Ginebra, Suiza.- Con el objetivo de aumentar las oportunidades en el ámbito del deporte y la aceptación social de las personas con discapacidad, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) prevé una considerable ampliación de sus programas deportivos destinados a este sector.
Durante el 2020, pondrá en marcha programas de ese tipo en diez nuevos países, con lo cual se elevará a 28 la cifra de naciones donde la institución presta apoyo a personas con discapacidad a través del deporte.
Los programas tienen un objetivo ambicioso a largo plazo: acabar con el estigma asociado a la discapacidad física y generar estructuras que permitan a las personas con discapacidad alcanzar su máximo potencial.
“Hagamos todo lo posible por que las personas con discapacidad no se vean limitadas por nociones erróneas acerca de lo que pueden hacer”, propone Jess Markt, asesor sobre discapacidad, deporte e inclusión para el CICR.
“Debemos promover maneras de llegar al mundo laboral y a la educación, y rechazar la idea de que una persona que tuvo polio en su infancia o que sufrió un accidente con una mina terrestre no puede criar un hijo o ser un empleado productivo. Sí puede hacerlo”, señaló.
Cada 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, fecha que puede servir a modo de recordatorio y disparador de debates acerca de las personas que viven con discapacidad todo el año.
Markt –ex atleta universitario de salto en altura de la Universidad de Oregón, Estados Unidos, hoy en silla de ruedas a causa de un accidente- está al frente de los programas deportivos del CICR para personas con discapacidad en todo el mundo.
“El 3 de diciembre ha pasado a ser un día en el que prestamos atención a cuestiones como la inclusión. Es una fecha importante para visibilizar y concientizar sobre los derechos de las personas con discapacidad. El desafío es recordar e incluir a esta comunidad todo el año”, señala Markt.
Uno de los países donde el CICR trabaja con deportistas con discapacidad es Sudán del Sur. 80 basquetbolistas en silla de ruedas, entre ellos, 15 mujeres, estuvieron reunidos en Yuba para participar en un entrenamiento de tres semanas que culminó en un torneo los días 12 y 13 de diciembre.
“Cuando juego, me olvido de mi discapacidad. Le pongo todo mi corazón porque es una oportunidad de aprender”, expresa Mary Hezekiah, una de las jugadoras. “Nada sería imposible para las personas con discapacidad si nos dieran los recursos adecuados, pero no nos tienen en cuenta”.
En Sudán del Sur, hay pocos servicios disponibles para personas con discapacidad y únicamente tres centros ortopédicos -todos con apoyo del CICR- donde se brindan servicios de fisioterapia y dispositivos de movilidad, como prótesis y sillas de ruedas.
“En los centros ortopédicos, atendemos a diario a nuevos pacientes, muchos de los cuales han sufrido amputaciones por heridas de bala”, comenta James Reynolds, jefe de la delegación del CICR en Sudán del Sur. “Es un triste recordatorio de cómo este conflicto ha afectado la vida de muchas personas de manera irreversible”.