Por Roberto López Rosado*
Estamos a menos de cuatro semanas en que las y los mexicanos debemos ir a votar. Por todo el país se habla de la importancia de ejercer este derecho; que debemos votar de manera informada y responsable.
Efectivamente, este proceso electoral es una gran oportunidad para que las y los oaxaqueños vayamos a las urnas con este propósito y exigir compromisos claros y concretos a quienes buscan nuestro voto.
En las últimas semanas, las y los candidatos han tratado de convencernos de que votemos por ellas y ellos, pero unos lo han estado haciendo no con los recursos que legalmente lo deben hacer. Ya lo hemos denunciado, las y los priístas lo han estado haciendo con recursos financieros y programas de diferentes dependencias del gobierno federal, particularmente, de la Secretaría de Desarrollo Social.
Hemos denunciado cómo el PRI -como en el pasado-, se está aprovechando de su posición en el gobierno federal para ganar las elecciones no sólo en Oaxaca sino en todo el país. Esta misma situación se repite de diferentes maneras en todo el territorio nacional.
Las y los candidatos de este partido no salen a hacer campaña, no salen a las plazas públicas; es falso que visiten casa por casa para explicarnos a la población su propuesta legislativa; qué iniciativas de ley llevarán a la Cámara de Diputados, por qué reformas votarán, por cuáles no.
Lo que hemos visto es que las y los candidatos del PRI se aprovechan de la pobreza de la gente, de sus necesidades y les ofrecen dinero, en pocas palabras, les compran su voto, ya lo decía, con dinero y con los programas sociales gubernamentales. Esa es su forma de convencimiento.
La gente pobre, la que no tiene un trabajo, la que gana unos cuantos pesos, acepta esos “apoyos” que se les da. Me queda claro que “venden” su voto no por qué estén convencidos, sino porque el hambre cala, la necesidad aprieta y esto se repite a lo largo y ancho del país.
En entidades que uno puede pensar que no hay pobreza, que no hay necesidad, la hay, como aquí, en Oaxaca, como en Chiapas, como en Guerrero, como en Veracruz, Hidalgo o Tlaxcala, la pobreza es eterna. En Sonora, Jalisco, Guanajuato, Colima, Estado de México, Querétaro, Yucatán, es muy parecida las necesidades de la gente, pero también es muy parecido cómo el PRI-gobierno se aprovecha de esas circunstancias en las que viven millones de mexicanas y mexicanos.
Así, mientras en el país, la pobreza siga lacerando a las capas sociales más necesitadas, el PRI podrá aprovecharse de esa circunstancia de los electores, por ello, este es el momento de hacer conciencia de que nuestro voto vale mucho. Por eso, pregunto: ¿cuántas veces, cada tres años, no nos ofrecieron lo mismo? ¿Cuántas veces, no les entregaron unos cuantos pesos para que votaran por ellos?.
Pregunto: ¿Cuánto les duró ese dinero que les dieron por votar por el PRI hace tres años? ¿Cuánto les duro esos apoyos que les dieron hace 6, 9, 12, 15, 18 años o más? Seguramente no les duro nada ni les alcanzó para comprar gran cosa. ¿A caso les duró para todos esos años? ¿Hoy viven mejor? ¿Tienen mejores salarios?.
¿Valió la pena haber vendido su voto? ¿Las reformas que aprobaron los priístas les trajeron mejores condiciones de vida?.
Ya lo decía, nuestro voto vale mucho, más que mil 200 pesos, vale mucho más que una despensa, vale mucho más que unos cuantos tabiques, vale más que unos cuantos costales de cemento. Nuestro voto vale mucho, y por ello debemos exigir compromisos claros y concretos a quienes buscan los elijamos para llegar al Congreso federal.
Este es el momento de reflexionar lo que vale nuestro voto; de que estamos obligados a votar de manera libre, informada y consciente, que nuestro sufragio vale mucho más que mil 200 pesos. Efectivamente el reparto de dinero entre la gente es escandaloso y vergonzoso pero también inmoral como ha señalado el secretario General del PRD en Oaxaca.
Quienes llegamos a la actual legislatura por el PRD, no compramos el voto de la gente, no repartimos despensas, ni materiales de construcción. Impulsamos reformas sociales y por primera vez en la historia logramos que a Oaxaca llegara presupuestos históricos que han permitido al gobierno de Gabino Cué que la gente en nuestra entidad tenga mejores condiciones de vida como nunca las había tenido.
Hoy Oaxaca está mejor calificada no sólo a nivel estatal o nacional. Afuera del país tiene mayores reconocimientos como no había sucedido antes.
Todo esto nos debe obligar a reflexionar, a valorar lo que significa vendamos por unos cuantos pesos nuestro voto. Esta radiografía nos debe exigir pensemos lo que va a significar que lleguen a la Cámara de Diputados quienes van a impulsar reformas estructurales como las que votaron el PRI, el Partido Verde, el Panal y PAN en esta legislatura de la que soy integrante que fueron contrarias a los intereses de las y los trabajadores, del magisterio y de la propia nación como fue la reforma energética que echó abajo la nacionalización petrolera del Presidente Lázaro Cárdenas.
Este es el momento pues de reflexionar, de valorar, de dimensionar ¿cuánto vale nuestro voto?
*Diputado federal del PRD por Oaxaca