* La militancia priista en estampida
*¿El goberandor Salomón Jara será forzado a deterner investigaciones por malversación de recusos públicos de su antecesor?
Miguel Ángel Schultz
La renuncia del ex gobernador Alejandro Murat Hinojosa al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Oaxaca, marca la debacle para el tricolor, solo es cuestión de tiempo, realidad que contrasta con el priismo que mantuvo por décadas el control electoral de la entidad considerada su reservorio de votos, para mantener tanto el Congreso del Estado en sus manos como aportar diputados federales y senadores, con lo que el otrora invencible partido, era la aplanadora que pasaba por encima de la oposición en el Congreso de la Unión a la hora aprobar iniciativas de Ley.
Alejandro Murat al tiempo que renunció al partido, que lo hizo gobernador de 2016 a 2022, al igual que a su padre, José Murat Casab de 1998 a 2004, anunció también a la creación de la organización “Alianza Progresista por México”, que le permitira seguir en el escenario nacional, al más puro estilo de vale más ser cabeza de ratón de cola de león.
Esa agrupación le dificultará su incorporación a Morena, como aseguran algunos observadores políticos, ya que hace unos cuantos días, Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena y Claudia Sheinbaum Pardo, fueron puntuales en decirle a Marcelo Ebrard Casaubon, que también tiene su organización para partidista, que dentro de Morena no caben ni caudillos que representen segundas fuerzas, ni hay corrientes, las que están prohibidas al interior del partido guinda.
Para el PRI en Oaxaca, los Murat son clave, ya que entre los dos mantuvieron el Gobierno de Oaxaca durante 12 años, que no es poca cosa en un lapso de 24 años, es la mitad, tiempo transcurrido a la fecha de hoy, ello les permitió hacerse de los destinos del aparato priista oaxaqueño.
Hay que tomar en cuenta la influencia de José Murat en la estructura del PRI nacional, nombrado presidente la Fundación Colosio, a donde llegó en junio de 2017, permitiéndole contar con una herramienta, para influir en el nombramiento de candidatos en los procesos electorales, particularmente en los comicios presidenciales, estatales, municipales y a la presidencia del 2018, a la vez de construir vínculos con la clase política nacional.
¿Por qué es definitiva la deserción de Alejandro Murat para el priismo en Oaxaca?
Porque con su salida ya no queda ni un ex gobernador que dé coherencia a la militancia y a la estructura priista que en Oaxaca ahora ha dejado de ser representativa, es la tropa sin mando en estampida del sálvese quien pueda, de ahí la gran cantidad de priistas que se enchufan al gobierno morenista sin guardar las formas o decoro alguno.
José Murat (gobernador 1998 -2004), si bien sigue sin renunciar, al estar de manera presencial en su partido el PRI, aunque con la renuncia de Alejandro Murat al tricolor, podemos decir que Alejandro tomó su propia decisión y no la de su padre, resulta ingenuo pensar que es así es, aunque podemos darle el beneficio de la duda, pero la manera que gobernó Oaxaca – dice todo lo contrario.
El ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz (1 de diciembre de 2004 / 30 de noviembre de 2010), que se sobrepuso a la rebelión popular del 2006 en Oaxaca, fue expulsado del PRI por unanimidad en septiembre del 2021, por el actual dirigente nacional, Alejando Moreno Cárdenas.
Hoy busca la candidatura independiente a la Presidencia de la República, junto con otros ocho aspirantes, para el proceso del 2024, por lo que tiene hasta enero próximo para juntar el respaldo del uno por ciento de la Lista Nominal de Electores, lo que representa 966 mil firmas, para conseguir su registro de acuerdo con las reglas del Instituto Nacional Electoral (INE), lo que parece imposible.
Siguiendo con el recuento de ex gobernadores, Diódoro Carrasco Altamirano (1992-30 de noviembre a diciembre 1998), se fue del PRI en el año 2005 y entró a formar parte del Partido Acción Nacional (PAN), donde tuvo una presencia definida, ahora es asesor de Maru Campus goberanadora de Chihuahua antilibros de texto gratuito, por ello ya no representa un elemento de reorgnazación a la militancia priista, que de manera soterrada se han ido para buscar alternativas partidistas que les permita, una sobrevivencia en el escenario político de Oaxaca.
Heladio Ramírez López (1 de diciembre de 1986 a diciembre de 1922) tampoco milita en el PRI, es como esos católicos que lo son porque están bautizados, pero que ni a misa van. Su hijo Luis Antonio Ramírez Pineda, actual director general de Nacional de Financiera (Nafin) y del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) desde enero de 2022, ahora busca una posición en el Congreso de la Unión, en tanto que su hija Narcedalia Ramírez Pineda, ha mantenida la presencia social a través de la Fundación Ayú, son morenistas no declarados, por el acercamiento que tiene con miembros del partido en el poder, pero han perdido la oportunidad de definirse a tiempo, aunque ambos hermanos aspiraron a ser candidatos al Gobierno de Oaxaca, buscando ganarle la partida, sin lograrlo a Salomón Jara Cruz en los comicios de 2022.
El ex gobernador Jesús Martínez Álvarez (1985) desde hace mucho dejó de ser priista, ahora más cercano a Marcelo Ebrard, que a ningún otro destacado personaje político nacional y del actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por lo que difícilmente tiene presencia entre los priistas que están en la orfandad.
Los más avezados priistas se han ido mudando de matriz política sin importar las formas, así vemos como Mariana Benítez Tiburcio, coordinadora de medios de comunicación de la campaña del candidato a la gubernatura por el tricolor Alejando Avilés Álvarez, en el pasado proceso 2022 sin rubor se auto invitó al banquete del poder de la Cuarta Transformación, actual diputada local se pega como puede a la bancada morenista de la 65 Legisltura del Congreso de Oaxaca.
Lo mismo hizo Samuel Gurrión que llegó al Congreso de Oaxaca por el PRI pero se paso al Partio Verde hoy es presidente de la Mesa Directiva de la 65 Legisltura, en manos de José Estefan, quien aspiró a la gubernatura por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el 2016, a donde fue a dar Gabriela Pérez, hija de otro connotado priista, Eviel Pérez Magaña, ex candidato a la gubernatura de Oaxaca por el PRI en los comicios del 2010, ex secretario de Desarrollo Social del Gobierno de Enrique Peña Nieto, entre otros muchos cargos que ha ocupado y para sorpresa de muchos firmó el pacto de Unidad en Oaxaca con Claudia Sheinbaum Pardo, luego de recibir el bastón de mando que le dio el presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser electa coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación.
De las pasadas elecciones en Oaxaca en 2022, algunos opinólogos afirman que José Murat y Alejandro Murat entregaron la plaza a Morena, para que Jara Cruz ganara la elección de gobernador y abandonó a Alejandro Aviles el candidato del PRI en los pasadas eleccione, que no pareciera que fue así, por la duras críticas que expresa el gobernador morenista hacia a la administración de Alejandro Murat, que van más allá de sólo expresiones, ya que han integrado expedientes de investigación para iniciar algún procedimiento legal al joven Murat y ha metido al bote a algunos de sus colaboradores y quitado fias notariales a otros.
Algunos comentócratas afirman que Alejandro Murat tiene una senaduría asegurada, lo qu no parece que es así, ya que no ha sido merecedor de por lo menos una embaja como ha sucedido con otros pristas. De entrada lo que le urge a los Murat es contener las acciones de Jara Cruz, quien no le hizo caso a López Obrador, para hacerle un homenaje al joven Murat, a pesar del apretón de manos que les hizo darse en Mitla en octubre de 2022, como mandatarios electo y saliente.
Tampoco le hizo caso Salomón Jara al presidente de hacerle un homenaje a Murat como uno de los mejores gobernantes de Oaxaca, en vez de eso el gobernador serrano le empezó a integrar expedientes, a investigar sus obras, como el Centro de Cultural Álvaro Carrillo y la ampliación de la avenida Símbolos Patrios, entre otras más.
Esa parece ser la razón principal que tiene para renunciar al PRI, salir organizadamente antes que terminen irse todos los priistas a Morena por sí solos o al partido de transición, que no es otro que el PVEM, para que no sea vea tan feo el “chaquetazo” que han dado, que luego de recibir tanto del otrora glorioso PRI, lo abandonen sin más al oler a difunto político.
En los próximos días o semanas se vera si el Plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador, de alcanzar la mayoría en el Senado de la República, la Cámara de Diputados Federal, las gubernaturas, las presidencias y diputaciones, peso tanto, que obligue a Salomón Jara dejar de investigar las tranzas cometida por su antecesor.
También veremos si los Murat llegaron con el capital político suficiente para que ya no lo investiguen y por ser tal vez el Buen Fin, aún puedan alcanzar una senaduría o por lo menos una diputación que lo ponga a salvo de Salomón Jara.
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