* Funcionariado, delegaciones invitadas y ciudadanía formaban el gran contingente acompañado con toritos, música y fuegos artificiales
Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- Miles de personas presenciaron el Tercer Convite que invita a la Guelaguetza 2023 en un ambiente de júbilo y hermandad que augura un éxito rotundo de la gran fiesta de los pueblos de Oaxaca, con un contingente que inició su recorrido en la Cruz de Piedra hasta llegar a la Alameda de León.
Con toritos, música y fuegos artificiales, las Chinas Oaxaqueñas de Casilda Flores bailando el Jarabe del Valle que distingue a las continuadoras de la tradición que surgió en el mercado Benito Juárez, la ciudadanía oaxaqueña, visitantes nacionales y extranjeros convivieron en un ambiente de júbilo y hermandad.
Al grito de ¡Viva Oaxaca! y ¡Viva la Guelaguetza! las Chinas bailaban ondeando sus faldas de satín en colores intensos y alegres, de amplio vuelo, con aplicaciones de encaje, blusas blancas adornadas con pañoletas, luciendo sus vistosas joyas de oro, con sus largas trenzas de cabello negro y símbolos religiosos sobre el corazón, por su origen católico. En la cabeza llevaron sus canastas adornadas con cruces de flor inmortal.
Las Chinas Oaxaqueñas son nombradas así por ser del Barrio de la China, asentamiento tradicional donde vivían alfareras y alfareros que, dicen, competían con la loza de China, de acuerdo con textos del periodista Néstor Sánchez.
El periodista que da nombre a la Hemeroteca del Estado, señala que todavía existe la famosa Pila de Juan Diego, que en sus tiempos surtía de agua a la barriada, donde acudían con sus cántaros “las Chinas a eso del atardecer, las muchachas con sus mejores galas, esto es, con sus enaguas de chillante color, adornadas con encajes y listones blancos, con sus arracadas de oro y con sus rebozos bien llevados, con ese donaire de la oaxaqueña, con ese garbo único que la caracteriza”.
Los hermanos Sebastián, de nueve años, y Santiago Hernández Sánchez, de 14, encabezaron el recorrido con los monos de Calenda que se mandaron a hacer con los ahorros de sus cumpleaños, quienes llevan participando tres años con las Chinas como faroleros, y son vecinos de la Basílica de la Soledad. Desde pequeños les nació el gusto por los convites y calendas que llegaban en las fiestas de la Virgen de la Soledad. Santiago dice que quiere ser artesano y bailar en la Guelaguetza.
El contingente se conformó también con la delegación de Santo Tomás Mazaltepec con su fandango zapoteco, quienes portaron las rellucas en madera y cartón de sus templos y parroquias ataviadas con sus faldas de lana de color guinda intenso amarradas con ceñidor del mismo color, sus blusas blancas, rebozo de seda y largas trenzas con listones de colores.
La delegación de la Villa de Zaachila deslumbró con sus zancudos que bailaron desde lo alto de sus zancos, ataviados con sus trajes de fiesta, máscaras y pañoletas.
Macuilxóchitl de Artigas Carranza y su Danza de la Pluma fascinó con sus bailarines y sus soberbios penachos de pluma multicolor, sonando sus sonajas con su vestimenta de azul y rojo terciopelo, pantalones de manta adornados con vivos dorados y su corazón rojo religioso bordado en su camisa.
Las Canasteras de Puerto Ángel con sus blusas blancas entretejidas y sus faldas rojas, guindas, amarillas y azules bailaron los sones y chilenas de San Pedro Pochutla, quienes participan por primera vez en el Convite. Lucieron sus canastas adornadas con animales marinos elaborados con papel celofán.
La delegación de Santa Ana Zegache, con su Jarabe del Valle con sus ocho principales y los invitados de los tititlatos, quienes encabezan la fiesta más grande de la comunidad y son cargos de las fiestas de los distintos, de los santos, San Salvador, el segundo San Pedro Mártir, el tercero que celebra el nacimiento del Niño Dios y el cuarto que ve la fiesta del Día de Reyes el 6 de enero.
El contingente siguió con los marmoteros de la Hermandad de Municipios de Oaxaca.
La emoción y el orgullo de los asistentes acompañó a las y los bailarines a lo largo de las calles que se inundaron de alegría con las marmotas y los monos de calenda deslumbrantes por su carácter juguetón y festivo, invitando a propios y visitantes a disfrutar de la cultura, el arte, la música, el baile y el mezcal.
Todo está listo en Oaxaca para la gran fiesta, las delegaciones vienen cruzando montañas, caminos serpenteantes entre la neblina, de los valles y las costas, allende de los ríos y las lagunas. Vienen con el alma llena de regocijo al encuentro de los hermanos de las ocho regiones.
Pueblos de mujeres y hombres libres y orgullosos de sus raíces que están deseosos de bailar en al majestuoso coloso del Cerro del Fortín para ofrendar su Guelaguetza.