A continuación se presenta el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, celebrado el 27 de enero:

Hoy, hacemos una pausa para llorar a los 6 millones de niños, mujeres y hombres judíos asesinados sistemáticamente por los nazis y sus colaboradores, y lamentamos a los romaníes y sinti, las personas con discapacidad y a tantas otras personas que fueron perseguidas y asesinadas en el Holocausto. .

Honramos su memoria. Estamos junto a los supervivientes, sus familias y descendientes. Nos comprometemos a no olvidar nunca, ni permitir que otros olviden la verdad de lo sucedido. Y reconocemos la horrible resonancia que este día de conmemoración encuentra en nuestros tiempos.

El odio antisemita que alimentó el Holocausto no comenzó con los nazis ni terminó con su derrota. Hoy somos testigos de cómo el odio se propaga a una velocidad alarmante. En línea, ha pasado de los márgenes a la corriente principal.

Pero hoy, precisamente, debemos recordar: que la demonización del otro y el desprecio por la diversidad es un peligro para todos. Que ninguna sociedad es inmune a la intolerancia… y a cosas peores. Y esa intolerancia contra un grupo es intolerancia contra todos.

Como dijo memorablemente el ex Gran Rabino del Reino Unido, Jonathan Sacks: “El odio que comienza con los judíos nunca termina con los judíos”.

Y por eso hoy, especialmente después de los abominables ataques terroristas perpetrados por Hamás el 7 de octubre, debemos decidir enfrentarnos a las fuerzas del odio y la división.

Debemos condenar, de manera inequívoca, siempre y dondequiera que encontremos antisemitismo, del mismo modo que debemos condenar todas las formas de racismo, prejuicio e intolerancia religiosa, incluido el odio antimusulmán y la violencia contra las comunidades cristianas minoritarias.

Nunca guardemos silencio ante la discriminación y nunca seamos tolerantes con la intolerancia. Hablemos por los derechos humanos y la dignidad de todos. Nunca perdamos de vista la humanidad de los demás y nunca bajemos la guardia.

A todos los que enfrentan prejuicios y persecución, digámosles claramente: no están solos. Las Naciones Unidas están a su lado.