Por Horacio Corro Espinosa
para el 22 agosto 2017
Durante dos o tres días se hizo mucho escándalo en las redes sociales con la historia de que se boicotearían las inauguraciones del ciclo escolar, y además, se advertía que todo podía terminar en violencia. Así que por esos medios se les proponía a los padres de familia tomar las debidas precauciones para no exponer a sus hijos, etcétera, etcétera. Nada de eso paso. Salvo dos o tres incidentes de poca trascendencia.
Por medio del fatalismo, los agoreros quisieron detener la presencia de los estudiantes en las instituciones educativas. Es más, los padres de familia y los alumnos desatendieron todas esas amenazas y asistieron puntuales a clases.
De acuerdo a la Secretaría de Educación Pública (SEP), más de 30 millones de alumnos y más de un millón 800 mil maestros de educación básica en todo el país regresaron a clases para el ciclo escolar 2017-2018.
El inicio de clases de ayer lunes no fue como los anteriores, cuando la sección 22 utilizaba el petate del muerto para espantar a los padres de familia.
Qué bueno que se reanudaron las clases para que los jóvenes se sigan preparando, aunque hay muchos que no entienden o no quieren entender lo que significa estudiar.
El estudio es considerado pieza fundamental del ser humano. Con el estudio emprendemos una búsqueda infinita de nuevos conocimientos para desarrollar aptitudes y habilidades que pueden servir para dominar determinadas situaciones.
Todos necesitamos capacitarnos de manera personal, y para ello se necesita un maestro o un instructor que nos enseñe de forma adecuada para aprender.
Toda persona inicia con la educación primaria, para seguir posteriormente con la educación secundaria hasta llegar a la educación superior. En cada uno de estos pasos obtenemos distintos títulos que son respaldados por el estado.
Para lograr cada título, se deben cubrir ciertos objetivos, como cumplir horarios y presentar exámenes. Por las evaluaciones conocemos nuestras capacidades, aptitudes o fallas. Sin estas valoraciones jamás podríamos saber nuestras inclinaciones a determinadas materias y vocaciones.
La evaluación sirve para mejorar nuestra preparación, y en cierta forma, la misma vida nos va poniendo evaluaciones a lo largo de nuestra existencia. Así que los exámenes nunca van a terminar. Nadie podrá pasar al siguiente nivel si no presentamos previamente un examen.
Desde luego que también se puede tener una educación informal, o ser autodidacta. Se trata de aquellas personas que se instruyen solos.
México ha tenido grandes hombres que sólo estudiaron los tres primeros años de la primaria, pero por su cuenta se prepararon y pusieron el nombre de México muy alto.
El prepararse por cuenta propia no quiere decir que se tiene una educación de calidad inferior. La única diferencia es que estas personas no tienen el respaldo de un título, pero muchas veces, pueden tener más preparación que un titulado.
En la escuela aprendemos a socializar con los compañeros, y se aprenden conocimientos. Con los conocimientos cambian las emociones intelectuales, mismas que pueden durar toda la vida o un corto tiempo.
Con el estudio aprendemos a estructurar nuestros pensamientos y nuestras formas de expresión. Aprendemos también a ser líderes dentro de la misma integración de convivencia grupal.
Ojala ya no haya más paros en nuestra entidad oaxaqueña para que salgamos de los últimos lugares educativos en que nos encontramos.
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