• Ante la incompetencia o falta de voluntad política de nuestros Estados, hemos decidido emprender una búsqueda de nuestros familiares, de quienes tuvimos últimas noticias estando ellos en México.
• Nos solidarizamos con las Casas y Albergues de Migrantes que enfrentan situaciones de alto riesgo por su trabajo particularmente las Casas de Saltillo, Lechería, Arriaga, Ixtepec y Tenosique, en la lucha que están librando por la promoción y defensa de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito por México.
• Nos unimos a los esfuerzos que FUUNDEC ha emprendido la búsqueda de personas víctimas de desaparición forzada en el Estado de Coahuila y una lucha constante por la justicia, y cualquier otra organización que se encuentre en esta lucha que comparten la lucha de las madres centroamericanas.
La caravana Sigo tus Huellas con la Esperanza de Encontrarte, integrada por madres centroamericanas en busca de sus familiares desaparecidos, llega a la ciudad de México el 7 de noviembre, después de haber recorrido ya gran parte de la Ruta del Golfo, camino obligado para el tránsito de personas migrantes que se internan en México en busca de una vida más digna para ellos y para los suyos, en una ruta nueva que no habíamos podido cubrir Caravanas anteriores que se concentraron en los Estados del Sur como Oaxaca, Tabasco, Chiapas y Veracruz, y Jalisco en su seis ediciones pasadas.
Nuestro objetivo como madres itinerantes es denunciar de forma pública y pacífica las continuas agresiones que nuestros familiares y muchas otras personas en México han vivido. Queremos colocar en los medios masivos de comunicación, nacionales e internacionales una evidencia del trato inhumano y criminal que el Estado Mexicano ejerce, por omisión, a las personas migrantes en tránsito; al mismo tiempo que le exigimos que la complicidad, la impunidad, y la participación directa de funcionarios y servidores públicos en actos de secuestro y desaparición forzada sean erradicados mediante acciones concretas de depuración de aquellos actores que se tienen plenamente identificados y en muchos casos sólo han sido recolocados en otros puestos.
Queremos ir también un poco más allá de las denuncias y de las exigencias, queremos promover y lograr la solidaridad en la ciudadanía mexicana, para que se unan a nuestras peticiones y erradicar desde raíz la xenofobia que ha permeado todas las esferas de nuestras sociedades y ha desembocado en el incremento de la violencia como es el caso de los tres migrantes asesinados en Tultitlán, Estado de México1; y que sólo representan a los que se dan a conocer, porque hay miles de personas migrantes desaparecidas de las que no sabemos si viven o mueren, o bajo qué situación de violencia sistematizada se encuentran. Estas condiciones de violencia exacerbada, de la pasividad de los Estados por iniciar procesos de investigación o ejercer acciones de búsqueda concreta de las personas desaparecidas en México, de la colusión, connivencia y participación de funcionarios y servidores públicos, la impunidad en la que los casos se revuelcan y el silencio de algunos sectores de la sociedad, nos afectan a todos y todas por igual.
No es nada nuevo que las madres dejen sus hogares para convertirse en emblema de lucha, perseverancia y resistencia. Lo hicieron las mujeres chiapanecas, comandantes del EZLN; lo han hecho las madres de desaparecidos y presos políticos en el 68; lo hicieron las madres de desaparecidos en Argentina, a quienes los medios de comunicación calificaban de locas cuando se plantaban en la Plaza de Mayo.
En México, las madres buscando respuestas acerca de las desapariciones forzadas producto de la guerra sucia, las madres de “Eureka”; y en todo México, se escuchan cada vez con más fuerza, las voces de madres que buscan a sus familiares objeto de desaparición forzada. Todas ellas iluminan nuestra lucha y nuestro caminar que reclama justicia.
Hoy las madres mesoamericanas en nuestra búsqueda, estamos construyendo una red de solidaridad regional y mantenemos viva la denuncia del secuestro masivo y desapariciones forzadas. Tal como lo han hecho los Albergues de la ruta migrante de Saltillo, Arriaga, ixtepec, Tenosique, Lechería, nos solidarizamos en su lucha y reiteramos nuestro apoyo.
Caminamos tras las huellas de la impunidad y la falta de voluntad política. Caminamos tras las huellas de nuestros hijos y nuestras hijas desaparecidas. Caminamos tras las huellas de las agresiones ejercidas sobre los defensores y las defensoras de derechos humanos de personas migrantes. Pero caminamos también sobre las huellas de aquellos que nos has han precedido y nos dan las fuerzas para seguir caminando y en pie de lucha porque en México exista un sistema judicial efectivo.
México ha sido un país de procesos sociales y políticos lentos, y la erradicación de la impunidad y la colusión de autoridades con el crimen organizado no será un proceso de excepción. Mientras exista una madre buscando a un hijo o una hija, seguirá en pie nuestra lucha de búsqueda y de denuncia, sin importar cuanto tiempo, esfuerzo, riesgo y desgaste esto implique.
Organizaciones:
Caravana de Madres Centroamericanas – Movimiento Migrante Mesoamericano – Red COMIFAH – PMH – Frontera con Justicia, A.C. – Centro Diocesano por los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, A.C. (miembro de FUUNDEC) – Diócesis de Saltillo, Pastoral de la Comunicación – Albergue Hogar de la Misericordia, de Arriaga, Chiapas – Albergue Hermanos en el Camino, Ixtepec, Oaxaca – Albergue la 72, de Tenosique, Tabasco – Albergue San Juan Diego, de Lechería Edomex – Amnistía Internacional, México.