Familiares de la víctima dijeron que el joven sólo intentaba asomarse al vecino país por el Río Bravo.
Agentes de la Patrulla Fronteriza asesinaron a tiros al adolescente mexicano Sergio Adrián Hernández, de 14 años de edad, quien jugaba con cuatro amigos en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Al principio, se manejó la versión de que el crimen era un hecho de violencia del narcotráfico; sin embargo, los familiares de la víctima aseguran que hay testigos del homicidio.
El gobierno de Chihuahua confirmó en un comunicado la muerte del menor, quien falleció en la zona de Puente Negro de aquella ciudad.
Autoridades de Chihuahua calificaron el hecho de lamentable y ofrecieron su colaboración “irrestricta” con Estados Unidos para aclarar los hechos.
En territorio mexicano, exactamente abajo del llamado Puente Negro, que divide la frontera, Sergio Adrián fue baleado por agentes estadunidenses.
Familiares de la víctima dijeron que el joven sólo intentaba asomarse al vecino país por el Río Bravo y que cuando regresaba fue perseguido por agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes realizaron los disparos que le quitaron la vida al joven.
Pidieron además entrevistarse con el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz, a quien le solicitaron apoyo con la finalidad de lograr justicia.
Este homicidio se produjo una semana después de que muriera en un hospital estadunidense el mexicano Anastasio Hernández Rojas, tras haber sido golpeado por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Hernández, de 35 años, fue agredido a golpes salvajemente por unos 20 patrulleros fronterizos en inmediaciones de la garita Tijuana-San Isidro, momentos antes de ser deportado y tras residir durante más de veinte años en San Diego, California.