Oaxaca, Oax.- La autoestima equivale a quererse a sí mismo, aceptando logros y limitaciones. Es una vivencia y juicio de valor sobre uno mismo, así como sobre las relaciones y responsabilidades consigo, con los otros y el entorno.
Por ello, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) exhortan a padres de familia a prestar especial atención en los infantes, a fin de ayudarlos a construir un buen concepto de ellos mismos, debido a que un niño va cimentando su autoestima en los primeros años con la experiencia de socialización.
En entrevista, el coordinador de Salud Mental de la Jurisdicción Sanitaria número uno, en Valles Centrales, Héctor Aquino Díaz, explicó que los padres deben enseñar a sus hijos las conductas que son aceptables, cuáles son perjudiciales, reprochables, peligrosas, además de enseñarles a través de la aprobación o el rechazo, del premio o la sanción.
“Los chiquillos van formándose la idea de quiénes son, si se gustan o no, si son aceptados, y conforme pasa el tiempo irán creándose expectativas acerca de sus posibilidades, se crearán predisposiciones a disfrutar la vida, los retos, o a padecer y lamentarse, es por eso que el apoyo cariñoso de los padres les ayudará a ver una perspectiva positiva o negativa de la vida”.
Explicó que un niño reconocido y aceptado como es -con su sexo, aspecto físico, habilidades y dificultades- por padres, hermanos y profesores, construirá la suma de buenos juicios sobre sí mismo que contribuirán a una adecuada autoestima.
Detalló que para fundar un saludable desarrollo mental en los hijos se deben considerar factores como el temperamento, destrezas, debilidades, factores de defensa, deseos y nivel cognitivo, por lo que enlistó las siguientes recomendaciones:
1. Responsabilidades: incentiva el desarrollo de las responsabilidades de una manera positiva, creando compromisos y exigencias en un clima de participación e interacción.
2. Participación: da la oportunidad al niño para tomar decisiones y resolver algún problema.
3. Refuerza sus logros: fortalece con positivismo las buenas conductas del niño, por ejemplo, cuando él haga las tareas, recoja sus juguetes o se cambie de ropa solo, dile con cariño y de forma efusiva, ¡Qué mayor eres!, ¡Gracias por ayudarme!, o ¡Lo has hecho muy bien!.
4. Límites claros: marca los límites en su educación, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: “Si no recoges tus juguetes, no irás al cine”. Y que no haya vuelta atrás.
5. Resolución de problemas: enseña a tu hijo a resolver sus propios problemas y a aprender de sus errores o faltas de una forma positiva. Ejemplo: si el niño no alcanza una buena calificación en una materia, anímalo a estudiar más y a prepararse para superarse en el próximo examen. El niño debe sentir que un error puede convertirse en un aprendizaje y podrá arreglarlo si emplea más esfuerzo.
6. Críticas constructivas: los insultos no favorecen a la autoestima del niño. En lugar de decir “eres un desordenado, tienes tu cuarto como un basurero”, es mejor decir: “no me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste”, así estarás demostrando que lo que te disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.
Finalmente, el especialista recordó que la salud es responsabilidad compartida, por lo que invitó a los padres de familia a acudir a las unidades médicas para recibir orientación sobre la estimulación temprana o psicológica, a fin de desarrollar mejor las habilidades de los infantes.