Al filo de las 13:00 horas, el folclor de la música oaxaqueña, a cargo de la Banda “Laa”, se hizo presente a las afueras del Museo Nacional de Antropología, ante la admiración de decenas de familias que visitaban esta zona de la Ciudad de México.
Los jóvenes integrantes de la agrupación “Donají” se dirigieron hacia el renovado museo que creó Tamayo para difundir su obra -como herencia al pueblo de México- y con el fin de abrir espacios para exponer el arte contemporáneo.
Los Monos de Calenda causaron admiración entre el público capitalino que aguardaba en el patio del recinto cultural, enmarcado por la interpretación de los sones y jarabes que llenaron de júbilo este lugar, en memoria del pintor oaxaqueño de mayor reconocimiento a nivel internacional.
Luego de 31 años de vida, el Museo Tamayo ahora cuenta con una sala educativa, un centro de documentación con acervo especializado en torno a Rufino Tamayo; así como la memoria institucional del museo, una bodega de arte, una tienda de libros y un restaurante con vista al Bosque de Chapultepec.
