Un nuevo análisis de Amnistía Internacional ha encontrado que al menos 7,000 personas trabajadoras de la salud han muerto en todo el mundo después de contraer COVID-19. Se ha confirmado que al menos 1,320 personas trabajadoras de la salud han muerto sólo en México, la cifra más alta conocida para un solo país.
Amnistía Internacional también registró un elevado número de muertes de personas trabajadoras de la salud en Estados Unidos (1,077) y Brasil (634), donde las tasas de infección y mortalidad han sido altas durante toda la pandemia, así como cifras alarmantes en Sudáfrica (240) e India (573), donde las tasas de infección se han disparado en los últimos meses.
“El hecho de que más de 7,000 personas mueran mientras intentan salvar a otras es una crisis de una escala asombrosa. Todas las personas trabajadoras de la salud tienen derecho a estar seguras en el trabajo, es un escándalo que tantos estén pagando el precio final”, declaró Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional.
“Tras muchos meses de pandemia, las personas trabajadoras de la salud siguen muriendo a un ritmo espantoso en países como México, Brasil y Estados Unidos, mientras que la rápida propagación de las infecciones en Sudáfrica y la India demuestra la necesidad de que todos los Estados tomen medidas.
“Debe haber una cooperación mundial para asegurar que todas las personas trabajadoras de la salud reciban el equipo de protección adecuado, para que puedan continuar su trabajo vital sin arriesgar sus propias vidas”.
En el informe Expuesto, acallado y atacado, del 13 de julio de 2020, Amnistía Internacional encontró que más de 3,000 personas trabajadoras de la salud habían muerto en el mundo después de contraer COVID-19. Las últimas cifras se deben al aumento de las tasas de COVID-19 en varios países, así como a la disponibilidad de nuevas fuentes de datos.
Los países con las cifras más altas estimadas de trabajadores de la salud que han muerto a causa de COVID-19 son México (1,320), EE.UU. (1,077), Reino Unido (649), Brasil (634), Rusia (631), India (573), Sudáfrica (240), Italia (188), Perú (183), Irán (164) y Egipto (159).
Es posible que las cifras de los países no siempre sean directamente comparables debido a los diferentes métodos utilizados para reunir los datos, así como por las definiciones de las personas trabajadoras de la salud utilizadas en los distintos países.
Es probable que estas cifras tengan una subestimación significativa, debido al subregistro de muchos de los países incluidos en el análisis.
Huelga en Sudáfrica
Los nuevos datos de Amnistía Internacional llegan en medio de una acción industrial generalizada en Sudáfrica. Se espera que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Salud y Afines (Nehawu) proteste hoy ante el parlamento, incluso tienen planes de realizar una huelga nacional el 10 de septiembre si no se cumplen sus demandas.
El gobierno no ha cumplido hasta ahora las demandas de las personas trabajadoras, que incluyen el suministro adecuado de Equipo de Protección Personal (EPP), la participación activa de los y las trabajadoras en los comités de salud y seguridad en el trabajo, el apoyo psicosocial, el transporte y el pago por riesgos para los y las trabajadoras de primera línea.
A principios de agosto se sabía que al menos 240 personas trabajadoras de la salud habían muerto en Sudáfrica después de contraer COVID-19. Sudáfrica ha experimentado un aumento de las muertes relacionadas con el virus desde julio, y ahora hay más de medio millón de casos confirmados en todo el país.
El incremento en la India
En la India se ha registrado un aumento de casos de COVID-19 en los últimos meses, con más de 3,690,000 casos confirmados en todo el país, y más de 65 mil muertes. Las cifras del Ministerio de Salud que aparecieron en los medios de comunicación la semana pasada indican que más de 87,000 personas trabajadoras de la salud han sido infectadas, y 573 han muerto. Más de la mitad de las muertes de las personas trabajadoras de la salud (292) ocurrieron en el estado de Maharashtra.
Las personas trabajadoras de la salud en la India han estado planteando preocupaciones sobre su seguridad. En agosto, cientos de miles de personas trabajadoras sanitarias comunitarias (de ASHA) se declararon en huelga para exigir una adecuada protección de la salud, mejores salarios y condiciones de trabajo justas y favorables.
Mil 320 muertes en México
El número de infecciones por COVID-19 ha superado recientemente los siete millones en América Latina, y Amnistía Internacional registró cifras especialmente elevadas de muertes de personas trabajadoras de la salud en México (1,320), Brasil (634) y Perú (183).
En México, el número oficial de muertes de personas trabajadoras de la salud ha llegado a la cifra sobrecogedora de 1,320 personas. Al 25 de agosto, el Ministerio de Salud de México confirmó 97,632 casos de COVID-19 entre las personas trabajadoras de la salud.
Se ha informado que las personas encargadas de la limpieza en los hospitales de México son especialmente vulnerables a la infección. Muchas de ellas están subcontratadas, lo que significa que tienen menos protección.
En mayo, Amnistía Internacional documentó el caso de Don Alejandro, de 70 años de edad, quien trabaja limpiando instalaciones de hospitales estatales en la Ciudad de México. Don Alejandro dijo a Amnistía Internacional que solicitó su reasignación a zonas administrativas, debido a su perfil de riesgo ante el COVID-19, precisó que su empleador accedió a esa solicitud pero redujo sus ingresos en aproximadamente un 16%.
Amnistía Internacional destacó el hecho de que el gobierno mexicano lleva un registro detallado de muertes de personas trabajadoras de la salud, con datos desglosados por edad, género y profesión.
Esta transparencia es esencial y todos los países deberían poner a disposición este tipo de detalles; también puede servir para explicar las inquietantes cifras de México en relación con otros países.
La falta de EPP y de protocolos claros en Brasil
En Brasil, al menos 634 personas trabajadoras de la salud han muerto a causa de COVID-19. De acuerdo con la Associação Brasileira de Saúde Coletiva (ABRASCO), una asociación de personas profesionales de la salud, las y los trabajadores de la salud se han quejado de la insuficiencia de EPP, la falta de protocolos claros para gestionar las infecciones, la ausencia de apoyo a la salud mental, la mínima protección social para los miembros de la familia y los contratos precarios para los reclutados en casos de emergencia.
“Hacemos un llamado a todos los gobiernos para que tomen medidas urgentes para proteger la vida de las personas trabajadoras de la salud. Además de aumentar el suministro de equipos de protección, deben escuchar a las personas trabajadoras de la salud que se manifiestan sobre sus condiciones de trabajo, y respetar sus derechos de organización”, dijo Steve Cockburn.
“Durante toda la pandemia los gobiernos han aclamado a las personas trabajadoras de la salud como héroes, pero esto suena vacío cuando muchas de ellas están muriendo por falta de protección básica”.
Metodología
En colaboración con un científico de datos, Amnistía Internacional revisa y coteja regularmente los datos relacionados con las muertes de personas trabajadoras de la salud provenientes de múltiples fuentes. Éstas incluyen páginas conmemorativas, cifras gubernamentales, listas compiladas por asociaciones médicas nacionales y listas y obituarios publicados en medios de comunicación de todo el mundo. Todas las fuentes y la información explicativa están disponibles en el mapa interactivo en línea.