Distribuye Diconsa cerca de 12 mil toneladas anuales de alimento en Tamaulipas

En el estado de Tamaulipas
Diconsa opera 671 tiendas comunitarias en 641 localidades en situación vulnerable.

* Con presencia en todo el estado, la paraestatal opera 671 tiendas comunitarias en 641 localidades en situación vulnerable

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Como refuerzo a los indicadores de alimentación en Tamaulipas, Diconsa opera 671 tiendas comunitarias en 641 localidades en situación vulnerable, donde más de un millón 285 mil personas cuentan con fácil acceso a productos nutritivos y un margen de ahorro superior al 15 por ciento, señaló el gerente estatal, José Trinidad Gómez Carrasco.

A 38 años del surgimiento del Programa de Abasto Rural (PAR), en la entidad se cuenta con cinco almacenes rurales: Chapultepec, Francisco Villa, Soto La Marina, Tula y Victoria, los cuales movilizan, en conjunto, más de 11 mil 800 toneladas anuales de productos nutritivos en los 43 municipios del estado.

“Además del surtimiento a las tiendas comunitarias, Diconsa también suministra 92 comedores de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), donde más de 11 mil personas, entre niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y en estado de lactancia acuden diariamente por dos comidas”, dijo Gómez Carrasco.

En la entidad, comentó, se surten localidades de difícil acceso como la isla El Carrizal, en el municipio de San Fernando, donde personal de la distribuidora utiliza una lancha para trasladar la canasta básica. “Debido al aislamiento, Diconsa es la única opción de abasto en esta pequeña población, por lo que sus habitantes están pendientes de sus mercancías e incluso apoyan en la descarga”, dijo.

Diconsa también suministra 92 comedores de la Secretaría de Desarrollo Social.
Diconsa también suministra 92 comedores de la Secretaría de Desarrollo Social.

Asimismo, destacó que, en Tamaulipas, la descentralizada, en coordinación con campesinos de los municipios de Tula, Bustamante, Palmillas, Miquihuana y Jaumave, acopian fibra de ixtle en 47 tiendas comunitarias para, posteriormente, comercializarla a una empresa ixtlera en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León.

“Los habitantes del altiplano tamaulipeco se dedican al tallado de esta planta silvestre como su modus vivendi, pues con su venta se allegan de recursos económicos para cubrir parte de sus necesidades más elementales. Diconsa actúa como intermediario para regular su precio y evitar perjuicios contra el campesinado”, explicó el gerente.

Añadió que, además de apoyar a los pequeños productores de ixtle, se satisface la demanda de consumo nacional e internacional al ser utilizado, por ejemplo, para el forro de asientos para aviones o lavado de motores de aeronaves.

También es utilizado para la elaboración de morrales, tendederos, cepillos, escobetillas, hamacas y estropajos, o bien, para el diseño de manteles, toallas, servilletas, bolsas de mano, sombreros, prendas de vestir y cintos.

Los permisos para la explotación, transportación, almacenamiento y comercialización de la fibra de lechuguilla, recurso no maderable, son tramitados por las comunidades de tallanderos ante las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

josé

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