MODERADORA: Estimado público, escuchemos el mensaje que nos dirige la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Muchas gracias.
Ya han de estar aburridos, ¿no?
ASISTENTES: ¡No!
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Me da mucho gusto estar hoy aquí en esta sede de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Muchas gracias, rector, por recibirnos, acompañado de grandes instituciones de educación pública de nuestro país: el Instituto Politécnico Nacional, el Tecnológico Nacional de México, la Universidad —ahora— Nacional Rosario Castellanos.
No pudo venir hoy el rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, pero está aquí con nosotros y ha estado en todo este esfuerzo.
Muchas otras universidades e instituciones de educación pública.
El día de hoy inauguramos un nuevo Sistema Educativo Nacional, le llamamos: Bachillerato Nacional.
Durante muchos años se fue creando distintas preparatorias, distintos bachilleratos tecnológicos, 35 en los últimos años: Preparatoria, CCHs, Bachilleres, Conalep, CETIS, CBTIS, CBTA y así varios sistemas de educación media superior.
En algún momento se dijo: “Es que lo que se requiere son bachilleratos técnicos, solamente los técnicos; porque las humanidades, está bien que existan, el conocimiento universal o de la historia de México, pero necesitamos técnicos”. Entonces se crearon todos los bachilleratos tecnológicos. Es igual de importante saber historia universal e historia de México que también un bachillerato técnico.
En algunos lugares se dijo: “Es que como este estado tiene una vocación agrícola, necesitamos tecnológicos con vocación agrícola, preparatorias que formen técnicos en agricultura o en el sector agropecuario”. Y así.
Y se fueron separando, cada sistema distinto, uno de otro. Incluso los profesores: si estabas en un sistema, ganabas cierto salario; si estabas en otro, ganábamos otro; si estabas en uno, estabas contratado de una manera; si estabas en otro, estabas contratado de otra manera.
Muchas veces los estados, como la Federación dejó de construir preparatorias, entonces en los estados se construyeron sus propios sistemas.
Por ejemplo, en la Ciudad de México cuando el Presidente López Obrador fue jefe de Gobierno —ustedes yo creo que todavía no nacían— del 2000 al 2006 se creó el IEMS, Instituto de Educación Media Superior, 16 preparatorias. Después, nosotros, cuando fui jefa de Gobierno, ampliamos esas preparatorias y así.
Y uno se pregunta: bueno, “¿qué es la preparatoria?”
Y la respuesta a veces es: es el espacio educativo que está entre la secundaria y la universidad; o es el espacio educativo que sigue de la secundaria.
Durante una época en México, la preparatoria era de 2 años; después se hizo de 3 años. Aquí, cuando la Preparatoria Nacional, este lugar era de 2 años la Preparatoria. ¿Cuándo se hizo de 3?, cuando dijeron: “Bueno, es que darle más educación para que cumplan 18 años y salgan de la Preparatoria”.
Y entonces, se fueron creando sistemas muy aislados entre sí. Pero lo peor de todo fue cuando empezaron a decir: “Es que este sistema es muy bueno y este sistema no es tan bueno”.
O como aquí en el Valle de México, cuando se dijo: “Es que hay que hacer un examen único para que todos entren a la preparatoria y dependiendo de su calificación te va a tocar: o la buena preparatoria o la otra preparatoria que no es tan buena”. Falso.
Todas las preparatorias son buenas, todos los bachilleratos son buenos: el Conalep es buenísimo, Bachilleres es buenísimo, CBTA es buenísimo, CBTIS es buenísimo. Todos los sistemas son muy buenos.
¿Qué se los da?
El esfuerzo, el cariño que le pone cada profesor y los estudiantes que forman parte de esa institución.
Describió aquí, Mario, cuando yo tenía 15 años. Hace 48 años —imagínense, jamás pensé que iba a decir esto— entré a la preparatoria, porque uno siempre se siente joven, la verdad. “La juventud está en el corazón”, eso decía mi abuelita, así que lo tengo que repetir.
Entonces, imagínense, ¿cuántos años tienen ustedes, 15, 16? Cuando yo les digo “hace 48”, han de pensar que es la prehistoria, ¿verdad?
Pues hace 48 años yo era una niña de 15 años, una adolescente, que entró al CCH Sur, unas nuevas preparatorias que se hicieron en la UNAM, por un rector que dijo: “Bueno, se requiere más espacio para los jóvenes, porque ya las preparatorias no son suficientes y hay que crear un nuevo sistema educativo”.
El CCH, cuando se formó, se tomaban 3 horas de clase, fíjense. Estaba pensado para que los estudiantes tuviéramos un espacio también autodidacta; que los maestros nos enseñaran 3 o 4 horas y después, nosotros desarrolláramos un trabajo en equipo, o nosotros mismos estudiáramos en nuestras casas.
La verdad es que yo llegaba a las 7:00 de la mañana, salía a las 10:00 o a las 11:00 y me quedaba en la escuela como hasta las 3:00, ¿verdad?, haciendo muchas cosas, porque la escuela es un espacio de inclusión social, es un espacio social donde uno conoce amigos, compañeros. Y a los 15 años le gusta a uno divertirse, ir a fiestas y todo eso que les gusta a los jóvenes, que siempre hay que hacerlo de manera responsable.
Bueno, cuando yo entré el CCH, en aquella época fue un periodo en donde crecieron mucho los jóvenes —porque veníamos de los ‘60, yo nací en el ‘62— y fue la época en que creció mucho la población.
Entonces, quienes entramos en los ‘70, ‘77 yo entré a la prepa, aunque mi número de cuenta es 78, había muchos jóvenes que no entraron a la prepa; y entonces había movilizaciones muy grandes, le llamaban el “Movimiento de rechazados”, imagínense, “Movimiento de rechazados”.
Y cuando entré yo dije: Pero ¡¿cómo es posible que yo haya podido entrar a la preparatoria y haya jóvenes, igual que yo, que no pudieron entrar, que no tienen un derecho, que no tienen un espacio?! ¡¿Qué sociedad es esa que les niega a sus jóvenes la posibilidad de estudiar?!
Y entonces, había movimientos de rechazados. Y de ahí se empezaron a crear todos estos nuevos sistemas que empezaron a cumplir la función de que los jóvenes entre 15 y 18 años tuvieran un espacio educativo.
Ahora, si vemos el Sistema Educativo Nacional, cuando uno sale de la secundaria y uno tuvo 8, 9, 10 de promedio —es más, desde el 6 de promedio— uno tiene una calificación aprobatoria; entonces, tiene derecho a seguir al siguiente nivel, al de la preparatoria.
Y no porque tuviste un promedio menor cuando saliste de secundaria, pues ya vas a estar marcado para el resto de tu vida, cuando tienes 15 años.
Y entonces, estos exámenes que se hicieron, en realidad era completamente falso de que, a partir de tu calificación ibas a entrar a una buena o a una no tan buena escuela, repito: porque todas las escuelas son buenas.
Desde entonces yo me quedé con esta idea. Pero, además, no solamente es una idea propia, personal, sino que fue un cuestionamiento de muchísimas generaciones de decir: “Requerimos un espacio educativo para los adolescentes, las adolescentes en nuestro país”.
De ahí surge esta idea del Bachillerato Nacional: puedes ir a un CBTIS, pero eres parte del Bachillerato Nacional; puedes ir a una prepa de la UNAM, pero eres parte del Bachillerato Nacional; puedes ir a una preparatoria de la Universidad de Guadalajara, pero eres parte del Bachillerato Nacional; puedes ir al Conalep, pero eres parte del Bachillerato Nacional; puedes ir al Colegio de Bachilleres, pero eres parte de un solo sistema educativo: el Bachillerato Nacional.
Y todos los que forman parte del Bachillerato Nacional son buenas escuelas.
¿Cómo se hace parte de este sistema?
Aunque cada uno tiene su especificidad, porque si vives en Chiapas tiene que tener su propia especificidad; aunque aprendas las mismas matemáticas, también tienes que aprender la historia de tu estado o de la situación de tu estado; o a lo mejor, si hablas una lengua indígena, que tengas la posibilidad de seguir hablando tu lengua en el bachillerato. Cada una tiene sus especificidades, pero todas son parte de un mismo sistema.
Eso es algo nuevo, revolucionario, y tiene como nombre, como sello: derecho. Es decir, la educación es un derecho; y todas y todos los adolescentes tienen derecho a ir al Bachillerato Nacional, no importa en qué subsistema estén.
En ese Bachillerato Nacional habrá la parte más técnica, o quienes se dediquen, les guste más una salida técnica, pero eso no quiere decir que no puedan seguir estudiando. O habrá quienes quieran estudiar la preparatoria, pero eso no quiere decir que también pueda tener algo técnico.
Entonces, todos los adolescentes que salen de la secundaria y quieren seguir estudiando o más bien, que deben estudiar, porque entre los 15 y los 18 los jóvenes deben estar en la escuela, todos; todas y todos los jóvenes mexicanos, de 15 a 18, deben estar en la escuela.
Y si después de los 18 quieren seguir estudiando, todas y todos deben tener un derecho en una universidad.
Esa es nuestra concepción: La educación es un derecho, no es un privilegio. Así se funda este Bachillerato Nacional.
¿Cómo se construyó?
¿Fue la idea de Tania Rodríguez, que es la subsecretaria de Educación Media Superior? No.
¿Fue la idea de Mario Delgado que tuvo una idea y se puso a escribir? No.
Se construyó con todas y con todos.
Se construyó con las y los maestros, se construyó con algunos especialistas en educación, pero también se construyó con las y los estudiantes, que decían: “qué quiero de mi preparatoria, qué quiero estudiar en la preparatoria, qué problemas tiene”.
Así, se funda este Bachillerato Nacional en nuestro país.
¿Qué sigue?
Pues no queremos… Primero, queremos que todas y todos tengan un lugar.
Fíjense, hablamos de oportunidades, pero en realidad no es una oportunidad, es un derecho. No es que se abra la oportunidad de estudiar, no; es el acceso a los derechos establecidos —como bien se dijo— en el 3º constitucional.
¿Qué sigue ahora?
Bueno, además de que todas y todos los jóvenes tengan, a los 15 años… adolescentes, porque adolescentes tengan un espacio donde puedan estudiar en el Bachillerato Nacional en cualquiera de sus subsistemas, ahora sigue que nadie se salga de la escuela.
Para eso, ¿qué necesitamos?, que todas y todos tengan beca, que ya también es Constitucional; que por motivos económicos nadie se salga de la escuela.
¿Qué otra cosa necesitamos?
Que les guste la escuela, que no se sientan excluidos, que no se sientan rechazados, que les guste a donde van.
Y ese es uno de los objetivos de la Nueva Escuela Mexicana: que sientan en la escuela el lugar más acogedor que puedan tener, que se sientan abrazados, que se diviertan, que sientan que es un espacio que los está incluyendo, además de aprender.
Ese es el Bachillerato Nacional.
En aquella época, cuando tenía 15 años y luché junto con aquellos jóvenes que no habían podido estudiar, decidí que, parte de lo que iba a luchar toda mi vida era el derecho a la educación.
Cuando fuimos mayores, ya en la Facultad de Ciencias, a un rector se le ocurrió que había que subir las cuotas de la universidad y que había que poner exámenes todavía más fuertes para entrar. Y nos movilizamos y dijimos: No, la educación es gratuita.
Por cierto, aprovecho para decirle a Mario que: ninguna preparatoria debe cobrar colegiaturas o cuotas, si es pública. Todas deben ser absolutamente gratuitas.
Y fíjense, en aquella época usaban un argumento para decir: “¿por qué tenía que ser más estricta la entrada a la Universidad?”
Decían: “Es que tenemos que hacer escuelas de excelencia. Y para que haya escuelas de excelencia: muchos exámenes en el ingreso”.
Producto de eso, dejaron de haber médicos especialistas en nuestro país. Ahora, nos hacen falta médicos especialistas porque supuestamente restringieron el ingreso y ahora, no hay suficientes médicos.
Y México lo que quiere es más médicos, más enfermeros, más enfermeras, más ingenieros, ingenieras, más filósofos también, más historiadores, más economistas, más abogados, necesitamos muchas profesiones; no podemos, no debemos abandonar las humanidades, ni las artes, ni el deporte.
Entonces, siempre pensemos que el acceso a la educación debe ser un derecho, que nunca nadie más en nuestro país restrinja el acceso a la educación de un joven; porque los jóvenes no son —como se dice— “el futuro de México”, ustedes son el presente. Porque si hoy no reconocen la historia de nuestra patria, la grandeza cultural, el que se sientan parte de esta gran nación, entonces ¿qué va a ser en el futuro?
Muchas gracias a todas y a todos.
¡Que viva la educación pública siempre y por siempre!
¡Que viva el Bachillerato Nacional!
¡Y que viva México!
MODERADOR: Preside esta ceremonia del Primer Ciclo escolar del Bachillerato Nacional la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
La acompañan:
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina.
El secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo.
La secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez.
La subsecretaria de Educación Media Superior, Tania Rodríguez Mora.
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Leonardo Lomelí Vanegas.
El director del Instituto Politécnico Nacional, Arturo Reyes Sandoval.
La estudiante del Centro de Enseñanza Técnica Industrial, Valeria Sinaí de la Cerda Munguía.
El estudiante del Bachillerato Tecnológico y Promoción Deportiva, Samuel Alexander Guevara Rojas.
La rectora de la Universidad Nacional Rosario Castellanos, Alma Xóchitl Herrera Márquez.
La estudiante de la primera generación del Bachillerato Nacional, plantel Tecámac, Hillary Hernández Vallejo.
El docente del Colegio de Bachilleres, César Bonilla Bonilla.
La rectora de la Universidad Pedagógica Nacional, Rosa María Torres Hernández.
El rector del Tecnológico Nacional de México, Ramón Jiménez López.
Asimismo, damos la bienvenida a representantes de los medios de comunicación y a todos los que nos siguen a través de las redes sociales.
Sean todas y todos ustedes bienvenidos.
Procedemos con el mensaje de bienvenida de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, licenciada Clara Brugada Molina.
JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CLARA BRUGADA MOLINA: Hola. Buenos días a todas y todos.
Queremos darle la bienvenida a la Doctora Claudia Sheinbaum a un evento aquí, en la Ciudad de México. Muchísimas gracias, Presidenta, que cuando nos acompaña a la Ciudad, tu Ciudad, para nosotros es un gran honor.
Quiero saludar a todo el presídium, resaltando la participación del rector de la Universidad, doctor Lomelí. Muchísimas gracias.
Y a las secretarias y secretarios del Gabinete.
Y a todos los responsables educativos.
Y también, a todos los estudiantes, mujeres y hombres que están el día de hoy aquí de distintas escuelas.
Y también a los docentes, mujeres y hombres.
A directivos.
A todo este conjunto de comunidad escolar que nos acompaña, porque hoy inicia el ciclo escolar y es muy importante, realmente es un día histórico que tenemos que recordar, de que no solo inicia un ciclo escolar más, sino que inicia un ciclo escolar con un cambio profundo como es, justamente, el nuevo Bachillerato Nacional.
Y eso se da con otro componente importante y de por qué es histórico este día: porque hoy encabeza este Gobierno Federal una mujer, la Presidenta Claudia Sheinbaum, que, además de ser mujer y convertirse —gracias a la población— en la primera mujer Presidenta del país, inmediatamente retomó uno de los anhelos más importantes para las juventudes y para la educación.
Así que, hace poquito, ella mencionaba y decía que el nuevo Bachillerato Nacional es una transformación profunda del bachillerato y para el bien de los jóvenes.
Pero también quiero recordar que fuimos parte de una lucha importante para que la educación de nivel medio superior, primero, fuera reconocida como un derecho constitucional y, segundo, que se combatiera la exclusión educativa a nivel preparatoria.
Así que eso se lo debemos a la Presidenta Claudia Sheinbaum, que una de las primeras medidas que tomó cuando asumió la Presidencia fue ver la educación, continuar con el trabajo que se venía haciendo de ver a la educación como un derecho, no como un privilegio, pero, sobre todo, garantizar a los jóvenes de secundaria tener un lugar a nivel preparatoria, tener un lugar seguro y un lugar en donde su futuro pueda construirse.
Muchísimas gracias, querida Presidenta, por esta decisión tan importante.
Y después de esta decisión tan grande de que cada joven tuviera ya un lugar, ha sido aún mejor lo que vino, porque de esa gran decisión, ahora se ha construido un Sistema Nacional —que seguramente lo vamos a escuchar— de Bachillerato, para que no haya “estudiantes de primera o de segunda”, o se piense que “una escuela es la única que tiene el mayor nivel”.
Justamente, por eso es histórico este día, por todo lo que hoy nos van a presentar de cómo vamos a mejorar la educación de nivel medio superior.
Así que, gracias, Presidenta.
Cuente con el Gobierno de la Ciudad para avanzar en la universalización de las escuelas preparatorias. Cuenten con todo lo necesario.
Y muchas felicidades a todas y todos.
MODERADORA: Procedemos con la intervención del secretario de Educación Pública, maestro Mario Delgado Carrillo.
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA, MARIO DELGADO CARRILLO: Muy buenos días a todas, a todos.
¿Cómo están, jóvenes?
ASISTENTES: ¡Bien!
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA, MARIO DELGADO CARRILLO: ¡Qué gusto que estén aquí!
Presidenta, muchísimas gracias por presentar esta primera generación, el arranque del Bachillerato Nacional de la Nueva Escuela Mexicana.
Saludo a la jefa de Gobierno, Claro Brugada.
Al rector de la UNAM, Leonardo Lomelí.
A mi compañera de Gabinete Rosaura Ruiz, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología, Innovación.
Al doctor Arturo Reyes Sandoval, director general del Politécnico.
Al maestro Ramón Jiménez, del TecNM.
A la doctora Rosa María Torres Hernández, rectora de la UPN.
A la doctora Alma Herrera, de la Universidad Nacional Rosario Castellanos.
Y a los jóvenes: Valeria, Samuel, Hillary.
Y al maestro César Bonilla.
Y a todas y todos ustedes.
Bienvenidos y bienvenidas.
En este Antiguo Colegio de San Ildefonso, que fue sede la Escuela Nacional Preparatoria No. 1, se refugiaron los estudiantes de 1968, acechados por la brutalidad de un Estado al que no le importaba su pueblo y mucho menos sus jóvenes.
En las puertas de este recinto se dio el bazucazo, semanas antes de ejecutar la masacre de Tlatelolco. Las paredes recuerdan, los muros enseñan.
Aquí, donde la cultura aprendió a defenderse con libros como escudos, anunciamos la Transformación más profunda de la educación media superior del último medio siglo. La lidera nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum.
A finales de los ’60, en un contexto de sangre y esperanza, una pareja de maestros llevaba a su pequeña hija al penal de Lecumberri. Visitaban presos políticos del movimiento estudiantil. Así demostraron a esa niña que la justicia a veces vive entre rejas, mientras la injusticia gobierna desde oscuras oficinas.
Esa niña creció, entró al CCH Sur. Y cuando se dio cuenta que miles de sus compañeros de generación quedaban fuera del bachillerato, excluidos del banquete del saber por el pecado de ser pobres, se unió al movimiento de los rechazados.
Como líder estudiantil la educación se volvió su causa y la lucha social su vocación. Ella comprendía lo que en esos tiempos escribía Paulo Freire: “Nadie libera a nadie, nadie se libera solo, los seres humanos se liberan en comunión”.
Con los años, se convirtió en una mujer de ciencia, doctora en Ingeniería Ambiental por la UNAM. Y hoy, como primera Presidenta en la historia de México, demuestra que la educación es tierra fértil para todas y todos, no una escalera para algunos que suban pisando a los demás.
Ella afirma una y otra vez: “La educación es un derecho, no un privilegio, no una mercancía”.
En este afán, en este afán, el Segundo Piso de la Cuarta Transformación ha continuado y ampliado las becas para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes sigan en las aulas: la Beca Universal “Benito Juárez”, que estableció el Presidente Andrés Manuel López Obrador, para los estudiantes de bachillerato; la beca Jóvenes Escribiendo el Futuro, para la universidad; y ahora la nueva beca “Rita Cetina”, para todas y todos los alumnos de secundaria que crecerán a otros grados en el 2026, de educación básica.
Al final de este gobierno, de los 3 a los 24 años, cada estudiante llevará en el bolsillo la promesa cumplida de un gobierno que trabaja para la igualdad a través de la educación. Es un abrazo que reza: “Tu futuro nos importa”.
El gobierno de la Presidenta también ha promovido transformaciones de justicia educativa —como ya lo mencionó aquí Clara Brugada— contra un modelo neoliberal que convirtió a la educación en un producto de competencia salvaje.
El examen del COMIPEMS era una máquina perfecta de exclusión disfrazada de meritocracia, un examen estandarizado como una horca: “apruebas, y vives; fracasas, y renuncias a tu futuro”.
Te hacían crecer, además, que competir era lo natural; como si los árboles compitieran por la lluvia para formar bosques.
Te rechazaban y luego te culpaban. “Tu fracaso es tuyo”, susurraba el sistema, mientras diseñaba tu exclusión desde antes que nacieras, midiendo tu código postal, pesando tu apellido, calculando cuánta pobreza heredabas.
Las y los jóvenes rechazados, rechazados, cargaban la cruz de “ustedes sobran en México, no hay un lugar para sus sueños”.
Pero miren cómo germinan las revoluciones.
La capacidad de indignación que tuvo esa joven, que hoy es Presidenta, ha terminado con 3 décadas de injusticia.
Hoy con “Mi derecho, mi lugar”: más de 272 mil jóvenes tienen un espacio asegurado, el 97.4 por ciento estudia en la escuela que eligió, el 81 por ciento va a caminar menos de 7 kilómetros para llegar a su escuela.
Borramos el sesgo patriarcal que condenaba a las mujeres, ahora ellas tienen las mismas posibilidades.
La geografía, el género, dejaron de ser destino.
Cada número es una vida que se abre al porvenir, una familia que respira con tranquilidad, un futuro soñado y elegido por las y los estudiantes, y no una pesadilla impuesta.
Hoy presentamos otro viejo anhelo de nuestra Presidenta: el Bachillerato Nacional de la Nueva Escuela Mexicana.
Terminar con la falsa idea de que “hay preparatorias o bachilleratos de primera o de segunda”.
La unificación del bachillerato que celebramos es un acto de justicia histórica.
Tenemos actualmente 32 subsistemas que responden a necesidades atomizadas: no se hablan, no se integran. Con las décadas, con los años, se volvieron realmente un laberinto educativo. Son fragmentos de un espejo roto que refleja un México para atender necesidades que ya no existen mientras se ignoran las urgencias que nos queman.
Ahora, construimos una casa común del conocimiento, el Marco Curricular Común Único que garantiza que el hijo del campesino en Chiapas y la hija del obrero en Tijuana, compartan los mismos fundamentos mientras cultivan sus propias raíces, sus lenguas maternas, sus maneras de entender el sol.
Esta es la Nueva Escuela Mexicana. Este proyecto da cobijo a quienes el neoliberalismo les llamó “ninis” con mucho cinismo, como si no estudiar ni trabajar fuera capricho, cuando el sistema les cerró todas las puertas.
Para que nadie se quede sin escuela, la Presidenta ha ordenado ampliar la cobertura, los espacios, y con este ciclo escolar van a nacer 20 Bachilleratos Tecnológicos nuevos, como nacen los amaneceres: inhabitables y luminosos.
También se están ampliando 33 preparatorias que están saturadas —tendrán más aulas, tendrán más talleres— y 35 reconversiones secundarias que serán bachilleratos vespertinos.
Vivimos la época caracterizada por la velocidad con la que se genera el conocimiento. Los enciclopedistas tardaron siglos para agrupar todo el conocimiento de la humanidad. En 1945, el conocimiento se duplicaba cada 25 años; en 1975, se redujo a 12 años; y hoy, con la inteligencia artificial generativa, se duplica cada 24 horas.
El sistema educativo no puede ser ajeno a esta realidad. La complacencia o la inacción es peligrosa. El Bachillerato Nacional de la Nueva Escuela Mexicana tendrá la capacidad de innovar en forma constante, anticiparse y adaptarse al cambio.
Por eso, todos los programas han sido renovados: pensamiento matemático, para descifrar el universo desde nuestros territorios; cultura digital, para habitar el presente y la realidad; filosofía, para ejercer la libertad y la justicia; comunicación oral y escrita, para tender puentes entre mundos y saberes. Estas son las bases de una cultura científica y humanística que forma seres completos.
Queremos que jóvenes que lleven a Sor Juana y a Alan Turing en las venas; que lean y descifren con igual pasión un algoritmo que un poema de Rosario Castellanos; que entiendan que separar ciencia y cultura es otro invento del poder para fragmentarnos.
También queremos que los jóvenes aprendan habilidades para la vida y habilidades socioemocionales, eso lo incluye la nueva escuela del Bachillerato Nacional.
Queremos acompañar la compleja batalla que se libra a su edad, donde se está formando su personalidad, nos descubrimos que somos seres emocionales y luchamos por encontrarnos a nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo.
Les queremos decir que no están solos y los queremos mucho.
El Bachillerato Nacional otorgará una doble certificación: una como Bachillerato Nacional y otra sobre la Formación Profesional Técnica.
Este Certificado Técnico va a estar avalado por las principales instituciones de educación superior. Es un abrazo sin precedente, de la educación superior a la media superior, para todos y todas hacernos responsables de esta generación.
Va a estar avalado por instituciones. Y aquí aprovecho para agradecerle a la Universidad Nacional Autónoma de México, al Politécnico Nacional, a la Universidad Autónoma Metropolitana, al Tecnológico Nacional de México, a la Universidad Nacional Rosario Castellanos, quienes han revisado con nosotros las currícula de más de 200 carreras técnicas que han sido actualizadas y van a recibir este Certificado.
Con él buscamos, la verdad, que cuando ustedes tengan en sus manos un certificado avalado por una institución de educación superior se animen a seguirle, sigan hacia la educación superior.
Y si deciden incorporarse al mundo laboral, que también lo hagan con éxito. Para ello, también estamos actualizando la currícula y estamos armonizando la oferta curricular con las vocaciones económicas regionales que tiene nuestro país, a partir del Plan México y los Polos del Bienestar que están ahí establecidos.
¿Cuáles son los sectores estratégicos?, y esa es la oferta educativa, que ustedes van a poder acceder.
En este maravilloso proyecto también integramos carreras del futuro, que ya son presente. Por ejemplo:
Electromovilidad, para la transición energética que la tierra implora.
Inteligencia artificial, para que las máquinas tengan alma, antes de que nos la roben a nosotros.
Nanotecnología, porque lo invisible también se juega el destino.
Semiconductores, para escribir los nuevos alfabetos del mundo.
Urbanismo sostenible, porque las ciudades deben ser organismos vivos, no cementerios verticales.
El Bachillerato Nacional tiene claro su objetivo: formamos seres completos, cabeza que piensa, corazón que siente, manos que transforman y una voluntad visionaria.
El neoliberalismo predicó el “sálvense quien pueda”; nosotros practicamos el “todos nos salvamos en comunidad”.
Para la Presidenta Claudia Sheinbaum, la educación es un Proyecto de Nación, porque conoce desde niña y como líder estudiantil, la trascendencia de fortalecer en las aulas a mexicanas y mexicanos libres, críticos, creativos y solidarios, capaces de leer el texto vivo de la realidad, orgullosos de nuestra cultura, historia, y con profundo amor a la patria.
Con la visión del Humanismo Mexicano vamos a formar a la mejor generación de jóvenes para consolidar un México con justicia, crecimiento de vanguardia, esperanza, conocimiento.
Declaramos que la educación es la más fértil semilla de transformación social, es memoria y es futuro, es raíz y son alas; es el agua que nos hermana; la defendemos, la multiplicamos, la liberamos.
Por eso, la educación es un derecho, no un privilegio, no una mercancía, no una competencia.
Gracias a las autoridades educativas de todas las entidades federativas, a los maestros, a las maestras, a los directores, a directoras, a las madres y padres de familia, por ayudarnos en esta Transformación; por abrazar este proyecto en favor de la juventud de México.
Y muchas gracias, Presidenta, por esta visión transformadora a través de la educación.
Muchísimas gracias.
MODERADORA: Continuamos con la proyección del video institucional del Bachillerato Nacional.
(INICIA VIDEO)
ESTUDIANTE MUJER: ¿Qué es la cosa que más te gusta de tu escuela?
ESTUDIANTE HOMBRE: La educación gratuita que garantiza que las y los jóvenes sigan estudiando la preparatoria.
ESTUDIANTE MUJER: Cómo te preparan profesionalmente.
ESTUDIANTE MUJER: Aquí contamos con un bachillerato que va de la mano junto con el deporte en disciplinas como boxeo, atletismo y beisbol.
ESTUDIANTE MUJER: Las carreras y los edificios.
ESTUDIANTE MUJER: Y me gusta mucho el ambiente que hay, la estructura de la escuela, y está muy grande y me gusta mucho.
ESTUDIANTE MUJER: Las áreas verdes, las flores que cuidan y, en general, pues sí, los jardines.
ESTUDIANTE MUJER: Y la cafetería, lo mejor de todo, la comida.
ESTUDIANTE MUJER: Las instalaciones están muy preparadas para enseñarme bien lo que es el diseño.
ESTUDIANTE MUJER: Es muy fabuloso, entrenar escuela, o sea, hacer todo al mismo tiempo.
ESTUDIANTE MUJER: Me gusta esa especialidad porque me llama mucho la atención el poder aprehender sobre los automóviles.
ESTUDIANTE MUJER: Me gustan las clases. Más bien, los docentes, cómo implementan sus actividades, el respeto que nos tienen, la manera en que nos enseñan.
ESTUDIANTE MUJER: La verdad es que mis profesores están muy capacitados para enseñarme todo lo que estoy aprendiendo en este momento.
ESTUDIANTE MUJER: La forma en que tratan los profesores, la empatía.
ESTUDIANTE MUJER: Estar con mis compañeros, amigos; los baños de los edificios del G.
ESTUDIANTE MUJER: Me gustan los baños.
ESTUDIANTE MUJER: Las canchas también.
ESTUDIANTE MUJER: Y también los clubes y las actividades recreativas que podemos hacer después de clases.
ESTUDIANTE MUJER: ¿Para ti para que sirve la preparatoria?
ESTUDIANTE MUJER: Para poder, tal vez, sacar tu título, poder trabajar, no sé, ser lo que tu quieres en la vida.
ESTUDIANTE MUJER: Y también en la dedicación que le tomes tú a los estudios y hasta donde tú quieras llegar.
ESTUDIANTE MUJER: Desde que entré he aprendido bastante y eso que apenas creo que llevo un año.
ESTUDIANTE HOMBRE: En la escuela yo he realizado lo que son proyectos de go-karts con adaptaciones de motor a motocicleta.
ESTUDIANTE MUJER: Es una carrera muy bonita que se especializa en mejorar las pieles de las personas y que uno se sienta mejor consigo mismo.
ESTUDIANTE MUJER: Yo para formarme en ser chef y especializarme en repostería.
ESTUDIANTE MUJER: Al terminar tus estudios puedes contar con certificado de preparatoria, tu bachillerato y tu carrera técnica.
ESTUDIANTE MUJER: Saliendo de aquí me gustaría seguir aprendiendo sobre la misma carrera que llevó aquí ahorita en la preparatoria.
ESTUDIANTES: Me gusta mi escuela.
VOZ MUJER: Gobierno de México.
(FINALIZA VIDEO)
MODERADORA: A continuación, hace uso de la palabra el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, doctor Leonardo Lomelí Vanegas.
RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, LEONARDO LOMELÍ VANEGAS: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, bienvenida a este emblemático edificio de la Escuela Nacional Preparatoria de nuestra Universidad.
Maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.
Licenciada Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Doctora Tania Rodríguez Mora, subsecretaria de Educación Media Superior.
Saludo con gran afecto a las autoridades y representantes de las instituciones educativas presentes.
Al doctor Arturo Reyes Sandoval, director general del Instituto Politécnico Nacional.
Al maestro Ramón Jiménez López, director del Tecnológico Nacional de México.
A la doctora Rosa María Torres Hernández, rectora de la Universidad Pedagógica Nacional.
A la doctora Alma Xóchitl Herrera, directora general de la Universidad Nacional Rosario Castellanos.
A las alumnas y alumnos que nos acompañan tanto en el presídium como en este Anfiteatro “Simón Bolívar”.
Y por supuesto, a las y los docentes.
Señoras y señores:
La educación es uno de los cimientos que dan fuerza y sentido a las comunidades y sostienen el desarrollo de una nación. Es, al mismo tiempo, el legado más valioso que podemos heredar a nuestras juventudes. Por ello, México debe mantenerla como un compromiso urgente y prioritario.
Aquí, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, un espacio donde nacieron y se consolidaron ideales que marcaron nuestra vida pública desde que, en 1867, al triunfo de la República sobre la intervención francesa y al imperio, el presidente Benito Juárez creó la Escuela Nacional Preparatoria, cuna de la educación media superior pública y laica.
Les damos la más cordial bienvenida y celebramos la presentación del Bachillerato Nacional, una plataforma que integra y potencia el talento de millones de jóvenes, gracias a la cooperación entre las instituciones de educación superior y el Estado mexicano.
Esta iniciativa de la Presidenta Claudia Sheinbaum encarna la voluntad de abrir las puertas de la educación media superior sin exclusiones, de ofrecer igualdad de oportunidades y de asegurar una formación de excelencia para todas y todos.
Con ella, México avanza hacia la integración de todas las modalidades de bachillerato público, garantizando que cada estudiante, sin importar su origen, cuente con una vía confiable para desarrollarse plenamente.
La Universidad Nacional Autónoma de México, junto con otras instituciones tanto nacionales como estatales, asume esta responsabilidad que es, sin duda, una tarea que debe de llevar el esfuerzo de todas y todos nosotros, validar, certificar y acompañar esta política, convencida de que el conocimiento es un bien público que debe llegar a la juventud mexicana.
Vivimos, además, una coyuntura particular:
Por un lado, se han realizado acciones notables para fortalecer la educación, la ciencia y la tecnología, una estrategia que contrasta con lo que ocurre en otras latitudes donde estas áreas fundamentales enfrentan restricciones e incluso, persecución.
Por otro lado, la reciente reducción de la pobreza abre la posibilidad de empezar a saldar deudas históricas con amplios sectores de la población.
Esto nos convoca a actuar con visión de largo alcance, robustecer la labor académica, multiplicar los vínculos con la sociedad y con organismos multilaterales, y proyectar a la Universidad Nacional como uno de los agentes decisivos en la construcción de un México menos desigual.
En este contexto, el Bachillerato Nacional se erige como una herramienta crucial al ampliar la cobertura y responder a los retos de una realidad compleja. Confirma que el pensamiento crítico, las capacidades científicas, la soberanía tecnológica y la sensibilidad social constituyen la mejor inversión para un país que aspira a construir un futuro más próspero.
Al mismo tiempo, no debemos soslayar el reto que enfrentamos como nación. Cada año egresan del bachillerato alrededor de un millón y medio de jóvenes. Aunque un alto porcentaje encuentra un lugar en la educación superior, aún persiste una brecha cercana a 200 mil estudiantes que no logran continuar sus estudios; lo que representa una presión constante para el sistema de educación terciaria.
En la última década, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, la matrícula en educación media superior creció a poco más de 5.5 millones de estudiantes.
De manera paralela, el número de docentes pasó a casi 425 mil, estableciendo una relación estable de alrededor de 13 alumnos por docente, prueba del impulso necesario para nutrir la calidad y la expansión del sistema.
Actualmente, la cobertura total nacional alcanza poco más del 81 por ciento, en contraste con la de educación media superior, que es apenas del 43.8.
Pero persisten las simestrías que es necesario atender. Mientras la Ciudad de México supera el 100 por ciento de cobertura debido a la amplitud de su oferta y a la solidez de su infraestructura educativa, entidades como Chiapas y Oaxaca apenas superan el 60 por ciento, reflejando condiciones socioeconómicas que requieren medidas focalizadas, financiamiento suficiente y estrategias territoriales.
Es igualmente relevante apuntar que más de 8 de cada 10 estudiantes cursan sus estudios en instituciones públicas, lo que confirma el papel insustituible de todos los niveles de gobierno para hacer efectivo el derecho a la educación y la equidad en todos los niveles.
La presencia de nuestra casa de estudios en este acto refleja la vocación de una universidad pública, autónoma y nacional, que reconoce en la educación media superior una etapa determinante, en donde se definen trayectorias profesionales, se descubren identidades y se cultiva ciudadanía.
En ese sentido, el esquema que se anuncia fortalecerá la confianza de las familias, al asegurar estándares académicos claros y pertinentes.
Reconocemos la visión del Estado mexicano al convocar a este esfuerzo colectivo a través de la Secretaría de Educación Pública, así como a todas las instituciones que suman su trabajo para ofrecer a la juventud mexicana los medios necesarios para decidir su futuro.
Nos alegra y entusiasma que se trate de un proyecto plural y abierto, nutrido por las voces de especialistas, docentes y estudiantes, por los saberes locales y por la innovación tecnológica.
Este momento le pertenece a las y los jóvenes de México; sus logros, inquietudes y esperanzas impulsan nuestro trabajo cotidiano. Sepan que no existen metas pequeñas cuando se persiguen con convicción y con el apoyo y guía necesarios.
Hoy se abre un horizonte más nítido.
Y la Universidad Nacional seguirá siendo un punto de encuentro y un puente entre conocimiento y sociedad.
Ante un mundo de transformaciones y problemáticas inéditas, la respuesta de nuestro país debe ser contundente: más educación, más ciencia y más cultura.
El Bachillerato Nacional y este nuevo modelo representan una ruta clara hacia un porvenir con justicia social e inclusión.
Señora Presidenta:
La Universidad Nacional participará activamente en esta iniciativa y acompañará también el esfuerzo al que ha convocado su gobierno para ampliar la matrícula en educación superior, conscientes de que al hacerlo sentamos las bases de un gobierno más próspero e incluyente, en el que la educación siga siendo un canal de movilidad social y de construcción nacional y comunitaria.
“Por mi raza hablará el espíritu”.
MODERADORA: Solicitamos la intervención de manera respetuosa de la estudiante del Centro de Enseñanza Técnica Industrial, Valeria Sinaí de la Cerda Munguía.
ESTUDIANTE DEL CENTRO DE ENSEÑANZA TÉCNICA INDUSTRIAL, VALERIA SINAÍ DE LA CERDA MUNGUÍA: Buenos días a todos y todas.
Con mucho respeto saludo a la señora Presidenta de México, Claudia Sheinbaum; al secretario de Educación, Mario Delgado, y a las autoridades educativas, a mis compañeros y compañeras estudiantes que comparten conmigo este momento tan especial.
Hoy me siento muy honrada de estar aquí, representando a miles de mexicanos que actualmente cursan el bachillerato tecnológico en nuestro país.
El aprendizaje es un proceso esencial en nuestra vida, es lo que ha garantizado nuestra supervivencia como cultura y como nación. Aprender nos hace más conscientes, capaces de comprender el mundo y de transformarlo.
A veces olvidamos que todo lo que hoy existe fue creado por alguien igual que nosotros, no más inteligente, sino con las mismas capacidades, con la misma curiosidad y con las mismas ganas de transformar la realidad.
Desde niña, yo he soñado con aprender muchas cosas distintas, incluso aquellas que parecían imposibles y más de una vez dudé si era capaz de lograrlo. Pero, entonces me pregunté: ¿qué es lo que me lo impide?
Miles de jóvenes, como yo, soñamos en llegar lejos, sin miedo y sin límites. Y para hacerlo necesitamos una oportunidad, oportunidad que el día de hoy tenemos gracias a la garantía de tener un lugar en las instituciones públicas de educación media superior de nuestro país.
Lo ideal es que cada persona pueda crecer, sea vista como un mundo y pueda abrirse camino a la educación. Sin importar de dónde venimos, qué creemos, a qué dificultades nos enfrentamos, todos tenemos algo valioso que aportar.
El Bachillerato Nacional nace para recordarnos eso, que la cooperación está en el centro, no para generar competencia, no para dividirnos, sino para unirnos y, sobre todo, para garantizar nuestro derecho constitucional a la educación, y ofrecer un espacio seguro y apoyando nuestro crecimiento.
Más allá de darnos un conocimiento técnico, es permitirnos aprender, no solo lo académico, sino también lo humano, para formarnos como ciudadanos responsables, sensibles y capaces de escuchar cada voz, cada idea y cada mundo, capaces de lograr un México donde quepan todos y todas.
Para mí, este Bachillerato Nacional significa que ya no estamos divididos, no por escuelas diferentes, sino que ahora todos formamos parte de un mismo proyecto. Cada escuela cuenta, cada comunidad educativa tiene algo valioso que aportar. Y cuando nos unimos bajo ese mismo nombre, todos podemos ser más fuertes.
La adolescencia es una etapa de exploración, de identidad, de decisiones y es crucial que todos tengamos las mismas oportunidades y los mismos derechos para desarrollar al máximo nuestro potencial.
Por eso, hoy quiero decirle a mi generación que no se limiten; avancen y exijan su lugar en el mundo. Esta vida es suya.
Y hoy, gracias a esta política educativa, tenemos la oportunidad de lograr nuestra meta: terminar la educación media superior, ser los técnicos o tecnólogos que México necesita.
Me da mucho orgullo formar parte de este proyecto. Siendo de una escuela técnica y estando en una carrera, Diseño y mecánica industrial, me enorgullece mucho saber que más jóvenes podrán aprender y sentirse capaces de lograr lo que se propongan.
El límite del aprendizaje está solo en nuestra mente.
Muchas gracias.
MODERADORA: A continuación, hace uso de la palabra el estudiante del Bachillerato Tecnológico y Promoción Deportiva, Samuel Alexander Guevara Rojas.
ESTUDIANTE DEL BACHILLERATO TECNOLÓGICO NACIONAL, SAMUEL ALEXANDER GUEVARA ROJAS: Muy buenos días, secretarios, directivos, damas y caballeros, y señora Presidenta.
Es un honor estar aquí con todos ustedes.
Hoy les voy a hablar de mi experiencia en mi escuela. Les platicaré un poco de mi experiencia:
En el Bachillerato Tecnológico de Educación y Promoción Deportiva, el BTED, está la carrera técnica que yo estoy estudiando, que es Entrenador Integral de Boxeo, está en el campus Cuauhtémoc en la Ciudad de México.
Esta experiencia está siendo una de las más enriquecedoras de mi vida, ya que desde un momento que pisé el patio de escuela supe que iba a ser un lugar muy especial para mí.
Los profesores son apasionados, dedicados en lo que hacen.
Mis compañeros de clase hoy en día son amigos y otros más que amigos, son mis hermanos.
Una de las cosas que más me fascina de la escuela es el entrenamiento de boxeo. Algunos entrenadores son apasionados para el boxeo. En el tiempo que he estado allí nos han enseñado bastante, tanto técnicas deportivas como habilidades humanas, como la disciplina y la perseverancia.
Otra cosa que me maravilla es la nueva forma de estudio, ya que en el BTED se desarrolla el enfoque en proyectos, en lugar simple de memorizar conceptos y teorías. Trabajamos en equipo y ahí formamos una relación muy, muy grande. Ahí hacemos familia, en el BTED, con los proyectos.
Eso no solo nos ayuda a atender mejor los conceptos, sino que también nos enseña a trabajar en equipo, a gestionar nuestro tiempo y a resolver problemas de manera efectiva, y usarlas en nuestra vida diaria.
En general, mi experiencia en el BTED está siendo increíble y maravillosa. He aprendido mucho. Hice amigos para toda la vida y desarrollé habilidades que me han sido útiles en muchos aspectos de mi vida. Por ejemplo, el poder estar y dar este discurso sin tanto miedo, ya que cuento con el apoyo de mis compañeros, maestros y director.
Me he orientado y acompañado a lo largo de mi vida estando en el plantel. Me siento afortunado de tener la oportunidad de estudiar en esta escuela y siempre la recordaré con cariño, pues he crecido no solo en lo físico, sino también en lo académico y personal, pues he crecido con mis amigos, profesores y directores, me hacen sentir querido, protegido, apoyado y escuchado.
Esto lo digo con mucho sentimiento porque un compañero decía que “éramos los rechazados de otras escuelas”, pero con este nuevo modelo educativo somos un nuevo grupo de jóvenes entusiastas, emprendedores que buscan terminar con problemas que tienen en nuestras vidas y comunidades.
Como decía ayer la Presidenta: No hay peor manera de describir a un joven sin oportunidades de crecer que llamarlo “rechazado”.
Gracias por dar a la nueva generación un “sí” y un lugar para poder seguir adelante en nuestras vidas.
Gracias por darnos un lugar para desarrollar nuestras habilidades humanas, sociales, deportivas y artísticas.
Gracias porque, con todas estas nuevas oportunidades, las únicas competencias que tendré serán en el ring.
Gracias por el apoyo a mis maestros, director, profesores.
A todos, a la gente involucrada en mi vida en esta nueva forma de Bachillerato Nacional.
Somos una nueva generación, que somos tratados como iguales, que tienen los mismos derechos que las demás escuelas.
Muchísimas gracias.
MODERADORA: Procedemos con el mensaje de la estudiante de la primera generación del Bachillerato Nacional, plantel Tecámac, Hillary Hernández Vallejo.
ESTUDIANTE DE LA PRIMERA GENERACIÓN DEL BACHILLERATO NACIONAL, PLANTEL TECÁMAC, HILLARY HERNÁNDEZ VALLEJO: Muy buenos días, querida Presidenta, doctora Claudia Sheinbaum.
Me encuentro muy emocionada, como mujer, como estudiante, como joven, y muy agradecida por estar hoy aquí.
Le saludo con aprecio y admiración. Su formación me inspira a estudiar y a dar lo mejor de mí porque sé que la educación pública nos ayudará a ser mejores.
Autoridades nacionales de los diferentes sistemas.
Medios de comunicación.
Maestras, maestros.
Compañeras y compañeros.
Es un honor dirigirme a ustedes en este día histórico para la educación de nuestro país, en representación de los casi 5 millones de jóvenes de prepa.
Yo pertenezco a una escuela que usted inaugurará próximamente, el Bachillerato Nacional Tecnológico plantel Tecámac.
Aprovecho la oportunidad para comentarles mi historia: yo soy una joven habitante de Tecámac, municipio ubicado en el oriente del Estado de México. Ahí nací, ahí crecí. Y hoy, por su iniciativa Presidenta, podré estudiar mi bachillerato en mi comunidad.
Me inscribí a la plataforma “Mi derecho, mi lugar”. Con ello me garantizaron mi espacio en el plantel Tecámac. Y hoy, gracias a ello, ya no tendré que trasladarme más de 2 horas para estudiar Enfermería General en la Ciudad de México. Mi escuela es un plantel CBTIS que impartirá carreras técnicas del área de la salud.
Quiero comentarles que elegí la carrera de Enfermería General por dos motivos:
El primero, porque deseo continuar con mis estudios en el nivel superior como cirujana obstetra.
Y el segundo, por la inspiración de familiares, que son doctores y enfermeras.
Mi sueño es ser cirujana obstetra. Y gracias a usted, Presidenta, estoy más cerca de alcanzarlo.
Más de 18 mil jóvenes como yo, Presidenta, se beneficiarán en los 20 nuevos planteles que usted está impulsando.
Tendremos oportunidad de cambiar nuestro futuro con carreras innovadoras, con oportunidades y con una escuela cerca de casa.
Presidenta, secretario:
Con nuevas carreras técnicas más atractivas, más actuales y con uso de tecnologías de futuro, hoy las y los jóvenes queremos estar en nuestra escuela, queremos ser parte de este nuevo bachillerato, terminar la prepa, ser felices y ser mejores.
Para quienes somos parte de esta generación, este proyecto significa mucho más que nuevos espacios educativos, significa la certeza de que México está construyendo futuro, bienestar y justicia social para sus jóvenes.
Les quiero mencionar también que, dentro del Subsistema de Educación Tecnológica Industrial, gracias al secretario de Educación, se ha realizado un esfuerzo importante: de manera visionaria se ha impulsado la creación de 15 nuevas carreras tecnológicas alineadas a los Polos de Desarrollo para el Bienestar, tal como lo establece el Plan México.
De esta manera, nuestra formación tecnológica se vincula con las grandes transformaciones económicas y sociales del país. Así, lo que aprendemos en las aulas tiene una aplicación directa en el mundo laboral y en la construcción del desarrollo nacional.
Querida Presidenta:
Usted ha señalado en diversas ocasiones que “la educación media superior debe ser un derecho y nunca un privilegio”. Este principio guía hoy la transformación educativa y lo vemos reflejado en acciones concretas: garantizar que cada uno de nosotros, las y los jóvenes tengamos un lugar para continuar nuestros estudios.
Como usted lo menciona Presidenta, es “Tiempo de Mujeres” y usted nos inspira para que más mujeres participemos en carreras STEM relacionadas con la Ciencia, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas.
Para mi generación este es un mensaje claro: El talento no tiene género.
Carreras como Inteligencia Artificial, Robótica, Automatización, Electromovilidad y Comercio Electrónico, son ejemplos de la modernidad de nuestro sistema educativo.
Y nosotras, las mujeres mexicanas, estamos llamadas a tener un papel protagónico en la innovación y en el futuro de México.
La Cuarta Transformación nos ha enseñado a que hablar de educación es hablar de bienestar, de igualdad y de justicia social.
La educación no es un gasto, es la mejor inversión que puede hacer un país. Y hoy, con la creación del Bachillerato Nacional vemos con claridad cómo la visión del Gobierno de México se traduce en oportunidades, aprovechar al máximo la formación que recibimos, estudiar con disciplina y entregar nuestro talento al servicio de la sociedad.
A nombre de los y las jóvenes de México, expreso nuestro agradecimiento a usted, Presidenta Claudia Sheinbaum; al secretario Mario Delgado y a todas las autoridades educativas que han hecho posible este proyecto del Bachillerato Nacional.
Con mucho anhelo, esperanza y un firme compromiso con la patria, las y los estudiantes le decimos: Estamos listos para aprender, para servir y para ser parte activa de la transformación de nuestro país.
Muchas gracias.
MODERADORA: A continuación, hace uso de la palabra el docente del Colegio de Bachilleres, César Bonilla Bonilla.
DOCENTE DEL COLEGIO DE BACHILLERES, CÉSAR BONILLA BONILLA: Con su permiso, Presidenta.
Muy buenos días a todas y a todos.
Saludo con profundo respeto a la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México.
Saludo, igual, con mucho respeto a la licenciada Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Al maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.
A la doctora Tania Rodríguez Mora, subsecretaria de Educación Media Superior.
Y a todas las autoridades educativas que hoy nos acompañan.
Con enorme cariño saludo también a mis compañeras y compañeros docentes, a las madres, padres y personas cuidadoras.
En especial, quiero dirigir este breve mensaje directamente a ustedes, estudiantes de educación media superior de todo nuestro país, porque este momento es para ustedes, porque ustedes son el centro, la razón y el motor de todo lo que hacemos.
Hoy iniciamos juntos el Ciclo Escolar 2025-2026, un ciclo especial porque no solo volvemos a las aulas, sino porque también damos un paso firme a la transformación educativa de nuestro país.
En este año se materializa el Bachillerato Nacional, un modelo que representa una promesa cumplida. Y, además, es en su esencia, un acto de justicia social para un sector de la población por mucho tiempo marginada y olvidada: las juventudes de nuestra nación.
Por ello, ahora el nuevo paradigma educativo en este gobierno y lema de nuestra Presidenta es: que nadie se quede sin escuela, porque cada una, cada uno de ustedes importa.
El modelo educativo 2025 articula los bachilleratos de todo el país en un solo sistema nacional que ofrece una formación integral, equitativa, intercultural, inclusiva y de excelencia; que garantiza, sin importar las diferencias culturales, regionales, sociales o económicas, una educación que los prepare para ingresar a la educación de nivel superior; o bien, integrarse al mundo laboral; pero, ante todo: una educación que forme ciudadanos capaces de reconocer su condición histórica y social, se involucren en la búsqueda del bienestar humano y participen en la construcción de una sociedad más justa.
El Sistema Nacional de Bachillerato se funda en los principios de la Nueva Escuela Mexicana; por lo tanto, el Marco Curricular Común enlaza lo académico, cultural y socioemocional con el respeto a la diversidad y a los derechos humanos.
Así, entonces, al eliminar las diferencias curriculares y fortalecer lo sustancial de los programas de estudio de todos los subsistemas, se emitirá un Certificado de Terminación de Estudios de Bachillerato Nacional y un Certificado de Formación Profesional.
El modelo educativo 2025 tiene un enfoque que redefine a la escuela como un espacio de estudio y al mismo tiempo, un lugar para vivir, compartir y transformar en sociedad.
El aula ahora es un espacio dinámico en el que se construyen y convergen saberes, se intercambian valores, normas, culturas y formas de convivencia en comunidad.
Queridas y queridos estudiantes:
Sabemos que no todo es fácil, que a veces hay dudas, miedos, incertidumbre, pero también sabemos que dentro de cada uno de ustedes hay fuerzas, sueños, talento y ganas.
Desde este estrado, la comunidad docente del Sistema Nacional de Bachillerato les decimos que estamos preparados para acompañarlos en una de las etapas más importantes y entrañables de su vida.
En 3 años de convivencia serán muchos los retos, las angustias y los temores, pero en compañía de sus padres y maestros se podrán cumplir cada una de sus metas. Confíen en ustedes. Recuerden siempre que, en cada aula hay una maestra, un maestro que cree profundamente en su capacidad de llegar lejos.
Gracias por permitirnos ser parte de su historia.
Que este ciclo educativo sea un espacio de descubrimiento, logros alcanzados y buenos momentos compartidos.
Muchísimas gracias.
