** Por primera vez en 79 años, sin palco oficial y sin rendir pleitesía al gobernador
** Admiran el espectáculo, el mandatario estatal, con su esposa Mané Sánchez Cámara y la Diosa Centéotl, Sayra Gabriela Hernández, junto a más de 11 mil personas
Oaxaca, Oax.- Algarabía, júbilo a más no poder, elevado sentimiento de orgullo, fue lo que se vivió en la primera gran representación de la Guelaguetza, con un auditorio lleno de bote en bote y la gente gritando con las 12 delegaciones que participaron en la primera edición del Lunes del Cerro.
A las 9:49 ingresó el gobernador, y no hubo la pleitesía de otros años, acaso porque no se trajeron paisanos para ello, o seguramente porque Gabino Cué ha dicho que la fiesta es del pueblo, para el pueblo y para los visitantes, en una celebración que a todos llena de satisfacción.
Ahí, junto a su esposa Mané Sánchez Cámara, acompañando a la Diosa Centéotl, Sayra Gabriela Hernández Espinosa, vieron a los danzantes de la Cañada, venidos de San Jerónimo Tecóatl, arrancando los primeros aplausos, calentando la emoción que poco a poco fue creciendo, a medida que las tres horas con quince minutos que duró este festejo fueron avanzando. Invitada especial la Secretaria de Turismo, Gloria Guevara y muchos más.
Luego los mixes, los nunca vencidos, de Santa María Tlahuitoltepec, mostraron sus sones, para luego dejar paso a El palomo miahuatleco, precisamente de Miahuatlán de Porfirio Díaz, en plena Sierra Sur.
Una jornada fresca, cobijada por la velaria que ahora da sombra a la ex rotonda de la Azucena, es la que se vivió y permitió llenarse de alegría, pero también para acompasar el corazón con el misticismo de las representaciones oaxaqueñas, como en la Boda tradicional, celebrada por los vecinos de San Pablo Villa de Mitla.
Por primera vez en la historia de la Guelaguetza, no hubo palco oficial, por eso los representantes de las 8 regiones no tuvieron que hacer la pasarela para llegar al Señor Gobernador; ahora, todas y todos entregaron, lanzaron sus obsequios desde el redondo escenario.
Volaron los costalitos con café, los panes, el totopo, los dulces y frutos diversos, para delicia de las más de once mil personas que abarrotaron el lugar. Prácticamente no hubo lugar vacío, corroborándose así lo dicho por Gabino Cué cuando anunció que los boletos para este Primer Lunes se agotaron.
Vino luego el garbo de las mujeres de Tehuantepec y el ebullente jarabe mixteco, bailado por jóvenes de Huajuapan de León. Aquí miles de sombreros se movieron al compás de la añorante Canción mixteca, y de nuevo a la algarabía con los versos de la culebra chenteña dichos por los llegados de San Vicente Coatlán.
Enseguida la emblemática Danza de la pluma ejecutada con solemnidad, con ágiles pasos trazando la coreografiada geometría del caso, venida de San Bartolo Coyotepec, mientras una señora terminaba de modelar una olla de barro, como recordándonos que esa es la vieja labor de los habitantes de la comunidad.
Y otra vez la ebullición, los versos pícaros, el salero de la mujer costeña, venida de San Pedro Pochutla, prendiendo de nuevo el grito unánime de la concurrencia.
Y luego las hermosas mujeres del Papaloapan, representantes de San Juan Bautista Tuxtepec, de Usila, Soyaltepec, Jalapa de Díaz, yendo al frente y atrás, en un vaivén rítmico, diríase exacto, que levantó el aplauso, avivando más el fuego de la emoción con el fuelle de los aplausos, 30 jovencitas que captaron la emoción del público.
Para finalizar esta magna representación de las tradiciones oaxaqueñas, se presentó la delegación de Putla Villa de Guerrero, con sus mujeres ondeando las felices faldas, manteniendo el ánimo de la gente.
Era espléndido el retumbo causado por los gritos, el imparable ajetreo del aplauso, el gozo expresado en los miles de rostros venidos de todos lados, de la vecina Puebla, del Distrito Federal, del Norte y más allá, de una multitud incansable que disfrutó una Guelaguetza como no se había visto en los últimos años.
Y qué tal, ya llegaron las delegaciones, Oaxaca está de fiesta ¡Que viva el jolgorio de la Guelaguetza!.