Especial de Maysa MOYA para Oaxacaentrelineas.-La joven guerrillera de perfil, con una blusa intensamente roja, de rostro adusto e impaciente y una actitud decidida que porta en las manos una metralleta en el mural La gloriosa victoria realizado por Diego Rivera, es Rina Lazo-Wasem, protagonista y coautora de esta obra que documenta el sangriento golpe militar en Guatemala contra el gobierno democrático de Jacobo Árbenz en 1954.
Se trata de un mural que estuvo perdido poco más de 50 años; se ignoraba su ubicación en el Museo Pushkin de Moscú y fue escogido para abrir la exposición “Diego Rivera, Epopeya Mural”, en el Palacio de Bellas Artes, con motivo del 50 aniversario de la muerte de este artista.
¿Cómo fue a dar esta pintura a Moscú?
“Ese cuadro fue enviado a Europa por el Frente Nacional de Artes Plásticas, por lo que nunca se exhibió en México, una vez terminado salió directo hacia la Europa del Este, donde se conoció; después el cuadro desaparece, y cuando empiezan a buscar obra mural de Diego Rivera sobre la paz, para una exposición conmemorativa de este gran pintor, encuentran La Gloriosa Victoria en el museo de Pushkin, en Rusia. Después de 50 años se localiza. Es el mejor homenaje que se le puede hacer a Diego. Es prestado, el maestro Diego lo obsequió al pueblo ruso, en ocasión de uno de los Festivales de la Juventud y de la Paz que se celebraban en ese país, con delegados de todo el mundo.”
¿Cuál será el destino final de esta obra?
“Esta obra abre la exposición “Diego Rivera, Epopeya Mural”, distribuida en ocho salas del Palacio de Bellas Artes al cumplirse este año 50 años de su muerte; será parte del itinerario de exposiciones del conjunto de obras del maestro Diego que se realizará en varias ciudades del país y el extranjero, también se exhibirá, desde luego, en la capital de Guatemala, finalmente será devuelto a Rusia.”
Rina Lazo, pintora y muralista, fue ayudante de Diego Rivera entre 1947 y 1957; acusa al gobierno estadunidense del golpe organizado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia) que es el tema de La gloriosa victoria y explica: “Árbenz, que había formado parte de una junta de gobierno que obligó a renunciar al dictador Jorge Ubico en 1944, participó en las elecciones y ganó democráticamente en 1951.”
¿Cuál es la historia de esta obra?
Árbenz se proponía, dice Rina Lazo, una gran transformación social y económica de Guatemala. Una nación independiente que superara su crónica condición de país semicolonial, semifeudal y atrasado, para que mejoraran las condiciones sociales y económicas de su pueblo.
“Pero su reforma agraria afectaba a los latifundistas y a la trasnacional estadunidense United Fruit Company, dueña de enormes extensiones de tierras guatemaltecas. Los latifundistas, la United Fruit Company -la gran bananera de Centroamérica- y la jerarquía de la Iglesia Católica se opusieron a tal reforma que entregaba la tierra a los campesinos más pobres.
“La campaña fue insidiosa, se tornó violenta; se acusó a Árbenz de comunista. El gobierno de Eisenhower inició la desestabilización de su gobierno democrático. Un coronel guatemalteco, Carlos Castillo Armas, se prestó al golpe, ocupó su propio país con tropas armadas por el gobierno de Eisenhower. Aviones estadunidenses invadieron el espacio aéreo guatemalteco para intimidar a la población y el ejército se unió a los golpistas. La noche del 27 de junio de 1954, Árbenz fue obligado a renunciar y a salir del país.”
¿Cómo es tu recuerdo de esos eventos?
“La población civil se debatía en un ambiente de gran violencia, terror e incertidumbre, Árbenz sólo contaba con el apoyo popular de campesinos y trabajadores, gente pacífica y desarmada. Ese dramático episodio de la historia latinoamericana quedó plasmado sarcásticamente en el mural “La gloriosa victoria”, en este mural están de un lado las figuras de campesinos con machetes indignados contra la intervención estadunidense y el golpe militar y del otro la figura cobardemente sumisa de Castillo Armas, acompañado de latifundistas y un arzobispo católico, dándole la mano al embajador norteamericano en Guatemala, con una bomba en sus pies donde se observa el rostro de Eisenhower sobre cuerpos ensangrentados de niños, mujeres y campesinos.
¿En qué estado de ánimo la pintó Diego Rivera?
“Para el maestro Diego la caída de Jacobo Árbenz por esa brutal intervención, como para todos nosotros, fue terrible; estaba conmovido por los sucesos de Guatemala, conmovido por el ataque a una democracia que empezaba a construirse y porque Frida Kahlo, antes de morir, había encabezado una manifestación en México contra el golpe militar patrocinado por los Estados Unidos. Estaba conmovido también, por el sentimiento de Frida”.
La ilustre pintora mexicana de origen guatemalteco llegó a México en 1945, gracias a una beca obtenida por sus méritos artísticos; por su talento y dedicación fue seleccionada como ayudante por Diego Rivera en el famoso mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda, así como en la decoración de la Cámara de Distribución del agua del Río Lerma, más conocida como el Cárcamo del Río Lerma, en el altorrelieve del talud del Estadio Olímpico de nuestra Ciudad Universitaria y otras obras murales del gran pintor mexicano.
¿La Gloriosa Victoria de quién?
“Fue un sarcasmo doloroso de Diego, una irónica y amarga paráfrasis inscrita por el maestro sobre las cínicas palabras de John Foster Dulles, el representante de Eisenhower, quien festejó el golpe militar encabezado por un coronel guatemalteco con tropas armadas por el gobierno estadunidense. ¡Qué gloriosa victoria la de ellos, y para nosotros una dolorosa y terrible derrota!”, recuerda Rina.
¿Cuál fue tu contribución a este mural?
El maestro Diego me invitó a pintar la cárcel, en la parte superior derecha, donde aparecen varios presos asomándose y muestran la bandera de Guatemala, por eso el cuadro está firmado por Diego y por mí”.
La grabadora, pintora y muralista Rina Lazo, autora de la fiel reproducción de los Frescos de Bonampak para la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología e Historia, creadora de una abundante obra mural y de caballete internacionalmente reconocida, conserva de La gloriosa victoria una carpeta numerada firmada por Diego Rivera, “En esa carpeta me pone una dedicatoria que dice: Para Rina Lazo en quien tuve dos cabezas, cuatro manos y por poco me deja sin corazón”.
¿Cómo defines la obra de Diego Rivera?; “En un panorama internacional de la historia de la pintura, Diego Rivera es el más importante pintor mexicano del siglo XX, porque incorporó en su obra las diferentes corrientes y tendencias del arte mundial, incluso del cubismo.”
¿Qué aspectos compartes desde el punto de vista artístico?
En mi opinión fue un gran artista que además rompió los conceptos formales para hacer un arte de contenido social, comparto con él la convicción de que -para trascender- el arte no puede ser sólo un hecho estético en el vacío, sino un compromiso con el momento histórico y la sociedad en la que se vive. Por eso el maestro es muy importante para la historia de México: el pintor de la Revolución junto con Orozco, Siqueiros y una pléyade de grandes artistas, como Jesús Guerrero Galván, Juan O’Gorman, Roberto Berdecio, Arturo García Bustos, Benito Messeguer, Lorenzo Guerrero, y otros más que se me escapan en este momento, miembros todos del Frente Nacional de Artes Plásticas, FNAP, y de la Escuela Mexicana de Pintura, que dio identidad, reconocimiento, presencia y fama mundial al arte mexicano, por su originalidad y autenticidad, su gran calidad y fuerza expresiva.
¿Cuáles aspectos consideras más positivos de estas ocho salas dedicadas a la obra de Diego Rivera en el Palacio de Bellas Artes?
La exposición sobre el maestro Diego Rivera revalora al muralismo, al arte mexicano, singular en el mundo, porque incorpora las raíces indígenas de nuestra cultura así como los elementos populares y modernistas de su momento histórico. Este homenaje nacional pone a las nuevas generaciones en contacto con su obra; Diego Rivera fue un artista sabio y un hombre cariñoso y de buena fe con sus alumnos y ayudantes. Fue un privilegio trabajar con él.