Por Horacio Corro Espinosa
No lo conozco y ni se me gustaría conocerlo, y menos, que se me acercara porque seguramente me contaminaría. Me imagino que de su piel segrega un pus que es capaz de desgraciar todo. Su misma presencia infecta y contamina el aire por medio de su respiración. Tan es así, que ha contaminado hasta los partidos políticos.
Supongo, que cuando te toca Jorge Castillo Díaz, ya sea por saludarte de mano o simplemente con su aliento, te conviertes en su esclavo. A partir de entonces, los que han pasado por esa pesadilla, tienen que doblegarse a todas sus órdenes, de lo contrario el número uno, (supongo que el gobernador) se enoja. Bueno, no dice que se enoja, sino que se pone furioso pero con palabrotas soeces.
Supongo que ese pus afilado, es el que trabaja dentro de las cabecitas de los presidentes del PAN y del PRD, Iván Mendoza Reyes y Rey Morales Sánchez, respectivamente, para que se arrodillen frente a su amo. Las palabras de este tipo, en ningún audio, se oye respeto a nadie. Siempre humilla, ofende, degrada, avergüenza, denigra, confunde, deshonra, desprecia, doblega, somete, mortifica, insulta y pisotea para que se agachen.
Y qué me dicen del nuestro presidente municipal de Oaxaca, Luis Ugartechea, quien también, sin ninguna dignidad se pone al mandato del representante del gobierno del cambio en el D.F. Jorge Castillo. Bueno, de Ugartechea no es ninguna novedad, en otras ocasiones a vendido no sólo su dignidad, sino también lo que le pertenecía a los oaxaqueños. De esto ya he hablado en otras ocasiones.
Se supone que los señores que nos representan en las cámaras o en los puestos de elección popular, son personajes de alto nivel de liderazgo en nuestra entidad. Pero con la desenmascarada que se les ha dado a estos políticos de desecho, tal vez, la mayoría de los oaxaqueños nos sentimos traicionados.
Los bien nacidos oaxaqueños, aunque piensen los políticos lo contrario, nos sentimos lastimados. Cada día gubernamental que pasa, aprendemos a ofendernos, pues no somos de palo. Este gobierno, el de Gabino Cué, nos ha ofendido, lastimado, defraudado, engañado y tratado de modo indigno.
Cuando Gabino llegó al poder, llegó porque la mayoría de los oaxaqueños siempre vieron la realidad de las anteriores administraciones de gobierno, tan es así, que cuando Gabino Cué, recibió su constancia como gobernador, la gente comenzó a gritar: “Justicia”, “justicia”, “justicia”.
Con los audioescándalos, todavía anoche salió el último donde Jorge Castillo, habla del nuevo Delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGAPA) Manuel García Corpus. Con todo esto, los oaxaqueños se sienten defraudados, no correspondidos, y por lo mismo, hoy se acusa a las autoridades gubernamentales de complicidad con los exfuncionarios priístas del sexenio anterior.
El sábado, presentó su renuncia Jesús Martínez Álvarez, como Secretario General de Gobierno, y llega a este lugar, Alfonso Gómez Sandoval. Con esto se leen dos cosas: que Gabino siempre ha trabajado por el PRI, cuando la población, luchó por sacar a los priístas del poder. Y, que tuvo que llegar un priísta de pura cepa, porque dentro de los partidos de la coalición, todos sus hombres son de la misma capacidad intelectual, política y moral del diputado federal Hugo Jarquín.
Hay una pregunta en el aire: ¿Quién es el que gobierna Oaxaca? Gabino Cué, o Jorge Castillo Díaz, aunque hay alguien más que en otro momento les platicaré. La respuesta la sabremos en esta misma semana. Si no renuncia, quiere decir que el tal Jorge, es el mismísimo poder tras el trono, y si renuncia, quiere decir que Gabino Cué, aún respira.
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