Con este hecho, suman en Sinaloa cuatro medios impresos que han sido blanco de ataques por presuntos miembros de la delincuencia organizada

Las instalaciones de la cadena periodística El Debate, en la ciudad de Mazatlán, fueron blanco de un ataque con disparos de fusiles automáticos en su fachada, lo que lo convierte en el cuarto medio impreso que es atacado en Sinaloa.

Según el primer reporte de la Policía Municipal, al filo de las 5:15 de la mañana, desconocidos dispararon por lo menos en 15 ocasiones, contra uno de los accesos del edificio del rotativo, ubicado en la calle Circunvalación, del fraccionamiento Costa Brava.

Previo al atentado, personal del periódico, recibió vía telefónica diversas amenazas anónimas que fueron registradas.

Con este hecho, suman en Sinaloa cuatro medios impresos que han sido blanco de ataques por la delincuencia organizada, el primero de ellos fue El Debate en la ciudad de Culiacán, donde se detonaron frente a su puerta principal dos artefactos explosivos.

Poco después, en un hecho similar se produjo en las instalaciones del Semanario Rio Doce, ubicadas sobre la calle Francisco Villa 767, en la colonia Almada, de esta ciudad capital.

El pasado día primero de septiembre, por lo menos dos hombres, con rostros cubiertos, dispararon en 64 ocasiones contra la puerta de acceso del periódico Noroeste de Mazatlán, ubicadas en la calle Benemérito de las Américas 708, del fraccionamiento Campo Bello.

El nuevo hecho, alertó a las asociaciones de periodistas de esta entidad que ven con preocupación el clima de inseguridad y violencia que se vive contra trabajadores de los medios e instalaciones.
Irene González, presidenta de la Asociación de Periodistas y Comunicadores Siete de Junio, observó que pese a que los cuatro atentados que se han producido contra edificios de medios impresos en los últimos años en Sinaloa, las investigaciones de los hechos no avanzan.

En un lapso de poco más de un mes, los rotativos Noroeste y Debate de Mazatlán, han sido blancos de ataques, sin que se reporten lesionados, sin embargo, se busca crear un clima de zozobra e inquietud, no solo entre los directivos, sino en los reporteros.