El diario londinense The Financial Times (FT) va a acelerar su transición hacia un diario fundamentalmente electrónico. En la primera mitad del año que viene publicará una sola edición impresa global, más delgada que la actual, que será más parecida a una revista que a un tradicional diario y que se nutrirá de la producción de la web, y no al revés. Así lo ha anunciado el director del diario, Lionel Barber, en un largo memorando enviado al martes a la redacción que ha sido reproducido por el diario The Guardian.
El anuncio de Barber supone un paso más en la estrategia desvelada ya en enero pasado de concentrar los recursos en la edición electrónica. “El proceso de publicación del diario como se hacía en los años setenta —incrementar de forma gradual los cambios para múltiples ediciones a lo largo de la noche— está muerto. En el futuro, nuestro producto impreso derivará de lo que ofrezca la web, y no al revés”, proclama Barber.
La edición de papel “continuará siendo una parte vital de nuestro negocio, contribuyendo de forma significativa a los ingresos por publicidad y circulación”, precisa el director del diario. Sus cumplidos al papel, sin embargo, se centran en su valor económico más que en el periodístico. Barber parece haber llegado a la conclusión de que el futuro del diario pasa exclusivamente por sus ediciones electrónicas. El fin del papel ya parece haberse decidido, pero la fecha dependerá de la capacidad de la edición impresa de seguir siendo rentable. Y, hoy por hoy, el papel sigue ganando más que las ediciones electrónicas.
El FT, sin embargo, parece estar mucho mejor situado que otros para rentabilizar el periódico online. Ha introducido con éxito un sistema flexible de suscripciones que permite acceder de forma gratuita a una parte del contenido y cobrar tarifas de distintos niveles por el acceso a otras partes de su contenido. Tiene la ventaja de que no es un diario de masas: se dirige a una audiencia elitista, del mundo de las finanzas y de la política, repartida por todo el globo. Puede cobrar mucho más que un diario convencional y depende menos del público local.
“Hemos transformado nuestro modelo de negocio, cargando con éxito por acceder a nuestro contenido y construyendo un negocio global de suscripciones”, presumió Barber. “El año pasado, nuestras suscripciones electrónicas sobrepasaron por primera vez las cifras de circulación impresa. Hoy tenemos 100.000 suscriptores digitales más que ventas impresas”, aseguró.
Esas cifras, sin embargo, no dan una idea exacta de cómo va el negocio porque pueden deberse tanto a un aumento de suscripciones electrónicas como a una caída de ventas de la edición de papel. Y, más probablemente, al efecto combinado de ambos factores. Según ABC, el organismo que controla la circulación de la prensa británica, el FT vendió una media de 256.500 ejemplares entre marzo y agosto de este año, un 14,4% menos que el año anterior. Algo menos de un tercio son ventas en Reino Unido, algo más de un tercio en el resto de Europa y lo demás se lo reparten sobre todo EE UU y Asia.
El mensaje de Barber no introduce novedades espectaculares respecto a lo anunciado en enero. El director del periódico ofrece, sin embargo, pistas muy interesantes sobre los cambios que los periodistas han de realizar en su forma de trabajar. El diario de papel, más reducido, lo llevará a cabo un pequeño equipo a partir del material de la web. El diario electrónico será un producto más pensado, concebido como un noticiario de televisión y con la intención de publicar historias en los momentos de máxima audiencia.
La redacción, tanto los editores como los reporteros, “tendrá que alejarse de la recolección reactiva de noticias para dar valor a las noticias en su contexto, al tiempo que seguirán siendo fieles a la búsqueda de un periodismo original e investigativo”, dice Barber. “El énfasis online estará en los artículos más que en las secciones”, señala el director del FT. Tomado de El País.