Miguel Ángel Schultz
A finales del siglo pasado, se solía decir que el campo de Oaxaca solo producía piedras y lástima, situación que si bien no ha cambiado radicalmente, ahora se nota que las condiciones se han ido transformando, así se observa en la Convención Agroalimentaria de Oaxaca para el Mundo que se celebra este 21 y 22 de noviembre en el “El Llano” de la ciudad de Oaxaca, conocido oficialmente como Paseo Juárez.
Sorprende encontrar, al menos eso me pasó a mí, productos con una presentación de alta gama, sobre todo café, mezcal, cerveza, carne de ganado caprino y ovino, algunos frutos como aguacate y pepino, entre otros.
Esto es resultado sin duda de las nuevas generaciones de productores, que muchos de ellos emigraron a Estados Unidos y tuvieron la capacidad suficiente para darse cuenta del enorme valor que tiene la producción agrícola de Oaxaca que por su atraso pasó a convertirse está marginación en un factor fundamental para su comercialización, ya que al no ser una producción tecnificada y sustentada en agroquímicos pasaron a ser productos altamente apreciados al ser orgánicos.
En esta Convención, no se el porqué del nombre, participan cien productores, provenientes de las diversas regiones de Oaxaca, organizada por la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader), que preside Víctor López Leyva, quien puso las instalaciones y asignó los espacios sin cobrarles, cosa rara en los eventos que organizaban gobiernos anteriores, que tenían por costumbre “bolsear” a los artesanos emprendedores y a todo aquel que participaba en este tipo de eventos cobrandoles los stands.
Al menos los pocos participantes que logré entrevistar de este basto universo de cien, me comentaron que eran microempresas familiares, cuyas ganancias quedaban en manos de los propios productores, es decir que ya no son empresas las que los exprimen y se quedan con las ganancias.
La plusvalía de la materia prima, es decir el valor agregado que le dan a su producción la logran con el apoyo que reciben, de unos cuantos miles de pesos, no de millones, que al ser ya campesinos con conocimientos técnicos suficientes y al contar con la asesoría necesaria, están cosechando éxitos.
Sin embargo, el pero, siempre los hay, en este caso es que los productos agroalimentarios que están vendiendo mantienen el valor con el que se comercializa en Estados Unidos, por citar un ejemplo una botella de mezcal tiene un valor de 600 pesos el litro y eso que lo han rebajado, por lo que el mezcal ahora si se ha convertido en bebida de los dioses, que tienen que pagar esos precios y no como antaño, cuando no era famoso el mezcal, gusto de albañil se decía, y en las cantinas se vendía una copa en menos de lo que costaba una cerveza, así que con una chela y su cría, con tres tenías para ponerte chachalaco, pedernal o hasta atrás como placa de trailer.
Este evento informan las autoridades del Gobierno de Oaxaca, está orientado para que la producción agroalimentaria de Oaxaca pueda convertir en oportunidad de desarrollo el proyecto interoceánico que se está poniendo en marcha en el Istmo de Tehuantepec que tiene un potencial tricontinental, al ser puente entre los continentes de Asía, América y Europa.
El titular de la Sefader Víctor López Leyva explicó que se están certificando los productos y acercando a comercializadoras, proveedores de insumos e instancias financieras con lo que se han logrado dar créditos por más de 300 millones de pesos.
El evento fue inaugurado por el gobernador Salomón Jara Cruz, por lo que tuve la oportunidad de preguntarle qué pasaba con la producción del tubérculo del chayote y me contestó que de esa producción ya no había.
El dinero oficial invertido en el sector agroalimentario da mejores frutos que las grandes cantidades con los que se está apoyando al turismo, que en Oaxaca ha provocado el fenómenos de la gentrificación que está generando el desplazamiento de la población nativa del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca y de otras localidad consideradas con potencial turístico.
Ya existen lugares donde no atienden a los parroquianos, sino solo aquellos que tienen pinta de extranjeros, claro “güeros”, blancos de piel, rubios y ojo azul, porque a los extranjeros provenientes de Centroamérica, Venezuela o Haití, tampoco los admiten.
Algunos ambientalistas se han quejado que El Llano, es perturbado y dañado su estructura, ahí se encuentra una fuente que cuenta la leyenda urbana que hizo construir el generalísimo José María Morelos y Pavón, cuando tomó, en noviembre de 1812, por las armas la ciudad virreinal de la Nueva Antequera, que hoy tiene por nombre ciudad de Oaxaca de Juárez, así que los organizadores de eventos deben tener cuidado con la vegetación que ahí se encuentra y con las fuentes que tiene.
Los diputados del Congreso de Oaxaca, que organizan en el Palacio Legislativo expoventas de artesanías cada miércoles, deberían cambiar de sede estos eventos, que duran un día, ya que hacen venir a los artesanos y productores agrícolas desde sus recónditos lugares y “no venden ni su alma al Diablo”, porque ahí, con tanto diputado, 41 que son los que conforman la 65 Legislatura, no llega.
Tal parece que los legisladores sólo emplean esos eventos para la foto, ya que los participantes solo logran ventas que apenas les alcanza para cubrir el costo de sus pasajes.
Tal vez es necesario que para el 2024 se coordinen los esfuerzos y los recursos destinados a espectáculos para los “turistas” se destinen a los agro productores, que a final de cuentas redundaría para incentivar el turismo, ya que en este sector se tiene una visión del turismo extractivo y no sustentable, con todo lo que ello implica.
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@MiguelAschultz