* Rocío Carrillo e Ingrid Bravo coinciden en que el teatro que ofrece el Inbal busca formar nuevos públicos, que construyan espacios libres de violencia de género

Ciudad de México.- En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinación Nacional de Teatro (CNT), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), organizó la charla virtual “Porque el teatro lo hacemos todas”, en la que las creadoras escénicas Rocío Carrillo e Ingrid Bravo hablaron de las puestas en escena que encabezan y que actualmente se encuentran en cartelera en recintos del Inbal.

Carrillo está al frente de la Organización Secreta Teatro que escenifica la obra “Las diosas subterráneas”, una idea original y dirección de ella misma. Es una pieza que aborda el tema de las mujeres desaparecidas por la trata para explotación sexual en México, a partir del mito griego de Deméter y su hija Perséfone, raptada al inframundo por el dios Hades.

A su vez, Bravo comentó que Teatro desde la Grieta escenifica “Quemar los campos”, un texto suyo dirigido por Bruno Ruiz, a manera de documental que intenta generar una reflexión en torno al feminicidio, resaltando el tiempo y el espacio para el duelo colectivo, la escucha y el acompañamiento, mientras los participantes construyen un jardín en el cual serán nombradas las víctimas y sus madres.

La charla fue moderada por Tayra Araujo, quien dio a conocer algunos datos sobre esta problemática. La violencia contra la mujer en México registra que el 70 por ciento de las mujeres ha sufrido al menos un incidente de violencia; y que el 2021 fue el año con el mayor número de denuncias de violación, en promedio, una mujer, cada hora, pide ayuda a un refugio por situación de violencia.

Asimismo, en 2018, los estados con mayor cantidad de desaparecidas fueron Jalisco, Puebla y Nuevo León. “Estas no son solamente cifras, sino historias de mujeres y familias fracturadas por la violencia que ocurre en nuestro país”, afirmó la moderadora.

Carrillo, quien celebra en 2023 tres décadas de trabajo de su compañía, comentó que lo que define al grupo es la vocación hacia la investigación y el teatro a partir de un laboratorio. “Nuestras propuestas no tienen palabras y están construidas a partir de la poética del mito, como contenedor de símbolos universales que hablan, aún desde la antigüedad, de lo que somos esencialmente: Seres humanos.

No obstante, aclaró que “Las diosas subterráneas” sí tiene una escena dialogada y algunos textos surgidos del laboratorio. “La palabra es mínima, pero era importante para nosotros, considerando lo que debe ser nombrado en la escena: La revictimización y la violencia que sufre el cuerpo de las víctimas y sus familiares que tienen que enfrentar en los ministerios públicos.

Al hablar de desaparecidas en México, me parece increíble que no estemos en estado de alerta, que se pretenda invisibilizarlo, porque es una realidad que nos puede rebasar. Por eso, cada cosa que hagamos debe ir sumando y sumar otras voces, porque sí es sorprendente la falta de conciencia acerca de todo esto. Las redes sociales son un arma de dos filos. Se comparte la información, pero luego vuelve la indiferencia de la gente.

“El teatro es un arte vivo, de emociones y de energías, que irradia en ese sentido hacia las ideas. Eso lo hace único. Pero sobrevive porque ha impactado en los espectadores. Sería importante mantener y fomentar el teatro dirigido a los niños y jóvenes como un teatro formativo, porque es ahí donde comienzan muchas estructuras mentales”, dijo.

Por su parte, Bravo aseguró que Teatro desde la Grieta trabaja a partir de un laboratorio de investigación. Contó que la obra -acerca del feminicidio- surgió desde el hecho de que no sabía qué hacer con toda esa información que guardaba. El director -Bruno Ruiz- le comentó que hiciera algo con todos esos datos que tenía, y entonces inició la búsqueda de respuestas.

“Me di cuenta que no era tanto de hablar, sino de entender. Había cierta distancia entre lo personal y las noticias, pero platicando con madres víctimas de feminicidio en realidad esas preguntas empezaron a tomar forma y entendimos que son ellas las que tenían que hablar, expresar lo que sentían y que también se estaban guardando.

Con su trabajo, dijo, buscamos las formas de resistencia y el poder de la colectividad, el generar espacios de participación, aprender a escuchar y acompañar desde nuestras posibilidades. Es interesante escuchar a todos y entre todos.

Por ello, el objetivo de “Quemar los campos” no es proponer lo que se tiene que hacer. Nosotros hablamos de ello, lo exigimos, pero no proponemos acciones, eso le toca a la autoridad. Más bien apostamos por la escucha y el intercambio de ideas.

A la charla se sumó Anelvi Rivera, subdirectora de los Programas Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes y Teatro Escolar en la Ciudad de México, quien destacó que “la programación de obras para las jóvenes audiencias es muy importante, porque son personas con un criterio, una presencia que amerita que haya una obra que les llame la atención, y pensamos en una experiencia generadora de anécdotas significativas, que construyan comunidad, y encuentren cimientos para construir encuentros y sonrisas, una mirada niña, una mirada participativa.

La obra “Las diosas subterráneas” se puede apreciar hasta el 26 de marzo en la Sala Xavier Villaurrutia de lunes a domingo, excepto los días miércoles; y “Quemar los campos”, de jueves a domingo, en el Teatro El Galeón, ambos recintos del Centro Cultural del Bosque.