Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- Hace 29 años, el 11 de diciembre de 1987 Oaxaca de Juárez y la zona arqueológica de Monte Albán fueron inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en reconocimiento a la vasta riqueza arquitectónica de su Centro Histórico y el legado prehispánico del centro ceremonial mixteco.
El Consejo de la UNESCO determinó inscribir a la ciudad de Oaxaca por su traza establecida desde 1529, que se conserva en la actualidad como herencia invaluable, resguardando uno de los conjuntos más ricos de arquitectura civil y religiosa del continente.
Los edificios civiles y religiosos ubicados en el Centro Histórico de Oaxaca, plasman más de 400 años de historia que se ha acumulado desde el siglo XVI hasta nuestros días, la cual permanece perfectamente delineada y conserva el trazo original de su Centro Histórico, que es de valor incalculable y significado excepcional.
El teatro Macedonio Alcalá, el templo y exconvento de Santo Domingo de Guzmán, el Paraninfo universitario, la Catedral, el Complejo Arquitectónico de La Soledad, son algunos de los Monumentos catalogados por su valor histórico y gran belleza, los cuales cuentan con el respaldo internacional y la determinación de las autoridades para su conservación.
A pesar del crecimiento de la ciudad hacia los cuatro puntos cardinales y los fenómenos naturales que han afectado a las estructuras, la forma, diseño, uso y función de varios edificios emblemáticos se ha mantenido en el Centro Histórico y Monte Albán, donde la ubicación y el entorno se han conservado en gran medida, así como la forma y el diseño del centro ceremonial.
Con el apoyo de la Federación y el Gobierno del Estado, el Ayuntamiento capitalino impulsa diversas acciones para promover la conservación del Centro Histórico de Oaxaca y contribuir al cuidado de Monte Albán, complejo ceremonial de gran relevancia en la historia de zapotecas y mixtecas.
Cabe recordar, que la ciudad de Oaxaca recibió durante la Asamblea Plenaria del XIII Congreso Mundial de la OCPM celebrada en Arequipa, Perú, en el 2015, una vicepresidencia dentro del Consejo de Administración de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial, en cuyo seno contribuyó a la implementación de nuevas políticas para las Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial.
Para garantizar la protección del patrimonio cultural, el 15 de marzo de 1976, el Gobierno Federal publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto de Zona de monumentos históricos de la Ciudad de Oaxaca, el cual se sujeta a las condiciones establecidas por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas Arte Histórico, determinando al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como ente regulador.
En este marco y para actuar en la conservación del Centro Histórico, el 16 de diciembre de 1993, se firmó un acuerdo que prevé la creación de la “oficina de atención al público” entre el INAH y el municipio de la ciudad de Oaxaca. Este esfuerzo conjunto permite que el INAH y el municipio, dentro de sus facultades autorizadas, para el control de proyectos de arquitectura y desarrollo propuesto en el Centro Histórico.
Como resultado de esta colaboración, el 23 de diciembre de 1997, el Gobierno del Estado de Oaxaca, publicado en el Diario Oficial el Plan Parcial para la Conservación del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca que estipulan los usos del suelo y efectos; la clasificación de edificios de acuerdo con su importancia; y las normas que deben ser objeto de todas las intervenciones en el Centro Histórico, este último es actualizado por la actual administración, para consolidar una responsabilidad compartida entre gobierno y sociedad, por la preservación del patrimonio.
¿Por qué Oaxaca y Monte Albán?
La inscripción Oaxaca de Juárez, en su Centro Histórico y la zona arqueológica de Monte Albán en esta lista que se comparte con 253 ciudades del mundo, se origina en el cumplimiento de los criterios I, II, III y IV, establecidos por la UNESCO.
Estos criterios son:
I).- Representar una obra de arte del genio creador humano; El Valle Central de Oaxaca, enclavada en un zona montañosa, está formada por tres ricos valles agrícolas. En la confluencia de estos valles y colinas se materializó uno de los grupos de edificios más extraordinarios de la antigüedad americana, Monte Albán, obra maestra del espíritu creativo humano.
II).- Atestiguar un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural o determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes. Oaxaca conserva uno de los más ricos conjuntos de arquitectura civil y religiosa del continente americano, con 29 templos construidos a partir del siglo XVI.
III).- Aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida. Además de las cualidades artísticas de muchos elementos, se pueden encontrar objetos y construcciones que pueden considerarse como únicos entre su tipo, tanto en los edificios coloniales como prehispánicas.
IV).- Constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana.
La arquitectura de sus edificios coloniales la colocan como una de las primeras ciudades antisísmicas del continente, lo cual fue de gran importancia e influencia en el siglo XVII.
Cabe mencionar que el bien inscrito en la Lista de la UNESCO abarca un área de 375 hectáreas, con una zona de amortiguamiento de 121 hectáreas. Todos los elementos para transmitir el valor universal excepcional de la propiedad se encuentran dentro de sus fronteras.
El Centro Histórico de Oaxaca cuenta con una superficie de cinco kilómetros cuadrados, 247 bloques y 1200 monumentos de la arquitectura civil y religiosa, las costumbres ancestrales y tradiciones que se desarrollaron durante más de cuatro siglos que se conservan hoy en día para el disfrute de ciudadanos y visitantes de México y el Mundo, compartiendo la responsabilidad de su preservación.