* En México se estima una prevalencia de 50 casos nuevos por cada 100 mil habitantes
* Se recomienda realizar actividad física deportiva, ejercicio de coordinación de movimientos y llevar una alimentación adecuada, entre otros
Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- En el marco del Día Mundial del Parkinson (11 de abril), autoridades de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) recomiendan una serie de actividades para retrasar el inicio de los síntomas de este padecimiento que afecta el sistema nervioso central y el movimiento de las personas.
Toda vez que este trastorno ocurre cuando las neuronas no producen suficiente dopamina, sustancia importante para el funcionamiento del cerebro, se sugiere realizar actividad física deportiva y ejercicios de coordinación de movimientos.
También llevar una alimentación adecuada como el consumo de antioxidantes y semillas con omega-3, así como el control de estrés y mantener al cerebro activo mediante la lectura o actividades cognitivas, por mencionar algunos.
Cabe destacar que el 70 por ciento de los casos de esta enfermedad se diagnostican en personas mayores de 65 años de edad; mientras que, el Parkinson de inicio temprano se presenta en la población de 40 años, el cual es ocasionado por factores genéticos, además del Parkinson juvenil que se manifiesta en menores de 20 años de edad.
La Secretaría de Salud del Gobierno de México estima a nivel nacional una prevalencia de 50 casos nuevos por cada 100 mil habitantes al año. Entre la sintomatología se encuentran temblores en cara, mandíbula, manos, brazos y piernas; lentitud en los movimientos; problemas de equilibrio y coordinación, así como rigidez en las extremidades y el tronco.
Los primeros signos de este padecimiento pueden pasar desapercibidos. Algunos de los movimientos de la persona pueden cambiar de manera sutil al caminar más lento o rígido y tener dificultad para mantener el equilibrio, estos cambios pueden tornarse más graves e interferir con la vida cotidiana.
Las personas también pueden presentar trastornos del estado de ánimo, depresión, ansiedad, disminución de la sensibilidad para percibir los olores y sabores de los alimentos, trastornos del sueño o insomnio y piernas inquietas durante el sueño.
Esta enfermedad es crónica e incurable, sin embargo, con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado de fármacos, terapia física y psicológica, la calidad de vida del paciente puede mejorar.