* Participó director general de CISA Metrobús en la Cátedra Prima de la Universidad del Pedregal
Ciudad de México.- En una ciudad donde en 18 años apenas se ha logrado renovar el 50 por ciento del parque vehicular del transporte colectivo de pasajeros, donde existe una sobreoferta de 30 por ciento de unidades y donde tres administraciones anteriores no han podido cambiar el hombre-camión, la solución es migrar a un nuevo modelo de transporte, mediante una integración tarifaria.
Lo anterior fue planteado por Jesús Padilla Zenteno, director general de Corredor Insurgentes, SA de CV, empresa concesionaria de la Línea 1 del Metrobús, durante su participación como ponente magistral ante un auditorio de estudiantes en la Cátedra Prima de la Universidad del Pedregal, dirigida por el rector, Armando Martínez Gómez.
A casi 14 años de la entrada en operación de la primera línea del Metrobús y con la experiencia del cambio de unidades con la mejor tecnología del mercado, para tratar de aminorar las emisiones contaminantes, Padilla Zenteno expresó en su charla con los jóvenes de la Universidad que quien anda en transporte público deja cinco años de su vida en él –mientras quien lo hace en transporte privado pierde cuatro y medio.
“Nada gratificante tampoco, agregó, y en general se pierden 33 millones de horas hombre en el tráfico, cifra que presenta un incremento del cien por ciento en 20 años, lo cual significa más de 100 mil millones de pesos al año”.
“El Metrobús le ha dejado una muy buena huella al país, de cambio, innovación, eficiencia, una configuración distinta y de una administración centralizada, profesional, donde los transportistas han logrado ver que tienen un patrimonio”, comentó.
“El operador también tiene beneficios. Hoy los operadores cuando se integran a una empresa tienen sentido de pertenencia, tienen cobertura médica, derecho a una jornada laboral digna, seguridad social para los padres, esposa e hijos, capacitación permanente, creo que hemos aprendido poco a poco los valores agregados y atributos de este nuevo modelo que es más eficiente”, expresó.
Sin embargo, es ahí donde puso énfasis en que “hay que cambiar el modelo de negocio, no el modelo de autobús” porque “tenemos rutas con buses nuevos con prácticas viejas donde se siguen peleando el pasaje” y no existe forma de resolver el conflicto, mismo que al parecer ninguna gran ciudad de América Latina ha podido solucionar.
“Cambiar de modelo de negocio es entender que no todo es tarifa. Desde hace varios años no nos pronunciamos por incremento de tarifa, porque la tarifa es solamente una variante del proceso de los costos para prestar el servicio. Lo que define el negocio es el número de pasajeros que van en el vehículo. Pero lo que se necesita es una integración tarifaria que permita que los autobuses llenos con los no llenos ganen lo mismo; que las rutas buenas con las no buenas, se equilibren”, externó.
Así, dijo, también debe haber políticas públicas para desestimar el uso del automóvil porque hoy, 40 por ciento de la infraestructura en la Ciudad está construido para estacionar autos y, en caso de que tenga éxito el modelo del vehículo eléctrico, se tendrá una congestión verde pero no se resolverá el problema de fondo porque para México y, en general, “para América Latina el auto es un tema aspiracional, diferente a Europa, donde los niños crecieron en el transporte público”, destacó.
Pero un transporte público eficiente y con tecnología, cuesta. El vehículo de doble piso en Reforma cuesta 11 millones de pesos; el biarticulado de Insurgentes 11 millones de pesos, los articulados de dos vagones, cuestan siete millones de pesos. “De algún lado se tienen que pagar, porque la tarifa no los paga. Un viaje en Metrobús tiene un costo real de nueve pesos”, advirtió.
Por esto mismo, al ser el transporte un derecho humano, “la autoridad tiene que meterle recursos vía subsidios, pero esos subsidios no son para el transportista, el subsidio es para acercarnos al costo real del pasaje, es un subsidio al pasajero, porque de otra forma, se le tendría que incrementar la tarifa”.
En tal sentido, recordó que en el Metro cuesta 14 pesos mover a un pasajero y se cobran cinco. “En cualquier parte del mundo, sobre todo en Europa y Estados Unidos, 50 por ciento del costo del pasaje es mediante la tarifa y el otro tanto de subsidio”.
Como empresario que inició desde estudiante, convirtiendo su auto en taxi y, posteriormente dueño de un microbús hasta ser director general de CISA Metrobús y, ahora, presidente de la Coparmex CDMX, aconsejó a los estudiantes;
“Hay que atreverse a todo. Equivóquense, equivóquense mucho, pero a tiempo, ahora que todavía están jóvenes… y aprendan. En la medida que ustedes se quiten la palabra miedo, se van a sorprender de qué están hechos, van a valorar su verdadera capacidad. El miedo nunca se va a acabar; el valor no es ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentar el miedo. No le tengan miedo a nada, aunque tampoco sean suicidas. Enfrenten todo porque en esta vida hay que saber enfrentar la adversidad”.
Asimismo, les dijo que se deben involucrar como ciudadanos y participar en tareas de bien común, porque si no lo hacen, no tendrán cara para quejarse más adelante. “Hacer comunidad es la palabra”, les señaló.