José Luis Camacho López, especial para oaxacaentrelineas.- En un Palacio Nacional vestido con las banderas mexicanas y portuguesa, el presidente Enrique Peña Nieto condujo a Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal, tras el solemne protocolo de recepción, a un viaje por la historia de México a través del soberbio mural de Diego Rivera que narra la historia del país, que en uno de esos pasajes figura La Reforma, la lucha de Juárez contra la intervención francesa hace 150 años.
Peña Nieto acostumbra ser el guía de los visitantes ilustres, además de cortés anfitrión a que le obliga su investidura presidencial. Los lleva a realizar un recorrido por los murales de Diego Rivera y donde están los retratos de los presidentes de México. Les explica el contenido de las obras maestras. La de Rivera que narra la epopeya mexicana desde el remoto pasado indígena, el proceso de Independencia, de la Reforma hasta la Revolución Mexicana.
Passos Coelho, economista, militante a los 14 años de la Juventud Social Demócrata, líder del Partido Social Demócrata, que creció en Angola, apreció sorprendido la magnitud de los murales de Rivera en los cubos de las escaleras ubicadas en el patio central de Palacio Nacional.
El primer ministro de Portugal viajó a México, para una visita de dos días, con una nutrida agenda de asuntos de Estado para tratar y resolverla con el mandatario mexicano: un convenio sobre transporte aéreo entre ambos países, un acuerdo de cooperación en materia de reducción de la demanda y la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y tres memorándums de cooperación: en materia de tecnologías de la información y comunicación en el sector educativo, en el campo de la eficiencia energética, movilidad eléctrica y energía renovable y uno más entre el Banco Nacional de Comercio Exterior y la Agencia de Inversión y Comercio Exterior de Portugal.
Para resaltar la importancia de su visita el primer ministro de Portugal llegó acompañado de funcionarios del primer nivel, 50 empresarios y periodistas de prensa escrita, radio, televisión y medios digitales.
Passos Coelho improvisó largos discursos en las ceremonias de firmas de los convenios y acuerdos anunciados y signados en el Patio de Honor del Palacio Nacional y en el espléndido Salón de la Tesorería donde se le ofreció una comida. En la mesa principal acompañando a Passos Coelho figuraban el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza; el presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya; el gobernador Gabino Cué, los secretarios Emilio Chauyfett, de Educación; Pedro Joaquín Coldwell, de Energía; Ildelfonso Guajardo, de Economía; Gerardo Ruiz Esparza, de Comunicaciones y Transportes; y el procurador Jesús Murillo Karam, el más tempranero y puntual en llegar a la recepción al primer ministro portugués. Y en alguna de las mesas de la comida se encontraba un político sinaloense caracterizado por su discreción, sencillez y modestia, el doctor Carlos Almada, quien había sido embajador de México en Portugal a finales del siglo XX, hoy subsecretario del Transporte.
Para el alto funcionario portugués reafirmar las relaciones entre su país y México es un asunto de primera importancia, según lo subrayó en sus dos discursos. México es el segundo socio comercial de Portugal en América Latina, después de Brasil. Fuera de la Unión Europea, “México es nuestro cuarto socio comercial”, dijo.
Las exportaciones mexicanas de 2011 en gran parte fueron de aceites crudos de petróleo; cuadros y soportes equipados y condensadores fijos mientras que las importaciones de Portugal se limitaron a buta e isopreno, gasolina y autopartes.
Passos Coelho recordó su encuentro con Peña Nieto a principio de este año en Santiago de Chile, en el marco de la Reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la Unión Europea. Ahí quedaron ambos de acercar a México con Portugal. El Primer Ministro de Portugal preparó esta visita a México con la “gran preocupación” de que no quedara solamente en una “visita oficial”, “sino que pueda significar un trabajo importante que acerque a ambos países”.
Portugal ha pasado por una perturbadora crisis que desequilibró su economía. La inestabilidad económica y política obligó a Passos Coelho a presentar en julio pasado una nueva fórmula de gabinete al presidente Aníbal Cavaco Silva. La crisis económica en Portugal ha desmantelado prácticamente la economía popular y dejó en los huesos a las instituciones públicas de salud y educación por los recortes a los presupuestos. Portugal es un país con una población cercana a los diez y medio millones de habitantes (10.487.289 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística, INE portugués).
En 2011 Portugal recibió un rescate financiero de 78 mil millones de euros del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea para paliar la crisis, a cambio de severas medidas de austeridad. Portugal está urgido de estabilidad económica y de inversión extranjera. En su estancia en Palacio, el primer Ministro Passos Coelho fue muy insistente en que México y su país se abran “más allá de las regiones en las que estamos integrados y eso nos acerca bastante, a pesar de la gran distancia que nos separa”, aprovechando los puertos portugueses y los que existen en México.
El presidente Peña Nieto hizo referencia a la crisis portuguesa al destacar esa “tradición de lucha y superación que se refleja en la voluntad del pueblo lusitano de dejar atrás las fuertes repercusiones que tuvo la crisis financiera internacional en su economía”.
El mandatario mexicano confió en que “al fortalecer sus finanzas públicas y establecer condiciones fiscales más competitivas” Portugal logrará “proyectar de un Portugal próspero, a un Portugal generador de más y mejores oportunidades para su gente”.
Passos Coelho confió, por su parte, en que su visita se traduzca de un “pequeño paso” a la intensificación “de las grandes relaciones que queremos construir entre nuestros países”, áreas de oportunidad tanto para inversionistas mexicanos como lusos.
México y Portugal tienen puntos comunes, México es miembro fundador en la Alianza para el Pacífico y Portugal tiene la calidad de observador. Ambas naciones comparten visiones cercanas sobre los procesos de reforma en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, según destacó el primer ministro Passos Coelho .
Especial significación tuvo para los dos mandatarios la referencia a los 150 años de relaciones diplomáticas entre los dos países que se cumplirán en 2014. La importancia de esa fecha quedaría refrendada en una visita recíproca del presidente Peña Nieto a Portugal el año venidero.
En la Historia de las Relaciones Internacionales de México, edición de 2010 de la cancillería mexicana, se hace referencia a los días en que Francisco Facio llegó a Portugal en el otoño de 1864 para acreditarse como representante mexicano, después de hacerlo en España como ministro del gobierno imperial de Maximiliano. En julio de 1865, lo hizo un diplomático portugués en México luego de que se acreditaran los ministros de Bélgica, Italia y España.
Cuando llegó Maximiliano a México en junio de 1864, una de sus urgencias fue asumir el control directo de la cancillería imperial para notificar a los gobiernos europeos del “nuevo orden establecido en México” por lo cual se propuso “acelerar el reconocimiento internacional de facto iure del imperio mexicano”. Hace 150 años…