Fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) admitieron este lunes la muerte de varios niños durante un ataque aéreo controlado por soldados franceses en la provincia de Kapisa, en el norte de la capital afgana.
El portavoz de la OTAN, Carsten Jacobson, precisó que el bombardeo ocurrió el pasado miércoles cuando la aviación de la Alianza y fuerzas de tierra atacaron a un supuesto grupo de insurgentes, en el distrito de Najrab, donde al menos 17 civiles afganos fallecieron, once de ellos niños.
Jacobson señaló ante la prensa que “lo que hemos podido determinar hasta ahora es que un combate tuvo lugar contra un grupo de hombres que estaban armados y se comportaban de forma extraña. Este grupo fue objetivo de la aviación de la coalición, que respetó todas las directivas de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF)”.
Expresó que “luego del combate se descubrieron víctimas adicionales que eran jóvenes afganos de varias edades”. Sin embargó, afirmó que no pueden “confirmar ni desmentir con razonable seguridad, una relación directa con el combate”.
Una comisión investigadora, enviada a la zona del suceso pro el presidente Hamid Karsai, denunció los hechos ocurrido el pasado miércoles 8 de febrero y destacó que nueve civiles, entre ellos una mujer y tres niños, de la misma familia perdieron la vida en la provincia de Kunar (noreste) y otros ocho niños en la de Kapisa.
El representante de la comisión, Mohamad Tahir Safi, resaltó que los niños fallecidos tenían edades comprendidas entre 6 y 14 años. Añadió que los bombardeos se realizaron pese a que la oposición del jefe de seguridad del distrito certificó la inactividad de insurgentes en esa zona.
Por su parte la agencia afgana de noticias, Khaama Press, informó que los aviones dispararon misiles y utilizaron fuego de ametralladoras contra la región, donde varios habitantes fallecieron mientras alimentaban a sus animales.
El presidente Karsari ordenó al Ministerio de Defensa que impida a las tropas internacionales realizar operaciones sin coordinación y que asuma el control de las operaciones nocturnas.
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Afganistán (Unama), presentó un informe en el que precisó que durante 2011 tres mil 21 civiles fallecieron a causa de ataques de la OTAN y de Estados Unidos, cifra que representa ocho por ciento más que en el año anterior y un aumento por quinto año consecutivo desde la invasión afgana en octubre del 2001.
Sobre esto, el jefe de la Unama, Jan Kubics, y el alto comisionado para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, expresaron sentirse altamente preocupados por el incremento del número de víctimas civiles en Afganistán.