La leche materna es el mejor alimento que una madre puede proporcionar a un recién nacido, al contener todos los nutrientes que el bebé necesita durante los primeros seis meses de vida, informó la investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (CINYS-INSP), Teresita González de Cossío Martínez.
La leche materna, agregó, protege al recién nacido de catarros, bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, meningitis, infecciones de orina, enterocolitis necrotizante o síndrome de muerte súbita. Además, la mujer que amamanta pierde más peso en periodo posparto y tiene menor riesgo de padecer cáncer de mama o de ovario en el futuro.
Aunque la leche de fórmula intenta reproducir la calidad nutrimental de la materna, no contiene las sustancias inmunológicas y hormonas que promueven el adecuado crecimiento del niño, agregó.
Incluso, afirmó, la leche materna cuando se extrae y se guarda para dársela posteriormente al niño, no pierde las propiedades y mantiene las características de protección y promoción del crecimiento.
Este alimento está compuesto de concentraciones ideales de proteínas, azúcares, grasas, minerales, vitaminas y hormonas que promueven la maduración del aparato digestivo, así como enzimas y sustancias inmunológicas para el óptimo crecimiento del bebé.
En 1992 en México, el Hospital General de México (HGM) diseñó en colaboración de la Liga de la Leche de México, A.C. el Programa de Promoción de la Lactancia Materna que aplicó ese centro hospitalario con el fin de documentar que con la práctica correcta de la lactancia materna, se reduce la desnutrición e infección en la población lactante.
Ese programa capacita en el manejo de la lactancia para el personal de salud de las unidades de pediatría y obstetricia; cambios en los procedimientos de atención perinatal destinados a mejorar la situación del amamantamiento durante la estancia de postparto, y da clases para las primigestas sobre las ventajas y técnicas del amamantamiento.
El programa logró reforzar el concepto de la responsabilidad del hospital en el fomento del amamantamiento durante el postparto, capacitar sobre el tema a la mitad del personal en los Servicios de Pediatría y Gineco-obstetricia y orientar a 347 embarazadas y 423 madres en postparto con respecto a las técnicas y beneficios de la alimentación al seno materno.
Ese estudio demostró que el amamantamiento es el método óptimo de alimentación infantil durante el primer año de vida y que el inicio de la ablactación (introducción paulatina de alimentos semi-sólidos a la dieta de un niño) no es necesario antes del quinto o sexto mes.