Miguel Ángel Schultz
En Oaxaca, las remesas enviadas por las y los migrantes que se encuentran en el extranjero alcanzan la estratosférica cantidad de mil 424.3 millones de dólares, según recuento del 2016, lo que representa una cifra que ningún inversionista, ni extranjero ni nacional, hace en nuestra empobrecida entidad.
Para darnos una idea de lo que representa esa cantidad para Oaxaca, hay que recordar que a inicios de año el gobernador Alejandro Murat anunció que en cuatro años se espera que lleguen de las empresas eléctricas extranjeras capitales por seis mil millones de dólares, que no pagan ni un peso por la energía que hacen girar las hélices de sus aerogeneradores, ya que este es el viento y aquí es gratis.
La diferencia de lo declarado por el mandatario de Oaxaca, a inicios de año, es que esos seis mil millones de dólares son a futuro, es decir inciertos y el recuento de los más de mil 400 millones de dólares enviados por los migrantes son reales, ya que es un recuento de hace dos años, porque aún no se ha dado a conocer la cifra del año 2017.
Esos mil 424.3 millones de dólares estamos seguros que se elevan por el dinero que entra de manera informal y también de las otras entidades del país, en las que trabajan los y las oaxaqueñas, y aunque éstas sean en pesos también cuentan.
No vemos por parte de autoridades estatales o municipales ningún programa o acción que proteja estos capitales y los transformen en una herramienta de desarrollo. Dinero que llega a los más empobrecidos de Oaxaca, porque precisamente la migración es en parte resultado de la falta de trabajo y futuro para los habitantes de los pueblos, que por la generalidad son indígenas y cuya cultura los mantiene con esos vínculos de identidad tan fuertes, pero no hay ningún reconocimiento ni respeto a esta cultura.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), es la instancia encargada de vigilar el buen comportamiento de las instituciones financieras, pero no se da abasto para vigilar a las instituciones irregulares.
Se ha registrado que en años anteriores el abuso ha sido descomunal, ya que llegaron a cobrar intereses de hasta mil 200 por ciento. En algunos casos a retener a familiares de deudores, por los despachos de cobranza, hasta que no hicieran el pago correspondiente.
Oaxaca, podríamos considerar que es un estado vulnerable, ya que está considerada como la segunda entidad con el mayor rezago educativo del país. De acuerdo con cifras del año 2010, el nivel educativo en la entidad fue de 6.9 años, en tanto la media nacional se ubicó en 8.6 años y en el Distrito Federal, hoy ciudad de México, fue de 10.5 años.
Podríamos concluir que las cosas cambiarían si los gobernantes vieran esos mil 424. 3 millones de dólares, como una oportunidad de desarrollo para los más empobrecidos de Oaxaca (que como vemos, no los son tanto). Tal vez el racismo soterrado que existe en la entidad no permite sacar provecho de este río de dólares que mandan nuestras hermanas y hermanos migrantes que se encuentran lejos de la tierra que los vio nacer y que no olvidan.
@MiguelAschulz
Oaxacaentrelineas.com