México DF.- El Gobierno Federal, a través de la Dirección General de Tratamiento para adolescentes (DGTPA), administra seis Comunidades Especializadas de Atención para Adolescentes donde se les ofrece ayuda para que realicen cambios en su proyecto de vida.
A fin de lograr que los jóvenes en conflicto con la ley se encaminen a una reintegración positiva en su medio social se impulsan las acciones implementadas en dichos centros en el que los menores de edad atraviesan por experiencias educativas y formativas, además de convivir con familiares y un conjunto de profesionistas especializados en el tratamiento de adolescentes.
De acuerdo a la DGTPA, cuatro de las comunidades se encargan de atender a varones en reclusión y una más a mujeres que se encuentran en esta misma situación; la última atiende a ambos sexos que se encuentran en libertad, las comunidades reciben su nombre debido al carácter comunitario que se basa en el modelo terapéutico de Atención Integral Comunitaria para Adolescentes (ACIA), el cual se caracteriza por contrarrestar la reiteración delictiva.
Cada una y divididas en: Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes (CTEA), Comunidad para el Desarrollo de Adolescentes (CDA), Comunidad de Diagnóstico Integral para Adolescentes (CDIA), Comunidad Externa de Atención para Adolescentes (CEAA), Comunidad Especializada para Adolescentes “Dr. Alfonso Quiroz Cuarón” (CEA-QC) y la Comunidad para Mujeres (CM); se especializan en un tipo de adolescentes y en una o más de las 3 etapas del tratamiento.
Toda sentencia emitida por un juez especializado en justicia para adolescentes busca que el joven cuente con ayuda educativa y formativa que faciliten su reinserción social en un rol positivo.
Cuando el adolescente llega a la comunidad, un conjunto de especialistas evalúa su perfil y necesidades; una vez que cuentan con un diagnóstico se diseña el programa de tratamiento que no es otra cosa que la adecuación de la medida impuesta por el juez a las necesidades reales, únicas e irrepetibles de cada adolescente.
Todos los miembros de cada comunidad están comprometidos en el proceso de revisión y corrección de los esquemas y valores que guían los propios actos, tanto en el contexto personal como en el familiar y el social.