Entrelineas
Miguel Ángel Schultz
La hora de las definiciones llegó al cumplirse el plazo fijado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para despedir a los trabajadores del sistema de educación pública de Oaxaca, al acumular cuatro faltas de acuerdo a lo dispuesto por la Ley de Educación Pública, lo que ha sido confirmado por el director general del IEEPO, Moisés Robles Cruz.
Ahora no hay marcha atrás. El choque de trenes se ha dado, luego de 36 años de existencia del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), bajo la dirección de sus dirigentes Rubén Núñez Ginez y Francisco Villalobos, el primero secretario general de la Sección 22 y el segundo secretario de Organización.
Ambos se han caracterizado por su línea dura, sus acercamientos con los ex gobernadores José Murat y Ulises Ruiz, ambos mandatarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), vínculos que siempre han sido negados. Sin embargo, los señalamientos han sido permanentes, lo que los ha llevado a ser cuestionados al interior de los órganos de dirección de la Sección 22.
Las bases de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que forman parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), han acatado los acuerdos de su asamblea estatal, pese a reconocer que está en juego su trabajo, pues las condiciones de hoy no son las de hace 36 años.
El desencanto de la población con la lucha sindical de la Sección 22 ha ido en aumento, debido a que siempre anteponen sus intereses económicos a los intereses populares. El suspender las clases es una prueba de ello, como lo es el bloqueo de las calles, toma de oficinas, cierre de carreteras y agresiones físicas a quienes osan mostrar su inconformidad.
El 2006, año del estallido social, que despertó la más aguerrida resistencia de la sociedad, fue resultado de múltiples factores. En Oaxaca la falta de fuentes de trabajo hace que no exista una familia sin que uno de sus miembros sea profesor, si no es que más, por lo que el artero ataque de las fuerzas policiacas, hecho con alevosía, a las cuatro de la mañana hizo que el respaldo popular se manifestara violentamente en favor de los maestros.
Pero también había otras razones, el malestar contra el gobierno de Ulises Ruiz, por sus arbitrariedades era generalizado, más aun haberlo dejado en manos del inexperto Jorge Franco, su secretario General, que pensó que las decisiones de gobierno son cuestión de fuerza y carácter, pero se estrelló con la realidad que derivó en lo que aun padecemos.
De este conflicto y demanda de mayores espacios democráticos, le vino la fuerza que requería Gabino Cué Monteagudo, que con la propuesta de un gobierno del cambio, se encumbro en el poder. Sin embargo, su gobierno ha resultado un fracaso, ahí están los indicadores del crecimiento de la pobreza, la inseguridad y la falta de salud del pueblo de Oaxaca.
Desde luego que hoy las condiciones no son las mismas, sin que sean tomadas en cuentan por los dirigentes de la 22, que parece se empeñan a llevar al matadero a sus representados, que no por el hecho de mantenerse dando clases, resultan traidores a su propia causa en la defensa de la educación pública en contra del modelo privatizador y de los intereses del gran capital puesto marcha por el presidente Enrique Peña Nieto.
Las cifras oficiales del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) reportan que en Oaxaca el lunes 16 de mayo, el 88 por ciento se mantuvieron abiertas y cerradas el 12%, es decir mil 326 planteles no laboraron, lo que es un número extraordinario, si tomamos en cuenta que la amenaza de descuentos y despidos pende sobre la cabeza de los sindicalistas.
El martes 17 el número de escuelas abiertas subió a 92% y las cerradas fueron 8%, por lo que 850 escuelas permanecieron sin clases. Ayer miércoles, laboraron 94% y el 6% cerraron, lo que quiere decir que paulatinamente los profesores retornan a sus actividades.
Estos datos hay que compararlos con el número de planteles que acataron el paro convocado el 2 de octubre del año pasado, que alcanzó el 70%. En tanto que en el paro del 12 de octubre cerro el 65%, El 5 de febrero paró el 19% y el 29 de febrero el 20%. Todo ello representó sin lugar a dudas una consistencia a toda prueba, de los segmentos más disciplinados de los sindicalistas de la 22, forjadas en 36 años de lucha.
Estos paros de acuerdo también a cifras oficiales del IEEPO, representan un monto del orden de los 115.2 millones de pesos en descuentos, hasta el paro del 29 de febrero. Que han tenido que cubrir los asalariados agremiados a la 22, sin tomar en cuenta lo que representarán los descuentos en prestaciones, aguinaldo, estímulos por puntualidad, vacaciones y jubilaciones. Entre otros conceptos.
Desde fuera se observa que quienes toman las determinaciones en los órganos de dirección de la 22, son los representantes, de diversos grupos políticos, que incluso hoy tienen candidatos de los diversos partidos que buscan ser gobierno en Oaxaca, diputados o presidentes municipales. Que tienen acuerdos con el gobierno, para atender sus reclamos sociales como organizaciones.
La Secretaría de Hacienda reportó en julio del año pasado que congeló a la dirigencia de la 22 tres cuentas bancarias por mil 800 millones de pesos; que el salario de Núñez Ginez, alcanza o alcanzaba los 300 mil pesos trimestrales; que 85 profesores reciben o recibían entre cien mil y 133 mil pesos mensuales; que 300 integrantes de la 22 eran directivos y cuatro mil eran funcionarios.
Hay demasiadas cosas que tienen que ser aclaradas, porque también es obligado decir que el fracaso de la educación en Oaxaca, no sólo es responsabilidad de la Sección 22 y sus dirigentes, sino también y sobre todo de las autoridades de los gobiernos de los estados, que han tenido en sus manos la educación del pueblo de Oaxaca y sobre todo el manejo discrecional de la nómina.
@MiguelAschulz