Los premios internacionales que otorga la UNESCO fueron creados en 1951 con el propósito de reconocer los logros sobresalientes de personas e institutos en un ámbito particular del mandato de la Organización, así como su contribución a la realización de sus objetivos estratégicos y prioridades de sus programas.
El representante permanente de México ante la UNESCO, embajador Porfirio Thierry Muñoz Ledo, recordó que Jaime Torres Bodet (1902-1974) fue director general de la UNESCO, hombre de letras, educador y diplomático de excepción, que entregó su energía y sentido del deber a la entonces naciente institución multilateral.
Destacó que Torres Bodet luchó por la justicia social internacional y concibió a la UNESCO como un esfuerzo de cooperación, para hacer posible el desarrollo de la educación en todos los países del mundo.
Añadió que su actuar se significó siempre por su espíritu crítico e impecable dignidad. La revisión de sus actos y la lectura de sus textos constituyen una guía moral para la Organización.
Torres Bodet realizó estudios en las escuelas Normal, Nacional Preparatoria y de Jurisprudencia y en la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En 1921 fue nombrado secretario particular del entonces rector de la Universidad, José Vasconcelos. Fue dos veces secretario de Educación Pública (1943-46 y 1958-64) y también ocupó el cargo de secretario de Relaciones Exteriores (1946-48).
De 1948 a 1952, Torres Bodet fue director general de la UNESCO, desde donde diseñó e instrumentó campañas de alfabetización, fomentó la reconstrucción de los sistemas escolares, amplió la presencia de la organización en el mundo, promovió el acceso de las mujeres a la educación y concibió el desarrollo cultural de los pueblos como una condición importante para el mantenimiento de la paz internacional.
Dicho premio reconocerá y recompensará, con una dotación económica estimada de 50 mil dólares estadounidenses, cada dos años, los esfuerzos de una persona, grupo de personas o institución internacional que haya contribuido al desarrollo del conocimiento y de la sociedad mediante el arte, la enseñanza y la investigación en ciencias sociales y humanidades, en un contexto de intensa mundialización y una creciente necesidad por alcanzar un desarrollo sostenible.
Además, pone en relieve los estrechos lazos de colaboración entre la UNESCO y la Universidad Nacional Autónoma de México.
