* La reconocida docente formó parte de Concertistas de Bellas Artes y en 2017 recibió la Medalla Bellas Artes
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan a la pianista y maestra Luz María Puente, una de las artistas más sensibles y apreciadas por la comunidad artística mexicana, al cumplirse este 20 de noviembre el centenario de su nacimiento.
Pianista de renombre internacional y pedagoga de reconocimiento nacional -con 50 años de labor educativa-, Puente es una de las artistas que el año 2021 arrebató al arte (falleció el 23 de febrero a los 97 años de edad), no sin antes dejar a los mexicanos y al mundo una gran herencia artística y a uno de los pianistas más famosos de la actualidad: Su hijo el maestro Jorge Federico Osorio.
Puente nació en Los Ángeles, California, Estados Unidos, pero desde niña vivió en México, donde desarrolló su exitosa carrera con alcance internacional. Su vida profesional siempre estuvo ligada al Inbal, donde por más de 50 años formó parte del grupo Concertistas de Bellas Artes. En 2017 la institución le entregó su máxima presea en reconocimiento a su trayectoria y aportes a la música y la educación artística: La Medalla Bellas Artes.
Su entrega se realizó en diciembre de ese año, cuando contaba con 93 años de edad. Al recibir la medalla dijo: “He tenido la fortuna de escoger una carrera que me encanta y que me ha dado mucha felicidad y satisfacciones; y ser parte de los Concertistas de Bellas Artes por casi 60 años me ha hecho sentir querida y apoyada a lo largo de todo este tiempo”.
“Siempre digo que tengo un amante, que es el piano, porque la música ha sido mi vida”, expresó. “El secreto de esa vitalidad -decía, por su parte, su hijo Jorge Federico- es el amor y el interés por hacer lo que a uno le gusta. La música, lo que nos hace es buscar siempre algo nuevo”.
Respecto del amor y admiración que los músicos le profesaban, en especial los pianistas que fueron sus alumnos, el propio Osorio consideraba: “Es que a cada persona sabe exactamente guiarla de manera intuitiva, amorosa, disciplinada”.
Puente se inició en el arte del piano a los cinco años de edad. Ya en México, a los 14 ingresó en el Conservatorio Nacional de Música. Luego se perfeccionó en música de cámara con Sandor Roth y en técnica pianística con Bernard Flavigny y Jörg Demus en México.
En el extranjero, Michele Campanella y Guido Agosti fueron sus mentores en la Accademia Chigiana de Siena, Italia. Luego se encontraría con Joaquín Achúcarro y especialmente con Reah Sadowsky como sus maestros.
Aun siendo estudiante de música, Puente comenzó a dar clases de piano a niños, lo cual la llevó a inventar un método de enseñanza propio, nuevo, adquiriendo un gusto y un sentido de responsabilidad por la docencia, a la cual le dedicó más de 50 años, dando como frutos varias generaciones de pianistas que hoy destacan en el mundo, incluido su hijo Jorge Federico Osorio, uno de los pianistas más respetados en la actualidad.
A lo largo de su carrera, Puente se presentó como solista invitada con numerosas orquestas sinfónicas del país, y dio recitales en las principales salas de conciertos de Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Austria, Estados Unidos y en países de Centroamérica.
Muchos de esos conciertos fueron dirigidos por maestros como Lorin Maazel, Sergiu Celibidache, Carlos Chávez, Luis Herrera de la Fuente, Eduardo Mata, Enrique Bátiz, Enrique Diemecke y otros. Destacan, asimismo, sus recitales de música de cámara con Henryk Szeryng, Luz Vernova y otros distinguidos intérpretes del siglo XX.
Además de ser concertista de Bellas Artes, formó parte de los prestigiados Cuarteto México y Cuarteto de Bellas Artes. A lo largo de su carrera recibió diversos reconocimientos. En 2008 la Orquesta de Cámara de la Ciudad de México le rindió un homenaje por su trayectoria como solista y maestra de varias generaciones de pianistas y en 2015 se le entregó la Medalla Mozart.