Como te habrás dado cuenta, amigo lector, los políticos de esta entidad, desde hace días, declararon abierta la temporada de caza. Dentro de los cazadores hay exploradores, monteros, perseguidores, tramperos, ahuyentadores, perseguidores, entre otros. Aunque la mayoría de ellos son ojeadores (sin h porque no creo que lean).
Dentro de este grupo hay pocos tiradores principales y mucho aficionado que rondan por los edificios de los partidos políticos. Muchos de ellos, aunque más que actitud de cazador, cargan la de un cazado. Caminan un poco, se detienen en cada sombrita, olfatean las paredes. Siguen a una y otra manada, se huelen las colas. Se reconocen. Se repelen. Estos, principalmente, esperan que haya una o varias bajas, para de inmediato hacerse presentes y convencer a los que tienen la decisión de que ellos son lo que Oaxaca espera.
Pero a pesar de todas estas maniobras para dar la finta de que todo es democrático, está comenzando la madre de todas las batallas. De ella sólo conoceremos su cara más visible, pero como suele ser la mala costumbre de nuestros políticos, cuidarán todas las rendijas para que no se fugue ninguna información y nosotros, los ciudadanos, no conozcamos de todos sus tranzas, arreglos, pactos, alianzas, ofrecimientos, financiamientos y compromisos que ocurrirán, todos ellos, en lo oscurito y por debajo del agua.
Si los ciudadanos tomaran la debida distancia para despojarse de pasiones por su partido, entonces podrían ver con frialdad a los políticos que la hacen de cazadores. Se darán cuenta que casi todos, sino es que todos, conforman un artístico grupo de seres atestados de desconfianza, ratoneros, esquineros, obedientes, humillables, comprables y chocantes; como si el suelo que pisan no los mereciera.
Estamos a tiempo aún para ir pensando en cada uno de los posibles candidatos, porque más tarde, nos toca cada zonzo… que luego, no hay de otra y hay que jalar con ellos. Es urgente que desde ahorita, cada ciudadano, pinte su raya y no permita que nos salpiquen de sus porquerías. Aceptar a candidatos con negros historiales, o darles el voto, pues, es hacernos cómplices de sus perversas vidas, que más tarde esas maldiciones nos pueden alcanzar.
Debemos cuidar que ninguno de estos fulanos que se dicen honrados y llenos de gracia, nos hagan perder de vista nuestra agenda, nuestros afanes y nuestros gozos del día con día. Ninguno de ellos tiene derecho a decirte que ellos quieren llegar al poder sólo para servir, porque te estarán engañando. Si te lo aseguran, entonces compromételos a que no cobren cuando lleguen al poder.
Ya es hora de que nuestra vida como oaxaqueños, tenga otra cadencia, y eso lo lograremos si no les permitimos a esos locos que lleguen a donde quieren llegar para que después nos echen encima sus insolencias sólo por sus ambiciones. Lo que tenemos que hacer ahora es concebirnos un futuro habitable para nosotros y para los nuestros.
Te pido que cierres tus ojos y te imagines a Oaxaca dentro de un año. ¿Ya viste a esta ciudad? Entonces ubica al candidato que te pueda dar, no ofrecer, eso que quieres para todos nosotros.
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