El histórico día que el PRI perdió las elecciones de gobernador en Oaxaca

Porfirio Santibáñez Orozco
Votaciones de Oaxaca
El histórico día que el PRI perdió las elecciones de gobernador de Oaxaca

Una cadena de errores de cálculo cometidos por el todavía gobernador del estado y coordinador de la campaña del PRI por la gubernatura produjo, este domingo 4 de julio, la explicable derrota del PRI en las elecciones.

Su empecinamiento en imponer a un mal candidato, cuya campaña no levantó el vuelo suficiente para triunfar, fue el primer error que va a tener que pagar muy caro. Su partido hubiera hecho mejor papel llevando como abanderados a Adolfo Toledo Infanzón, José Antonio Hernández Fraguas o el mismo José Antonio Estefan Garfias. Las deserciones de algunos priístas locales fueron una consecuencia natural de aquella equivocación.
La campaña de Eviel estuvo plagada de errores como, entre otros, el de negarse a debatir, los de evadir la presentación de su relación de bienes, la prueba antidoping y la del polígrafo; pero a ellas se sumó aquella declaración de que para gobernar un estado no era necesario tener estudios profesionales. Apenas circuló en todos los medios ese garrafal desatino tuvo que recular y agregar que estaba a punto de terminar una carrera universitaria, anuncio que nadie le creyó.
Lo de traer a “Juanito” tampoco tuvo medida, se prestó a la carcajada generalizada que inició el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, y se quiso enmendar cometiendo un error todavía mayor al decir que el PRI no lo había traído porque “no necesitaba vejigas para nadar”.
Otro golpe demoledor se lo dio la difusión de las conversaciones telefónicas que exhibieron a un candidato y a un árbitro pusilánimes y subordinados completamente a un gobernador montado en la necedad de imponerse. A ello se sumó la declinación de la candidata del PANAL, Irma Piñeyro Arias.
La puntilla se la dieron la presencia combinada de una ciudadanía que estaba harta del priísmo y que esta vez salió a votar contra el tirano y la decisión del magisterio de impulsar un voto de castigo contra el PRI y convertirse en garante del proceso.
Aunque a la hora de escribir estas líneas todavía no se hayan dado a conocer los resultados oficiales, la decisión del electorado va a prevalecer y es cosa de días para que se oficialice la derrota tricolor; sin embargo, todos los que exigieron con sus votos un cambio deberán seguir pendientes del curso de los acontecimientos pues los coletazos de una bestia herida de muerte suelen ser, hasta cierto punto, bastante peligrosos para la integridad de quienes tengan la mala fortuna de encontrarse cerca.

josé

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