* Ingenieros califican de preocupante la situación del IPN y la falta de un camino claro para la institución
* Proponen que el Congreso Nacional Politécnico contemple la participación de egresados
México, DF., 28-ene-2015.- La Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros (UNAI) expresó su preocupación por la falta de un proyecto de largo plazo y alcance, que trace una nueva ruta para el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
“El Politécnico está navegando sin rumbo, no sabemos a dónde quiere ir y aparentemente, quieren llevarlo a la desaparición”, alertó el presidente de la UNAI, Eduardo Sánchez Anaya.
Ante representantes de las distintas organizaciones ingenieriles que integran la asociación, Sánchez Anaya subrayó la necesidad de que el IPN se convierta en impulsor de una nueva visión educativa, donde la creación de emprendedores sea el centro de la transformación educativa y se convierta en semillero de emprendedores y creadores, en lugar de buscadores de empleo.
Tras reconocer que la educación mexicana enfrenta una grave crisis, el presidente de la UNAI consideró que el IPN tiene la capacidad para convertirse en impulsor de una nueva visión educativa, donde la creación de emprendedores sea impulso para resolver los problemas económicos y de desempleo por los que atraviesa el país, sin embargo, lamentó la carencia de un proyecto de largo plazo y alcance para convertir al IPN en la mejor escuela de México.
“El IPN tiene la oportunidad de construir una nueva ideología, donde el emprendimiento se convierta en el eje rector de la autonomía de la institución y de sus planes de estudios, para crear un proyecto capaz de generar riqueza, donde cada egresado tenga la capacidad para construir su propia fuente de empleo y proporcionar soluciones a los problemas que amenazan al país”, afirmó.
También, advirtió sobre la necesidad de que el próximo Congreso Nacional Politécnico contemple la participación de sus egresados como un sector que debe ser tomado en cuenta a la hora de definir el futuro de la institución y con el que deberían mantener una vinculación permanente.
“Si bien es cierto que el IPN atravesó por una etapa crítica y se habla de un Congreso Nacional, el objetivo es que también los egresados puedan participar, porque son el producto terminado de una institución y una como es el Politécnico, no solamente está formada por estudiantes sino también por sus egresados”, agregó, tras informar que la UNAI buscará promover y fomentar la reunión de todos los egresados politécnicos, a fin de que puedan hacer valer su opinión en beneficio de la institución politécnica.
Sánchez Anaya adelantó que buscara tener reuniones con Aurelio Nuño, representante de la Presidencia; con el secretario de Educación, Emilio Chuayffet y con el director del IPN, Enrique Fernández Fassnacht, para impulsar la participación de egresados del IPN en el próximo Congreso Nacional Politécnico, donde se definirá el camino que habrá de tomar el instituto.
Aseguró que además de ser un derecho de los egresados, este sector representa el producto terminado de las instituciones y un enlace con las diferentes áreas de acción en las que participará el alumnado.
En este sentido, Sánchez Anaya consideró que la vinculación con los egresados es determinante para la consolidación de cualquier institución educativa y en el caso del IPN, su participación en la definición del futuro de la institución no puede ni debe omitirse.
Acompañado por Héctor Mayagoitia Domínguez, ex director del IPN y representante personal de director General de IPN, Enrique Fernández Fassnacht, recordó que las escuelas politécnicas fueron creadas con el objetivo de generar recursos humanos capacitados para subsanar las necesidades en sectores claves para el desarrollo del país.
Sin embargo, estimó que con el devenir del tiempo, el IPN fue perdiendo ese papel y actualmente, la generación de recursos humanos ha quedado desarticulada y aislada de las necesidades de la nación, lo que ha favorecido el desempleo para sus egresados.
Sánchez Anaya subrayó que esta desconexión entre las instituciones educativas y los planes de desarrollo nacionales ha favorecido el crecimiento de generaciones desempleadas, carentes de una visión de largo plazo y un interés de innovación y creación, que les permita pensar en la construcción y desarrollo de sus propias empresas, en lugar de adquirir aptitudes para convertirse en mejores empleados.