Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
Es un hecho el boicot a la Guelaguetza de no haber acuerdos favorables a las demandas presentadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en las negociación que sostienen sus representantes en la ciudad de México, con el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, que ayer se reanudaron, por cuarto ocasión, en la sede de la dependencia, en el viejo Palacio de Cobián.
Así lo acordó la Asamblea Mixta Permanente de la Sección 22 del SNTE, en su plenaria del pasado miércoles 6 de julio, por lo que la presente temporada turística de Oaxaca, la más alta de las que tiene, pinta para ser una de las peores de todos los tiempos de Oaxaca, con excepción del año 2006, que no se celebró también por el conflicto magisterial popular del aquel año.
En este ambiente de tensión, poco abona la determinación de Aurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien insiste en no sentarse a dialogar con la dirigencia de la CNTE, pero que si se reunió con los representantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que encabeza Juan Díaz Torres.
En tanto, las protestas crecen en todo el país, según recuento abarcan ya 15 estados de la República. Además, ahora los integrantes de la CNTE optaron por el bloqueo de las vías férreas en Michoacán -en 22 de sus municipios-, lo que impidió el paso de furgones de las empresas ferroviarias trasnacionales Kansas City Southern y de la Arcelor Mittal.
En Oaxaca, ayer lunes se contabilizaron 22 bloqueos carreteros, dando según acuerdo de su asamblea estatal, cobertura a las negociaciones que ayer se desarrollaban, al momento de escribir estas líneas.
Este panorama de tensión se incrementa ante la postura asumida por el director General del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Moisés Robles Cruz, quien anunció la integración mil 775 expedientes para rescindir contratos a trabajadores de la Educación.
Lo anterior como resultado de la escalada de agitación que inició el pasado 11 de junio, cuando las autoridades estatales y federales efectuaron la detención de sus principales dirigentes, Francisco Villalobos y Rubén Núñez Ginez, de Organización y General, respectivamente; quienes fueron llevados al penal de Hermosillo, Sonora.
Es lamentable que las autoridades de los gobiernos estatal y federal, así como el Congreso de la Unión, actúen con tal pereza mental, ya que fue hasta16 días después de la masacre del 19 de junio, cuando la Segob hizo acto de presencia en Nochixtlán, a través del subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrián y que la Procuraduría General de la República (PGR) anunció que atraería el caso para su investigación.
De igual forma, resulta lamentable que el gobernador Gabino Cué, en vez de buscar construir puentes de entendimiento, para salvar la celebración de la Guelaguetza, haya permitido todo lo que ha venido sucediendo en Oaxaca desde el pasado 11 de junio, por lo que ante este vacío de poder que su opacidad ha provocado, hemos sido testigos de actos represivos de las fuerzas policiaca estatales y federales, de un montaje de desabasto alimentario y la radicalización de las protestas sociales de la Sección 22 y sus aliados.
Lo más que ha atinado a hacer Gabino Cué, es azuzar a los sectores empresariales y comerciales para enfrentar a la Sección 22 del SNTE–CNTE, lo que en vez de crear los puentes para salvar la Guelaguetza, generó ya un clima de encono social, cuyas consecuencias pueden ser que no solo no se efectué la máxima fiesta turística de la entidad, sino que provoquen más asesinatos por razones políticas y sociales. Lamentablemente es el resultado del vacío de poder que existe hoy en Oaxaca, por un mal gobernante, que se cree estadista.
@MiguelAschulz