nuclear de Fukushima.
Takahashi: “El plutonio es un elemento radiactivo producido por el uranio 239 o el uranio 235 y emite un tipo de radiación llamada “rayos alfa”. Aunque el plutonio entre en contacto con la piel humana, los rayos alfa no penetran en el cuerpo, pero sí existe el peligro de que el elemento ingrese en el organismo por el consumo de alimentos contaminados o la respiración.
El plutonio 239, por ejemplo, tiene una media vida de unos 20.000 años. De modo que, si penetra en el cuerpo, seguirá emitiendo radiación por tiempo indefinido desde el lugar donde sea absorbido y el riesgo de contraer cáncer es muy alto.
Dado que el cuerpo humano expulsa naturalmente el plutonio, la cantidad que permanece en el organismo se reduce a la mitad en unos meses. Sin embargo, se cree que tarda más en eliminarse que el yodo o el cesio.
Si no se producen más accidentes nucleares graves en el futuro, el nivel actual de radiactividad no representa peligro para el hombre ni el medio ambiente. No obstante, en aguas cercanas a Japón aún se detecta el plutonio generado hace muchos años por una prueba nuclear estadounidense en el atolón de Bikini, en el sur del Océano Pacífico. De modo que, si se fuga plutonio al mar, será necesario verificar la radiactividad de los frutos de mar durante un largo período.
Además, el plutonio no se propaga fácilmente, lo que puede estar causando una concentración muy alta dentro de la central nuclear. Es necesario hacer controles continuos y muy estrictos, y debe garantizarse la seguridad de los operarios en la central dotándolos de protección facial apropiada y evitando que coman o beban cerca de las instalaciones, entre otras medidas”.
Fuente NHK