Por Horacio Corro Espinosa
Para el 22 de enero de 2018
En vez de parar las agresiones contra los periodistas oaxaqueños, el secretario de los Servicios de Salud de Oaxaca, Juan Díaz Pimentel, las fomenta.
A veces parece imposible, pero los funcionarios públicos son los principales ejecutores de los ataques contra periodistas.
El principal enemigo del pueblo es el amiguismo político. Es por eso que en los cargos de mayor responsabilidad no están los más capaces o los más inteligentes, están los amigos del jefe quienes se llevan los mejores sueldos.
Luego de lo sucedido el miércoles 17 de este mes, cuando un reportero entrevistaba a Díaz Pimentel, sobre los trabajadores de esa dependencia, se le ocurrió indagar si iba a renunciar, y con marcada irritación le respondió: “Si tú quieres, sí”.
Después de esta pregunta, uno de los guaruras del secretario agrede físicamente al reportero, y éste le pregunta al secretario si él había dado la orden para que lo golpearan. Díaz Pimentel le contesta “¡Porqué provocas!” y además le aseguró “¡Te van a buscar eh… él es un hombre como tú”. El reportero se queda atrás porque le cierran el paso los guardaespaldas, y le grita a Díaz Pimentel: “¿Es una amenaza?”.
Los que conocemos la trayectoria de este señor, sabemos que es un vulgar y auténtico porro que siempre ha estado al servicio de los Murat; y en cuanto a la pregunta del reportero de “¿Es una amenaza?”, habrá que sugerirle que se cuide, porque en realidad sí la es.
No sería la primera vez, pero todo aquel periodista que no ve guapo, atlético, joven, inteligente, honesto y otras capacidades imaginarias del secretario de Salud, estará fuera del reino. De su reino.
La agresión de este servidor público es como un parte aguas. El ejemplo público que dio, es un aval para que cualquier persona se sienta libre de atacar a algún periodista.
Solo como ejercicio memorístico voy a mencionarles algunos datos de lo que ha hecho este secretario porro:
En la madrugada del 18 de octubre del 2004, varias personas salieron del edificio de la Cámara de diputados, y se dirigieron hacia la caseta de revistas ubicada en la esquina norte del parque El Llano, propiedad del señor Héctor Espinosa, (la Cámara en ese entonces estaba frente a dicho jardín). Los bidones de gasolina que llevaban en la mano, los vaciaron sobre el quiosco y le prendieron fuego. No fue la única caseta de revistas incendiada esa noche, hubo tres más. La quema fue intencional, y todo porque el periódico Tiempo -propiedad del gobernador José Murat, y del líder del Congreso local Juan Díaz Pimentel-, no se vendía en esos lugares. Con esa intimidación obligaban a los voceadores a vender el diario en todos los estanquillos del estado.
Al día siguiente, Díaz Pimentel visitó dos de los lugares incendiados, pero en vez de apoyarlos moral o económicamente ante la pérdida total, sólo les dijo: “¿Por qué no venden el periódico Tiempo?”. Yo se los mando. ¡Así de cínico!.
El hoy titular del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), Guillermo Megchún Velásquez, se desempeñaba en el sexenio de José Murat, como contador Mayor de Hacienda y secretario de Finanzas, y Juan Díaz Pimentel, como presidente de la Gran Comisión de la 58 legislatura; ambos, se negaron a fiscalizar la cuenta pública 2000, 2001 y 2002, lo que originó una Controversia Constitucional promovida por la Cámara de Diputados del Congreso Federal en contra del Gobierno de Oaxaca. ¡Así eran y son de cuchis!.
Otro caso: José Murat Casab, tiene un compadre en Juchitán que se llama Héctor Matus, mejor conocido como “La Garnacha”, quien se postuló para presidente municipal y para diputado plurinominal. Dos candidaturas a la vez. El Tribunal Federal lo declaró inelegible, pero el Congreso del Estado, encabezado por Díaz Pimentel, declaró la desaparición de poderes en ese lugar y nombró una administración. Quien quedó como responsable de ese cargo fue “el compadre”, Héctor Matus (“La Garnacha”).
Son infinidad de casos desfavorables del señor Díaz Pimentel, quien se ha distinguido como un fiel servidor de los Murat, no del pueblo.
Con esto, habrá que preguntarse: ¿dónde están esos hombres íntegros, honestos y preparados que nos prometió en campaña el gobernador Alejandro Murat Hinojosa?. ¿Dónde?. O que alguien me demuestre que estoy mintiendo.
¡Pobre Oaxaca!. ¡Pobre periodismo!. Pero bueno… pensándolo… creo entender por qué hay tanto periodista con matraca en mano atrás de este secretario.
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