Crímenes de odio contra mexicanos, al alza en NY

Indocumentados en Nueva York
Informe sobre crímenes de odio contra mexicanos que viven y trabajan en Nueva York

La SRE tiene documentados 7 casos de agresiones en menos de un año, aunque las autoridades de EU reportan más. Los afectados han logrado sobrevivir a las golpizas propinadas por afroamericanos, puertorriqueños y dominicanos, quienes admiten que la brutalidad con la que actúan tiene su origen en la aversión racial

Las secuelas del ataque son permanentes: “Pérdida de memoria y del habla, camina con dificultad y presenta estados de agresión”. Estas son las condiciones en las que hoy vive Mario Vera Rivera, quien fue golpeado hace 11 meses por tres afroamericanos, en Brooklyn, sólo por ser mexicano.

Su nombre encabeza una lista de siete casos documentados por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en un informe sobre crímenes de odio contra mexicanos que viven y trabajan en Nueva York, registrados desde septiembre de 2009 al 31 de julio de 2010.

La relación forma parte de las agresiones con tintes raciales que se han desatado en esa región de Estados Unidos, sobre todo contra la comunidad hispana, donde en el sector de Port Richmond —Staten Island—, entre abril y julio de este año, las autoridades han reportado en total 11 ataques, seis de los cuales las víctimas “elegidas” fueron mexicanos que sobrevivieron, la mayoría, con daños irreversibles.

Julián Ventura Valero, subsecretario para América del Norte de la Cancillería, en entrevista con EL UNIVERSAL reconoce que los crímenes de odio van en aumento en Nueva York, “y es preocupante”, por lo que se han redoblado las medidas de protección consular en la zona, además de que se trabaja con las autoridades locales para reforzar la seguridad y que las agresiones no queden impunes.

Aunque los responsables, jóvenes y adolescentes afroamericanos y latinos (puertorriqueños o dominicanos), no en todos los casos han sido arrestados. Sólo en tres de los ataques recientes los agresores fueron detenidos y han confirmado que la brutalidad tiene su origen en el odio racial, en un sentimiento antiinmigrante.

Gonzalo Mercado Cisterna, director del Centro del Migrante en Nueva York —uno de los más influyentes en ese estado—, advierte que el problema puede ser más grave, ya que el perfil de las víctimas revela una xenofobia y homofobia, que va más allá de la comunidad latina, pues de abril a la fecha también fueron atacados una pareja de homosexuales y otra de rusos, tendencia que puede repetirse en otros estados de la Unión Americana, alerta.

El temor de ser la próxima víctima se ha extendido a todas las zonas donde residen mexicanos: Jackson Heights, Elmhurst y North Corona, en Queens; El Barrio o Harlem Hispano, en el noreste de Manhattan; Sunset Park, Bushwick y Williamsburg, en Brooklyn; el sur del Bronx y Staten Island, aunque en esta última, se dice, se han concentrado las últimas seis agresiones que fueron denunciadas.

Sandra Pérez Tapia, directora del Centro de la Comunidad Mexicana (Cecomex) en NY, señala que “no hay nada que hagan las autoridades para impedir que en todos lados el miedo esté latente al caer la noche, cuando estos jóvenes se dedican a cazar a sus víctimas, hombres, mujeres o menores por igual, te roban, te golpean y casi nunca hay detenciones”.

La situación se recrudece cuando la víctima es un indocumentado, pues ante el temor de ser deportado, prefiere no denunciar. Pérez Tapia asegura, por ello, que la cifra de crímenes de odio es mucho mayor, pues tan sólo en East Harlem se han reportado al menos ocho agresiones en el año y estos casos no entran en la estadística oficial. “Nos esperan al salir del metro o del trabajo, al llegar a casa y nadie hace nada por impedirlo”.

Para esta poblana que emigró en 1995 a NY, los ataques tienen una razón clara: las comunidades de afroamericanos, puertorriqueños y dominicanos se consideraban dueños del territorio, “al crecer el grupo de mexicanos en la última década se sintieron invadidos, nos ven como una amenaza, que les quitamos trabajo y oportunidades, las nuevas generaciones han crecido con esa idea y su odio junto con ellos”.

Los datos de la SRE indican que la población mexicana en Nueva York pasó de 40 mil personas en 1980 a 100 mil para 1990, un aumento de alrededor de 200%. Pérez Tapia dice que hoy esta comunidad está integrada por alrededor de 850 mil personas, de las que 60% son indocumentadas.

Las consecuencias

Hace dos décadas, cuando Mario Vera Rivera tenía 17 años de edad, emigró del Distrito Federal a Estados Unidos. Ahí formó una familia con su esposa Ana Gallardo y su hija Viridiana, quien nació en ese país. Hace 11 meses la vida de todos ellos cambió para siempre.

El 23 de septiembre de 2009, cuando Mario se dirigía a su casa, fue sorprendido en Brooklyn por tres afroamericanos, quienes entre insultos —por su origen mexicano— lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y le robaron sus pertenencias. Los médicos del hospital Beth Israel, donde fue atendido, reportaron desde un inicio que los golpes “pudieran dejar secuelas mentales y físicas de duración indefinida”. El diagnóstico fue acertado.

Por este caso, la SRE emitió en su momento un comunicado en el que expresó que el gobierno mexicano “ve con gran preocupación estos actos, que pudieran tener un perfil racista, perpetrados por grupos de jóvenes o bandas con sentimientos antiinmigrantes y que presentan una tendencia a extenderse a comunidades en otras áreas de NY” y exigió esclarecer el crimen, lo que aún no sucede.

La ola de ataques reinició el 5 de abril pasado en Staten Island. Ese lunes, Rodolfo Olmedo —de 26 años— se dirigía a su departamento cuando cuatro sujetos lo rodearon y comenzaron a insultarlo y golpearlo por ser migrante mexicano. “Los agresores utilizaron palos de béisbol con los que le provocaron lesiones graves en cabeza y cuello”, de acuerdo con el reporte de la SRE.

Es uno de los casos que no ha quedado impune. Las autoridades de NY arrestaron a tres menores identificados como Rolston Hobson, Tyrone Goodman y William Marcano (al parecer de origen puertorriqueño).

La agresión contra Rogelio Vázquez también es caso cerrado, ya que dos sujetos fueron detenidos por agredirlo el 23 de abril pasado en Staten Island. Las lesiones fueron fractura en el cráneo y tres más en el brazo izquierdo, además de despojarlo de 200 dólares y un celular.

Alejandro Galindo, de 52 años, sufrió derrame cerebral y daño en la cavidad ocular, evidencias del ataque a manos de un afroamericano en Staten Island el 23 de junio pasado. En esa misma zona el 7 de julio, alrededor de las 20:00 horas, cuando regresaba de la tienda a su casa, Bernardo García de 30 años de edad fue agredido por otro grupo de jóvenes, “dejándolo seriamente lesionado”, indica el reporte de la Cancillería.

La violencia racial tuvo una nueva víctima en Fidel González, de 40 años. El viernes 23 de julio cinco jóvenes afroamericanos usaron un patín del diablo metálico y sus puños para hacer sentir el odio contra el mexicano quien “sufrió lesiones en la cabeza, fractura maxilar inferior y una herida en el ojo izquierdo”.

Christian Vázquez, activista contra la violencia, es la última víctima de los ataques, aunque sus lesiones fueron menores. La Fiscalía del Condado de Richmond detuvo a uno de los presuntos agresores, el libanés Derrian Williams, alias Romeo Stevens, de 19 años de edad, acusado ahora de robo, asalto y crimen de odio.

Aplican campaña

“Cero tolerancia” contra la xenofobia es la premisa de una estrategia diseñada por autoridades civiles y policiacas de NY, así como organizaciones no gubernamentales, en la que participa el Consulado General de México —que encabeza el embajador Rubén Beltrán— que busca frenar estas agresiones de corte racial.

La campaña denominada Somos Staten Island plantea que se persigan y castiguen las agresiones xenofóbicas y educar a la comunidad migrante para que reporten este tipo de ataques. Además, las autoridades neoyorquinas aumentaron los patrullajes policiacos en las áreas de mayor incidencia de agresiones e instalaron cámaras de vigilancia.

El subsecretario de la SRE, Julián Ventura, indicó que el gobierno de México “está trabajando en Nueva York de la mano con las autoridades de la ciudad, con el alcalde, el jefe de la policía, las autoridades de procuración de justicia y con el departamento de Derechos Civiles del FBI para que las acciones que tome el consulado en la zona de Staten Island también tengan un efecto multiplicador”.

El fenómeno es grave, reconoce Gonzalo Mercado, director del Centro del Migrante en Nueva York (antes Proyecto Hospitalidad), pues se gestó desde los 90, cuando los migrantes comenzaron a instalarse en distintos barrios “y en Staten Island se revitalizó el comercio, donde cientos de mexicanos o hispanos retomaron los negocios que habían sido abandonados durante varios años”.

Para Mercado Cisterna es urgente el trabajo comunitario con las diferentes etnias que conviven en Nueva York.

Justicia contra la xenofobia

Las agresiones de corte racial en NY tienen precedente. Iniciaron en noviembre de 2008, cuando un grupo de adolescentes mató a puñaladas al ecuatoriano Marcelo Lucero, y su compatriota José Sucuzhañay también fue asesinado por afroamericanos en diciembre del mismo año.

En mayo de 2010, Jeffrey Conroy, de 19 años de edad, fue hallado culpable en la Corte de ser uno de los siete adolescentes que atacaron a Lucero, y lo condenaron a 25 años de cárcel, pero el fallo estableció que el joven era responsable de “homicidio sin premeditación” como crimen por racismo, pero fue absuelto de asesinato aun cuando él asestó las puñaladas.

El Universal

josé

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