Entrelineas

Miguel Ángel Schultz

El Palacio Legislativo de Oaxaca fue el escenario para hacer ver que el declive del poder de Gabino Cué ha llegado, con el rechazo a su propuesta de la persona a ocupar el cargo de titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano de Oaxaca (SEDESHO), la ex diputada federal, Aida Valencia, por no cubrir el perfil, se argumentó en el salón de plenos, por lo que le dieron 10 días al mandatario, que ya no manda tanto, para que haga una nueva designación.

Lo dramático del rechazo es que fueron diputados integrantes de la propia coalición gobernante, quienes rechazaron la propuesta del Ejecutivo estatal y sólo la secundaron las diputadas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Zoila José Juan, Itaisa López Galván, Juanita Arcelia Cruz Cruz y Jesús López Rodríguez, así como el legislador Ericel Gómez Nucamendi, del ahora partido Movimiento Ciudadano, en el que militó y por el que llegó a ser diputada federal, en la pasada legislatura, la rechazada Aida Valencia, quien ahora forma parte, se asegura, del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (PMorena).

Esta es la primera vez de un desaire de este tamaño a una propuesta de Gabino Cué, lo que hace ver que empieza a padecer la soledad del poder. Abandonado por sus aduladores y por aquellos que le ofrecieron su lealtad; recordándole, tal vez, que él mismo llevó a la práctica el principio que, en el ejercicio del poder no hay ni amigos, ni sentimientos, sino intereses.

El mismo Gabino Cué dejó en el olvido a muchos quienes se la rifaron con él, cuando luchaba a brazo partido por la gubernatura y que le fue arrebatada por el PRI con Ulises Ruiz Ortiz en aquel lejano proceso electoral del 2004. Además de incumplir sus promesas de campaña con grupos y organizaciones que le dieron su voto, para hacerlo gobernador.

Para la bancada priista, que comanda Alejandro Avilés Álvarez, forjado en los sótanos del poder, la posición de titular de SEDESHO, sirve para apuntalar y dar sustento a los candidatos a los partidos en el poder en Oaxaca, PAN, PRD, PT, PMC, con quien compite su partido el Revolucionario Institucional (PRI), cuyo candidato Alejandro Murat Hinojosa, no las tiene todas consigo. A pesar de que la dependencia quedó en calidad de cascaron, al vaciarla de sus funciones, es parapeto para hacer labor electoral a favor del gobierno en el poder.

Pero el golpe de Avilés Álvarez, fue más allá del desprecio de la Legislatura al Ejecutivo, fue una daga que le clavo en el corazón, porque hace ver a Gabino Cué como un gobernador que ya no tiene el control político en Oaxaca y es un pretexto que serviría a los senadores y diputados que apoyan a Benjamín Robles Montoya para que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD lo nombre su candidato a la gubernatura.

Por ello, no tiene caso tomar en cuenta a Gabino Cué, para definir al candidato de la coalición gobernante, lo que enredará más los hilos en la lucha interna perredista, que saldrá desgastado de un proceso interno que se sigue complicando cada día más.

Peor aún si se proyecta en Oaxaca la sombra de lo ocurrido en Zacatecas, donde la militancia perredista zacatecana fue destripada por la dirección nacional del Sol Azteca, en manos del hasta hace poco priista Agustín Basave Benítez, donde impusieron candidato, lo que podría ocurrir en Oaxaca y dejar de lado a la dirigencia estatal que arropa a José Antonio Estefan Garfias y que el CEN del PRD tome la determinación de nombrar a su abanderado en Oaxaca, como lo hizo en Zacatecas, donde optó por Pedro de León Mojarro, candidato externo.

Una decisión así buscan los senadores y diputados perredistas que encabeza el legislador poblano, Miguel Barbosa Huerta, que sea en el CEN del PRD donde se defina la candidatura de Oaxaca, ante la debilidad manifiesta ahora de Gabino Cué.

@MiguelAschulz