* 80% del presupuesto va a infraestructura carretera, cuando 8 de cada 10 mexicanos usan transporte público. Falta de movilidad genera enormes pérdidas económicas
México, DF., 21-abr-2014.- “Hay que pasar del diagnóstico a la acción y los que toman decisiones necesitan bajarse del coche y subirse al transporte público pero en condiciones reales, no para la foto”, afirma Maite Ramos Gómez, presidenta de la Comisión de Movilidad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ciudad de México.
Ramos Gómez, quien participará como ponente en el 7o Congreso Internacional del Transporte en la explanada de la Delegación Cuauhtémoc del 23 al 25 de abril, advirtió que uno de los mayores problemas radica en la distribución desigual de recursos para proyectos de transporte público
Estima que no hay voluntad para aumentar esa inversión ni para asumir los costos políticos que pudieran representar. “El diagnóstico ya está, hoy necesitamos dar el siguiente paso. Necesitamos una ciudad hecha para las personas y hoy no la tenemos”, enfatizó.
Aun cuando reconoció que los problemas de congestionamientos y falta de movilidad, en mayor o menor medida han dejado de ser problemas de las grandes ciudades y cada vez están más presentes en urbes pequeñas y medianas, recordó el caso de la Ciudad de México donde los problemas de congestionamiento vehicular son tales que han colocado a la metrópoli como la segunda en el mundo con los peores problemas de tránsito.
Desde esta óptica consideró incongruente que las autoridades destinen 80 por ciento de los recursos a infraestructura vial, segundos pisos y repavimentación y sólo 20 por ciento a transporte público cuando el 80 por ciento de los habitantes del Valle de México se movilizan en transporte masivo y sólo 20 por ciento en automóvil.
Aludiendo al Índice de Tránsito Tom Tom, la empresaria subrayó que la Ciudad de México ocupó la segunda posición del ranking, sólo por debajo de Estambul, con índices de congestionamiento vehicular que van de 55 a 89 por ciento en horas pico.
“Es decir, que en un tramo de 60 minutos vas a tardar casi 90 minutos; y si es hora de congestionamiento vas a tardar el doble. Si esto lo llevamos a dinero es muchísimo, según el índice son más de 107 horas perdidas por año por persona. Son montos enormes y afectan la productividad de la ciudad”, precisó.
Desde este enfoque, enfatizó que a causa de los congestionamientos viales el nivel de competitividad de la ciudad es seriamente afectado, perjudicando también los niveles de vida, estado de salud, condiciones ambientales y número de accidentes, factores que no han sido contabilizados pero tienen un impacto directo en la productividad de las ciudades, generando una pérdida casi del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (según cálculos del ITDP).
“Tuvimos el año pasado 24 mil muertes por accidente, 40 mil heridos y los accidentes viales son la primera causa de muerte en niños de 5 a 20 años; tuvimos más de 14 mil enfermedades respiratorias y más del 18 por ciento de emisiones de CO2 las generan los autos”, enlista.
Ramos Gómez subraya que a nivel mundial hay un cambio de paradigma, donde se privilegia el transporte público eficiente sobre la construcción de vialidades para autos.
Yendo un poco más lejos, subraya la falta de criterios sólidos para asignar recursos al transporte público y a manera de ejemplo señala que aun cuando el Metrobús desplaza mayor número de pasajeros recibirá menos presupuesto que Ecobici (117.1 millones de pesos) siendo considerablemente menor el número de usuarios de este programa.
“El verdadero reto está en dotar a las ciudades de un transporte masivo tan eficiente que los usuarios de automóvil decidan dejar sus autor para utilizarlo”, arengó la especialista poniendo de ejemplo el éxito de Metrobús, donde el 17 por ciento de sus usuarios afirma tener automóvil, “sin embargo lo dejan y prefieren usar el Metrobús, porque es un transporte seguro, donde sabes cuánto tiempo vas a tardar y es una buena alternativa” afirma.
La representante del sector empresarial expresó a nombre de Coparmex el deseo de contar con una ciudad más productiva, con mejor calidad de vida, una ciudad hecha para las personas y no una ciudad hecha para el auto.