Una de las máximas del sabio Tao es que no basta ganar el poder, hay que tomarlo y ejercerlo.
Felipe Calderón hizo suya una famosa frase que circulaba durante el sexenio de Vicente Fox. Decía Calderón que no había bastado haber ganado la Presidencia, sino que había que sacar al PRI de Los Pinos.
Esto viene a cuento porque entre los priistas, después del aniversario de su partido, hay también la idea de que en las elecciones de julio pasado no bastó ganarlas; hoy hay que sacar al PAN del gobierno.
Los priistas tienen presente que en el gobierno del presidente Ernesto Zedillo el PRI nunca gobernó a pesar de haber ganado la presidencia con 17 millones de votos en los comicios del 21 de agosto de 1994.
Zedillo, quien nunca fue priista, inventó la llamada “sana distancia” para poner diques alrededor de su partido.
Por eso, y esto no lo entienden ni lo entenderán nuestros intelectuales metidos en el chismorreo político rebanándose los sesos, es que ahora Enrique Peña Nieto fue integrado como parte la estructura política del PRI en su comisión política y su comisión permanente para que no se le olvide al joven mandatario que llegó a la Presidencia gracias a su partido. O sea, para que quede claro que Peña Nieto ganó por el PRI los comicios presidenciales.
Ahora los priistas están a la espera de que ahora sí el presidente Peña Nieto empiece a meter al PRI al gobierno y logre desatar las amarras y candados que Calderón le dejó en la administración pública federal, controlada hasta ahora mayormente por funcionarios panistas incrustados hasta en Los Pinos.
Porque eso, para el sabio Tao, la “sana distancia” fue una de las tantas y grandes torpezas de Zedillo.