* “No decisiones ideológicas que ponen el riesgo su vida y la de pasajeros de aeronaves”
* “El problema no es de un hombre, sino estructural”: Integrantes del colectivo ciudadano “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”
Ciudad de México.- Integrantes del colectivo “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido” exigieron hoy a las autoridades aeronáuticas del país que haya más seguridad técnica en el espacio aéreo, no decisiones ideológicas que ponen el riesgo su vida y la de pasajeros de aeronaves, tras el incidente ocurrido el pasado sábado entre dos aviones de Volaris como ya lo habían advertido desde el pasado 25 de octubre, debido al mal rediseño de las rutas de llegada y salida que comenzaron a operar desde el 25 de marzo de 2021.
A nombre del colectivo que integra a más de 150 colonias en el Valle de México, Tere Soria demandó contar con una dependencia de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) altamente calificado, especializado y capacitado”. “No nos sentimos complacidos ni mucho menos más seguros solo porque Víctor Manuel Hernández Sandoval haya renunciado a la Dirección General de Seneam”.
Agregó que “si bien existen muchas circunstancias por las cuáles se debe investigar la labor de Hernández Sandoval al frente de Seneam, entre ellas por negligencia criminal, la salida de una persona no resolverá una problemática que es estructural”.
Gricha Raether insistió en que “la única forma de que vuelva la tranquilidad, no sólo a los 2.5 millones de habitantes que vivimos en la trayectoria de las rutas, los miles de pasajeros de todo el país y del extranjero y cientos de tripulaciones de aeronaves nacionales y extranjeras que salen y aterrizan en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México diariamente, es que se retome el trazado anterior”.
El representante vecinal agregó que la realidad, que se ha hecho presente en forma de potenciales accidentes aéreos de consecuencias catastróficas supera, con mucho, los discursos ideológicos que sólo ven “ataques” en donde hay riesgos inminentes. “Estamos hablando de vidas, tanto de los que están en el avión como los que estamos abajo, pero también de lo que esto podría generar en el país en imagen para una economía que de por sí, está colgando de un hilo”.
Por lo anterior, rogó al presidente Andrés Manuel López Obrador que “tome en consideración estos hechos y soluciones que están basadas en ciencia y se tomen las decisiones correctas para toda la ciudadanía”.
Raether dijo que ya enviaron mensajes a autoridades aéreas estadounidenses, al embajador Ken Salazar y al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para advertirles de esta peligrosa situación y que lo seguirán haciendo, mediante una campaña de concientización a través de embajadas de otros países, las líneas aéreas y sus usuarios, así como a los ciudadanos afectados y público en general, sin dejar de lado la búsqueda de un diálogo que hasta el momento ha sido infructuoso con el Gobierno de la República y las autoridades aeronáuticas.
De hecho, la única instancia de gobierno que les ha abierto las puertas, dijo Tere Soria, ha sido la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que aceptó la queja vecinal que le hicieron llegar el pasado 24 de marzo, por la contaminación ambiental acústica causada por el ruido excesivo de las aeronaves que ahora navegan en más extendidas y ampliadas áreas de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
Francisco Landero relató que existen mesas de trabajo de carácter político, pero no técnicas donde se ha omitido la participación no sólo de los vecinos afectados, sino también las representaciones de los controladores aéreos y los pilotos, que son piezas clave, por su experiencia, para la generación de las mejores condiciones de vuelo en el espacio aéreo del Valle de México, ya que ellos son los que operan cada día, mientras que el rediseño lo hicieron desde los escritorios.
Minerva López fue muy específica al decir que las autoridades aeronáuticas se están haciendo bolas cuando la ruta anterior, que funcionó durante más de 30 años, lo hizo sin incidentes y con un máximo de 61 vuelos por hora, y que de acuerdo con lo que les han dicho los expertos, no existen problemas para que se pudiera incrustar en el anterior diseño al aeropuerto de Santa Lucía.
“¡Basta de la necedad!, esto no se trata de política, sino de operación, de técnica, fundamentados en los manuales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Este Gobierno pidió que primero la gente, pero no se ve”.